Este año se desarrollan las sexagésimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, y todo indica que la pugna final se dará entre dos hombres que ya han tenido el cargo, Donald Trump y Joe Biden. En este escenario, CRÓNICAS dialogó con tres expertos norteamericanos, John Hansen, Stephen Farnsworth, y Christopher Fettweis, quienes pintaron el panorama electoral, describieron las mayores preocupaciones de los votantes, y especularon sobre las posibles ramificaciones de esta contienda a nivel internacional.
Por: Sofía Dri
En 1912, los hombres usaban bigote de manillar, se hundía el Titanic, y Alaska se convertía en el cuadragésimo noveno estado norteamericano. También fue la última vez que dos expresidentes estadounidenses disputaron la misma contienda electoral, cuando Howard Taft y Teddy Roosevelt volvieron a postularse para el cargo (aunque ambos fueron vencidos por Woodrow Wilson).
Es muy probable que esto ocurra de nuevo el 5 de noviembre, cuando se lleven a cabo las sexagésimas elecciones nacionales en Estados Unidos. Si bien aún atraviesan la etapa de las primarias, en que cada partido escoge su candidato, ya es prácticamente un hecho que los candidatos serán el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, quien actualmente preside el país.
El panorama electoral
Hoy por hoy, a seis meses de las elecciones nacionales, las encuestas muestran un panorama muy incierto, ya que la intención de voto se divide de forma pareja entre ambos candidatos. Según la encuestadora 270 to win, un 43% de los americanos estaría escogiendo la fórmula del actual presidente, y un 44% la del expresidente. Es por esto que los expertos aún son cautelosos en hacer predicciones, y los tres politólogos consultados por CRÓNICAS no fueron la excepción. Aún falta mucho para la fecha, y el panorama todavía puede cambiar.
La edad de los candidatos es algo que preocupa al electorado norteamericano. Donald Trump tiene 77 años, y Joe Biden estaría rozando los 82 cuando llegue el momento de la contienda, por lo que una gran incógnita pasa por saber qué pasaría si algo llegara a sucederle a cualquiera de los dos. Según los expertos consultados, esto dependería del momento en que sucediera. Si uno de los candidatos se retirara de la carrera electoral antes de los resultados de las primarias, el partido podría seleccionar otro candidato, y si sucediera algo luego de las elecciones nacionales, quien quedaría en su lugar sería obviamente el vicepresidente.
Sin embargo, hay un limbo que ocurre entre ambas instancias sobre el que ni siquiera los expertos se ponen de acuerdo. Nunca en la historia de los Estados Unidos sucedió que un candidato se retirara a esa altura de la contienda, por lo que no se sabe bien qué sucedería, pero se estima que también sería el candidato a vicepresidente quien tomaría su lugar.
El hecho de que ambos hayan sido jefes de Estado previamente es algo bastante peculiar. Según Stephen Farnsworth, politólogo de la Universidad de Mary Washington, esto “alisa bastante el campo de batalla, porque los dos tienen experiencia en hacer campaña por la presidencia”. Sin embargo, esto tiene la contracara de que para las campañas “va a ser muy difícil persuadir a nuevos votantes”, ya que “la gente ya tiene una idea muy clara de qué candidato prefieren”.
En ese sentido, Farnsworth calculó que el gran desafío para los asesores de campaña será la forma de convencer a sus simpatizantes de que efectivamente vayan a votar, ya que la concurrencia a las urnas no es obligatoria en Estados Unidos. Como ejemplo, el politólogo comentó que “alrededor de dos tercios de los menores de 30 se inclinan más por los demócratas, pero a su vez son el grupo menos propenso en ir a votar”.
Históricamente, los presidentes que se postulan por una segunda vez consecutiva tienen éxito por sobre sus contrincantes. John Hansen, politólogo de la Universidad de Chicago, comentó que no existe una explicación clara de por qué sucede esto: “No se sabe si es porque todos te llaman ‘Sr. Presidente’, o si es porque al estar en el poder tenés la capacidad de dar beneficios a los distritos electorales”. Aun así, es dudoso si Biden tendrá una ventaja por sobre Trump. Según Hansen, “a pesar de que ninguno de los dos candidatos despierta un entusiasmo descomunal en la población, Trump parece tener un poco más de apoyo”.
Algo que sí es prácticamente imposible que suceda es que aparezca un partido terciario que se lleve los votos necesarios. “La realidad de nuestro sistema de dos partidos es que las reglas están estructuradas de manera que es muy difícil que un candidato así pueda ganar”, sentenció Farnsworth. Para que un candidato de un partido no tradicional pueda tener una chance tiene que invertir mucho dinero y tiempo. “Probablemente se lo excluya de los debates y tenga muy poca cobertura mediática”, remarcó el analista. La última vez que un candidato por fuera del estatus republicano-demócrata tuvo cierto éxito fue en 1992 con la figura de Ross Perrot, y aún así sólo obtuvo un 19% de los votos.
Los temas que preocupan
Y es que, si bien la economía del país mantiene buenos indicadores, como un desempleo de menos del 4% y una inflación que disminuye, “la gente está disconforme con la economía», según comentó Farnsworth.
Para Christopher Fettweis, politólogo de la Universidad de Tulane, esto se debe a que la inflación llegó a aumentar bastante durante el gobierno de Biden (para los parámetros norteamericanos), y eso influyó negativamente en la percepción del presidente. “Los precios de la comida y la gasolina subieron significativamente, y ese es el indicador más importante para la gente”, expresó el politólogo. Además, agregó que la gente comúnmente no atribuye los aumentos de salario al gobierno, lo ven como un logro propio, por lo que será difícil para la administración Biden utilizarlos como caballito de batalla.
Los otros grandes puntos calientes, comentó Hansen, son “la crisis en la frontera, el aborto y el conflicto en Gaza”. Además, recordó los hechos del 6 de enero de 2021, cuando los seguidores de Trump levantaron una insurrección en el Capitolio tras los resultados de las elecciones pasadas. “Los demócratas harán énfasis en recordar este suceso, y las intenciones autoritarias de Trump”, vaticinó el experto.
Como las elecciones en Estados Unidos se resuelven mediante votos del colegio electoral por Estado, y no por el total de votos de cada candidato a nivel nacional, cada ciclo aparecen Estados que son claves para definir la contienda. Como en la elección anterior, los expertos pronosticaron que los llamados “Estados batalla” serán nuevamente Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Georgia y Nevada. Fettweis advirtió que, por ejemplo, hay una gran comunidad árabe-americana en Michigan que anteriormente era muy pro-Biden, pero que con la postura que tuvo la administración demócrata con respecto al conflicto en Gaza podría decidir quedarse en casa en vez de ir a votar. Eso podría afectar la suerte del presidente en este Estado Batalla.
Ramificaciones internacionales
La administración Biden ha tenido un rol fundamental en el financiamiento de las fuerzas armadas ucranianas desde el inicio de la guerra. Sin embargo, esto genera división dentro del país, y se espera que en caso de ganar Trump, “el nivel de apoyo que ha mantenido hasta ahora Estados Unidos a Ucrania se evapore”, comentó Farnsworth. Además, Putin observa atentamente esta elección. La guerra se encuentra en un punto muerto desde hace meses, en que ningún frente avanza mucho. Para Fettweis, “Putin espera que Trump gane para aprovechar cuando retire el financiamiento” a Ucrania.