Victoria Gadea y Antonio Cardarello coincidieron en que, a medida que el impacto de la pandemia fue disminuyendo en el país, el panorama político ha retornado a un período de gobierno normal. Esto se vio reflejado con los temas que estuvieron en agenda desde la semana pasada: Rendición de Cuentas, interpelación y la renuncia del ministro de Turismo. A esto se le suma que la popularidad del presidente ha ido cayendo, agregó Federico Irazabal. Así, los expertos comentaron a CRÓNICAS cómo observan a la coalición y al Frente Amplio en este retorno a lo conocido.
La semana pasada estuvo cargada de hechos trascendentales a nivel político: la Rendición de Cuentas; la interpelación al ministro interino Luis Alberto Heber por el acuerdo entre el gobierno y Katoen Natie (y los cruces que se dieron en el Parlamento en esta instancia); a lo que se sumó un paro educativo con polémica por la alimentación estudiantil. Y cuando pensábamos que llegaba el fin de semana de descanso, renunció el ministro de Turismo, Germán Cardoso, y se designó en su lugar al colorado Tabaré Viera a comienzos de esta semana.
En medio de este contexto, CRÓNICAS dialogó con diversos politólogos para analizar, por un lado, el panorama del Partido Colorado tras la salida de Cardoso; además, los analistas se refirieron a algunos aspectos del escenario político en general a medida que la pandemia parece estar bajo control.
Se fue para afuera
Los profesionales consultados coincidieron en que la renuncia del ahora exministro de Turismo fue un episodio complejo.
Victoria Gadea afirmó que, si bien se trata de una situación de “movimientos esperados” en un gobierno de coalición, “llama la atención la forma” en que se dio, esto es, anunciado no por el presidente de la República, sino por el Secretario General del Partido Colorado (PC), Julio María Sanguinetti. En este sentido, Federico Irazabal apuntó que la relevancia que tuvo el expresidente fue “inédita”.
Esto responde a que Sanguinetti es, según Antonio Cardarello, el “único referente” para el presidente Luis Lacalle Pou (“porque el interlocutor que tiene dentro del PC es Sanguinetti”), pero también es la figura de referencia dentro de su propia fuerza política.
A su vez, aseveró la experta, el episodio funciona como una “forma de descentralizar el poder”, esto es, que al final del día los costos de las decisiones tomadas los terminó pagando el PC más que el propio presidente, indicó.
Sin embargo, no necesariamente es una pérdida para el PC, argumentó Irazabal, ya que no perdió ningún ministerio. “Lo que está demostrando el partido es que no tiene capacidad de reacción, porque no ha podido colocar cuadros que duraran lo suficiente para responder a estas situaciones. Entonces, algunos se han ido y otros han sido removidos por diversas circunstancias” comentó el politólogo, en referencia a los exministros colorados que, por diversas razones, ya no están en el gobierno. En este sentido, “la interna está padeciendo un proceso de inestabilidad”, sentenció Irazabal. Justamente, añadió Gadea, esto significa un desafío para el PC, que es encontrar el equilibrio, sobre todo si piensa en rearmarse de cara a las elecciones de 2024.
Asimismo, la politóloga aseguró que la renuncia de Cardoso debido a la polémica que se generó no hará que el PC pierda poder en la coalición. Dicho esto, ¿cómo se encuentra hoy la coalición?
Diagnóstico
Gadea señaló que esta fuerza política “todavía goza de mucha salud a pesar de las diferencias que puedan marcarse” entre sus socios. Cardarello concordó con su colega y dejó en claro que la coalición aún “tiene estabilidad”, aunque no deja de lado que hubo algunos desencuentros que tienen su peso. “Se dieron diferencias y malestar entre los socios de la coalición por el lugar al que se ven relegados muchas veces por el Ejecutivo y Partido Nacional. En el caso de Katoen Natie, por ejemplo, al final se vio que los socios no tenían toda la información ni estaban enterados. Ese reclamo que se hizo muchas veces de implementación de una mesa chica, donde participaran los principales referentes de la coalición, también va en ese sentido”, consideró el politólogo. Añadió que el hecho de que el Poder Ejecutivo ahora salga a decir que el gobierno está bien y que esto no ha hecho mella en la coalición, en realidad se hace, generalmente, cuando sí hay algún problema.
En esta línea, Irazabal apuntó que dicha mesa política responde a que el presidente, o el Poder Ejecutivo, se había “comido” a la coalición. A su entender, el mecanismo elegido por Lacalle Pou, donde se relacionaba principalmente con los líderes de los distintos partidos, “hacía que esto no operase como una coalición de iguales o en condiciones similares, sino que era casi que una interlocución del presidente directamente con cada uno de los líderes”.
La otra cara de la moneda
Por otro lado, los expertos observaron también el rol del Frente Amplio (FA) como oposición. El consenso entre los tres expertos es que se encuentra aún debilitado luego de las elecciones de 2019 y en un escenario de renovación. Parte de este proceso está marcado por las elecciones presidenciales de este partido político, pero que lo obliga a definir “cuanto antes quién va a ser su conductor”, según Irazabal, aunque “resolver las candidaturas no quiere decir que se resuelvan temas de reestructuras a la interna del partido”, acotó Cardarello.
Dicho esto, el FA “se siente más cómodo que el año pasado”, según Cardarello, ya que “ha encontrado algunos lugares donde hacer oposición al gobierno”, en materia de política económica o a través de algunas interpelaciones a ministros. Además, tuvo su “primera buena noticia” que “lo ha fortalecido”, el conseguir las firmas para el referéndum de la ley de urgente consideración (LUC), añadió Gadea y reafirmó Cardarello.
Nueva normalidad política
Consultados al respecto, los politólogos analizaron finalmente la evolución del panorama político a medida que la pandemia va dejando de marcar agenda.
Tanto Cardarello como Gadea coincidieron en que “se está pareciendo ya a un período de gobierno normal” en la medida que los distintos episodios de conflictividad sucedidos la semana pasada, por ejemplo, “son signos claros de que empezó el gobierno en términos más convencionales como lo conocemos”. En este marco, Gadea sostuvo que es esperable que el FA, una vez supere la etapa de autocrítica y designación de presidencia que transcurre, seguramente va a entrar en un rol mucho más proactivo, además de que es posible que el gobierno tome una postura un poco más reactiva frente a la agenda que le proponga la oposición.
Acompañado de esto, la aprobación del presidente ha venido en caída, recordó Irazabal, luego de venir de una popularidad sostenida “mucho más allá del tradicional período de luna de miel”. De esta manera, continuó el politólogo, “habrá que ver qué medidas se toman para frenar esa caída en la popularidad” y ver si se normaliza “el juego político y la relación” entre los partidos políticos, el presidente y la opinión pública.