Walter Verri, subsecretario de Industria, Energía y Minería
Desde hace algunos años la industria venía padeciendo un deterioro de la competitividad, que se vio profundizado por la pandemia. Pese a esa coyuntura compleja, en los últimos meses ha habido señales de mejora en el sector, según dijo el jerarca en diálogo con CRÓNICAS. Por otra parte, se refirió al nuevo mecanismo de fijación de precios de los combustibles y opinó que, si bien la reciente rebaja es insuficiente, “por primera vez, el sistema es transparente”.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-La industria nacional se vio afectada por la pandemia, que profundizó la contracción que venía padeciendo desde hace años. ¿Qué desafíos implicó esto?
-La industria ya venía con una situación especial y compleja, tenía un deterioro de la competitividad y un estancamiento productivo que fue bastante pronunciado en algunos meses de 2019, lo cual se agravó con la pandemia.
El principal desafío que teníamos era mejorar la competitividad de los sectores productivos del país, la agroindustria, la industria manufacturera, la de alta tecnología, la creativa, para comenzar a ganar mercado nuevamente y crecer.
El panorama vivido durante el 2020 fue totalmente diferente a lo que nos imaginamos cuando asumimos el gobierno. Tuvimos que dejar de lado algunos planes porque hubo que atender otras circunstancias de la industria, sobre todo, vinculadas a financiaciones, herramientas para poder paliar la situación, seguros de paro especiales.
Es cierto que el manejo de la pandemia permitió que las empresas no tuvieran que apagar sus motores, sino bajar las revoluciones. Si uno mira la actividad industrial de Argentina y Brasil en estos meses, nuestro país fue el menos afectado. Eso habla de la gestión del gobierno, la actividad económica y el apoyo que recibieron las empresas por parte del Estado.
-¿Cómo calificaría la realidad actual de la industria?
-Si se analiza la evolución de los indicadores de la industria, en determinados sectores hemos crecido más que en algunos meses de 2019. En el primer semestre del 2021, en comparación con el mismo período del 2020, crecimos un 10%, y si excluimos a la industria manufacturera y la refinería, el crecimiento fue del 11%. De las 53 ramas de la industria, 32 produjeron más que en los primeros seis meses del 2020. Junio fue un mes muy bueno, ya que la producción se encontró 17% por encima de la del mismo mes de 2019. Esos indicadores dan la pauta de que el país está en la senda del crecimiento.
-El precio de los combustibles es caro, lo creemos todos, pero hay que tener claro que hoy, por primera vez, tenemos un sistema de fijación de precios que es transparente. Durante los gobiernos de quienes nos critican se utilizó esto como caja para justificar los derroches, por ejemplo, en Ancap, donde hubo que capitalizar por 600 millones de dólares, entonces, que tengamos un mecanismo transparente es lo primero que debemos celebrar.
Si la rebaja les parece mucho o poco… es cierto, puede ser poco, yo también creo que no es suficiente, pero refleja la realidad del mercado del petróleo a nivel internacional. En un mundo pospandemia, donde todos los precios han aumentado, el petróleo subió. Igualmente, si comparamos los incrementos que ha tenido nuestro país con los de la región, vemos que acá han sido sensiblemente menores a los de los países vecinos. El sistema es bueno. ¿Alcanza con $ 0,40? Seguramente no.
-El mecanismo de precio de paridad de importación fue aprobado en la Ley de Urgente Consideración por unanimidad, pero esos artículos fueron incluidos en los 135 que se busca derogar en el referéndum. ¿Qué reflexión le merece?
-Los que nos critican este sistema de fijación de precios de combustibles son los mismos que en el Parlamento votaron los artículos que lo establecen y argumentaron a favor, y que después, por razones de conveniencia política, arrastrados por otros, terminaron juntando firmas para derogarlos. Es muy difícil entender el motivo, y mucho más las críticas, sabiendo que estaban votando algo que iba a ser así. Es contradictorio, salvo que haya sido solamente para oponerse a la gestión del gobierno.
Nuestro objetivo es que el precio de los combustibles sea competitivo y pueda bajar, y vamos a seguir trabajando en esa línea. Este es un primer paso. Según la hoja de ruta que fue remitida al Parlamento sobre la intervención del comité de expertos, son varias las etapas a desarrollar y todavía tenemos mucho por hacer.
–Asociaciones comerciales e industriales de las fronteras manifestaron a CRÓNICAS su preocupación por la próxima apertura de los puentes con Argentina y exigieron al gobierno que cumpla con su promesa de campaña de buscar soluciones para la problemática histórica que acarrean. ¿Qué importancia tendría una eventual política de fronteras a nivel de la industria?
-El tema de la diferencia de precios con los países vecinos no es nuevo, Uruguay siempre ha estado en desventaja con Brasil y Argentina en ese aspecto. Lo que ha hecho la pandemia ha sido desnudar esa realidad, porque al estar cerradas las fronteras, los comercios de las ciudades fronterizas, sobre todo con Argentina, han visto incrementadas sus ventas.
Nosotros compartimos la preocupación de los centros comerciales y cámaras empresariales de los departamentos fronterizos. Es real que la diferencia cambiaria hace que la conveniencia de comprar los productos del otro lado sea significativa y tiente a los ciudadanos a cruzar los puentes para consumir allá.
Las políticas de frontera están dentro del desarrollo de las políticas del gobierno, las está llevando adelante Cancillería, y sin duda se van a buscar herramientas para paliar una situación que no es de fácil solución. La renuncia impositiva de los combustibles en la zona fronteriza se mantuvo incluso con los puentes cerrados; se podía haber quitado y no se hizo, lo cual es acertado y demuestra la voluntad del gobierno de colaborar con las economías de esa región.
Una mala decisión que repercute en las tarifas
Dos semanas atrás, el vicepresidente de Ancap, Diego Durand, afirmó a CRÓNICAS que “el proyecto de la regasificadora se terminó en 2012, pero se siguió gastando dinero hasta 2019”. Hoy el caso está en la Justicia. Consultado al respecto, Verri opinó que fue un “pésimo” negocio y una muy mala decisión “que no debió continuar y que tozudamente el gobierno anterior siguió adelante”, lo cual ha generado “enormes pérdidas y daños para el país”.
Lo que es peor, en palabras del subsecretario, es que se trata de una iniciativa que, aun sabiendo que no iba a funcionar, se prolongó en el tiempo. Lo que permanece de esa obra, destacó, son los pilotes de hormigón, “que hay que destruirlos porque están entorpeciendo la bahía y no sirven para nada”.
“Encima nos quedamos con 30-40 juicios en los cuales las empresas públicas tendrán que responder en caso de que la Justicia declare la culpabilidad, y no tenemos regasificadora ni posibilidad de tenerla, sumado a que se pagaron sueldos extraordinarios a funcionarios, viáticos, prebendas, todo financiado por UTE y Ancap”, lamentó.
En la misma línea, criticó que cuando se hace “tan mal uso” de las empresas públicas, luego eso repercute en las tarifas que pagan todos los uruguayos. Agregó que las pérdidas de Gas Sayago superan los 200 millones de dólares, “por una decisión muy mal tomada que debió haberse cambiado en el 2012, y sin embargo se siguió siete años más gastando para un proyecto que no llevaba a ningún lado”.
Una apuesta por la movilidad eléctrica
El Ministerio viene desarrollando un plan para impulsar el uso de vehículos eléctricos con el que persigue varios objetivos. De acuerdo con el viceministro, es importante entender que el mundo avanza hacia esa dirección.
En segundo lugar, sostuvo que hoy el parque automotor se mueve a combustibles fósiles, que al país le cuesta muchos recursos importar y refinar para poder consumir. Es por ello que una meta marcada por la cartera es realizar un proceso de cambio a movilidad eléctrica, pues “la energía eléctrica es muchísimo más barata y no dependemos de importarla, sino que la generamos acá”, dijo. De hecho, a veces hay excedentes que se terminan exportando.
Aparte, subrayó que la energía eléctrica puede generarse por fuentes renovables, lo que es muy positivo y produce un balance ambiental muy favorable. “Ese es otro motivo por el cual el organismo apuesta fuertemente a la descarbonización”, aseveró.
“Más de un 90% de la energía eléctrica que genera Uruguay proviene de fuentes renovables. También tenemos un piloto de hidrógeno con una expectativa altísima. Uruguay tiene capacidades enormes para ser un generador de hidrógeno y estamos avanzando en ese camino. Tenemos muchas razones para seguir apostando por la movilidad eléctrica”, expresó.