Tras su breve peripecia en el Partido de la Gente, el ex fiscal Gustavo Zubía retornó al Partido Colorado y se unió a las filas del expresidente Julio María Sanguinetti, quien fuera vencido en la interna por el economista Ernesto Talvi. Ahora, Zubía presentó su sublema independiente Tercera Vía con la lista 9007 y espera captar a los adeptos a Pedro Bordaberry con un claro mensaje: abatir la delincuencia y la corrupción.
-¿Qué valores defiende la lista 9007?
-Nuestros postulados se ligan mucho con el accionar de Pedro Bordaberry en el sentido de que él propició una serie de proyectos de ley vinculados a los temas de la delincuencia, una serie de investigadoras parlamentarias relacionadas con la corrupción y propició varias interpelaciones al Ministro del Interior por la ineficiencia en el combate contra la delincuencia.
-Mis 40 años como fiscal me llevan a tener una especialización en el tema legal, vinculado a las normas penales, considerando que hoy hay un 48% de preocupación en la población por la inseguridad y que es un tema acuciante, motiva toda una línea muy clara en cuanto a que nuestra meta es transformar el Uruguay en materia de seguridad, con un discurso mucho más conocedor de la realidad. En esto me acompaña (el exdirector de cárceles) Enrique Navas.
-¿Tuvo contacto con Bordaberry a raíz de la presentación de la lista?
-A través de terceras personas, en los próximos días posiblemente tenga algún contacto directo con él pero recibimos su apoyo en el sentido de que varias personas allegadas a él se vinieron con nosotros, incluso en el Interior varios de sus familiares abren lista acompañando a la 9007. Hay una consonancia no explícita pero sí implícita en el apoyo de Pedro (Bordaberry).
Yo también lo apoyé en la convención y lamento que el brazo de Bordaberry no nos acompañara, fue un excelente parlamentario.
-Manini Ríos también basa su campaña en la seguridad y las encuestas le han sido favorables. ¿Pensó en ir con él en lugar de ir al Partido Colorado?
-Conversé con Manini en más de una oportunidad. Él me ofreció para ir con él y yo le ofrecí para venir conmigo al Partido Colorado. Luego esos ofrecimientos no cuajaron porque él decidió abrir una línea independiente. Le tengo un gran respeto al general Manini y cuando se lo formalizó por parte del fiscal en Twitter presentando mi discrepancia y manifestando mi falta de comprensión de esa eventual responsabilidad del general, sin perjuicio de ello, la diferencia en materia de seguridad es que las Fuerzas Armadas hacen a la seguridad exterior o interior del país en caso de conflictos armados, acá estamos hablando de inseguridad propiciada por delincuentes, algo que es propio de la actuación de la Justicia y de la Policía. La figura de un general del Ejército en lo que respecta a la seguridad interior de un país, no es la figura de un especialista en el tema. Los especialistas en el tema están más en la orientación de la 9007, los policías y fiscales somos mucho más cercanos al problema de la inseguridad. Aclaro que el combate a la delincuencia tiene que venir de normas legales y de acción policial y no de acción militar. La inseguridad no se puede combatir mediante acción militar, es absurdo.
-Usted presentó 37 medidas concretas para combatir la inseguridad, ¿cuáles se destacan?-
–Son cuatro niveles: Policía, Justicia, menores infractores y cárceles. En materia policial se debe desatar las manos de la policía que debe poder tener legítimo uso del arma de fuego para poder cumplir con su función, hoy hay que cambiar los protocolos operativos de la policía al momento del manejo del arma de fuego. Eso es lo primero, también la Policía debe poder detener por sospecha de delito, es algo que hoy sí se hace, se está haciendo por fuera de la legalidad.
En cuanto al cambio de las normas legales, el CPP es un ridículo código, que lo único que hace es disminuir de 27 maneras diferentes las penas que tiene que cumplir un delincuente.
Finalmente que las cárceles uruguayas vuelvan a ser controladas por el Estado que hoy perdió totalmente el control por una ideología de izquierda ridícula que supone que haciendo murga o jugando al ajedrez la gente se rehabilita. Hacer murga y jugar al ajedrez hoy descuentan días de condena como si fuera un verdadero tratamiento de rehabilitación lo que no solamente es una mentira sino la ridiculez más grande del mundo. Podría hablar horas pero en esas cuatro áreas está nuestro foco.