A un año de la reforma de la seguridad social, unos 2.800 jubilados volvieron a trabajar

La mayoría son hombres

Alfredo Cabrera, presidente del Banco de Previsión Social, en diálogo con CRÓNICAS, se refirió a los puntos más relevantes de la Ley de Reforma de la Seguridad Social. Entre otros cambios, destacó que se introdujeron beneficios adicionales para cuidadores de familiares y padres de hijos con discapacidad. La reforma también permite jubilarse a patrones con períodos sin declarar, y volver a trabajar en la misma caja en la que esa persona se jubiló. 

A partir del 1º de agosto de 2023 entró en vigencia la Ley N° 20.130, conocida como Ley de Reforma de Seguridad Social, con la que se creó el Sistema Previsional Común (SPC), en el que se reunieron todas las entidades previsionales, se aplicó un aumento progresivo de la edad mínima de retiro de 60 a 65 años y se añadió la obligación de aportar al régimen mixto entre el BPS y las AFAP. A su vez, se implementó una nueva forma de calcular las pensiones y se crearon suplementos a las jubilaciones más bajas. La aplicación del anterior sistema se mantuvo para las jubilaciones de las personas que tengan causal hasta el 31 de diciembre de 2033.

Más beneficiados

A pocos días de que se cumpla un año de esta reforma, CRÓNICAS consultó a Alfredo Cabrera, presidente del BPS, sobre el curso de los cambios implementados hasta el momento. Entre los impactos “más significativos” que se aplicaron, nombró las flexibilizaciones de las condiciones de acceso a las pensiones no contributivas por vejez o invalidez, así como de las personas convivientes del solicitante que están obligadas a su sustento. Antes de la reforma, bastaba con superar el límite económico para que la prestación no se otorgara. Ahora, “en todos los casos se deducen los otros ingresos en proporción y eso no inhibe la percepción de la prestación no contributiva”. Además, se revisaron aquellas prestaciones que habían sido denegadas en su momento por condiciones de ingreso. Esto resulta en que hoy existen en curso aproximadamente 6.000 prestaciones más que en julio del año pasado.

Hasta la aprobación de la ley, las personas que no llegaban a 15 años de aporte sólo podían aspirar, en caso de carecer de ingresos, a una pensión no contributiva. Ahora, a esa pensión no contributiva, se le adiciona otra del 66% del monto base, a la cual tienen derecho todos los beneficiarios de la prestación no contributiva por vejez e invalidez a partir de los 70 años. Cabrera resaltó que hoy hay unos 3.600 pensionistas que cobran este adicional. Otro cambio relevante fue la nueva prestación no contributiva por cuidados a familiares. La reforma estableció una nueva prestación de tipo no contributivo por vejez para las personas de bajos recursos que se dedicaron por al menos siete años al cuidado no remunerado de hijos, padres, nietos o hermanos, y que tuvieran al menos 65 años de edad. Hoy existen unos 500 beneficiarios comprendidos en la nueva reglamentación. 

También está vigente el complemento del 20% a la jubilación si la persona titular tiene a cargo uno o más hijos menores de 21 años o mayores de 18 con una incapacidad absoluta, además del cómputo ficto de servicios, que en caso de hijos con discapacidad severa se implementan dos años adicionales. Se activó también el suplemento solidario aplicado a las jubilaciones por incapacidad total, que aumentó el ingreso en casi un 20% sobre el mínimo vigente en la ley anterior, beneficiando hoy a unas 600 personas. Con respecto a la maternidad, se cambió el sueldo básico jubilatorio para proteger a la madre del impacto en la jubilación de una baja eventual en los salarios durante el cuidado de los hijos. “Hay más de 500 madres que incrementaron su jubilación con esta aplicación”, destacó Cabrera. 

Con respecto al acceso a las jubilaciones de los patrones, hasta la aprobación de la ley los patrones con períodos sin declarar no podían jubilarse si no pagaban sus deudas. Hoy se permite segregar el periodo, no contando el período de deuda del patrón y así permitiéndole jubilarse.  “Vamos a seguir intentando cobrar esa deuda, pero no se le impide jubilarse. Es importante porque permite que en carreras laborales largas, personas que puedan haber tenido un periodo de crisis y no estuvieron al día con sus obligaciones de seguridad social, aun así puedan jubilarse”, valoró. 

Otro aspecto, de los más comentados a partir de su aplicación, fue el de envejecimiento activo, que aplicó la posibilidad de que las personas puedan trabajar en la misma caja de la que se jubilaron. “Hoy contamos con aproximadamente 2.000 personas que estaban jubiladas y volvieron a trabajar, y otras 850 no dependientes que también volvieron a trabajar después de haber estado jubilados”. Según datos estadísticos actualizados a junio por el BPS, entre personas en relación de dependencia y no dependencia comprendidas en esta normativa, hay 2.834, con una preponderancia importante de hombres sobre mujeres. Entre los dependientes, hay 1.578 hombres sobre 441 mujeres, y entre los no dependientes, son 572 sobre 233. La mayoría se dedica a la producción agropecuaria, forestación y pesca, el comercio, y el transporte y almacenamiento.


El problema de la sostenibilidad 

Cabrera explicó que la finalidad de la reforma “nunca fue terminar con el déficit, porque es algo imposible en el mediano plazo”. No obstante, las previsiones de la comisión de expertos del BPS estimaron que las medidas adoptadas mejorarían la situación financiera y fiscal de la seguridad social en el mediano plazo. “Eso se mantiene, pero obviamente se ve amenazado por la posibilidad del plebiscito del PIT-CNT, que echaría por tierra todo esto”, sostuvo. Ante los cuestionamientos sobre si en el mediano plazo se necesitaría una nueva reforma para mejorar la sostenibilidad del sistema, Cabrera respondió que es algo que “se puede ajustar siempre, porque depende de la demografía y la realidad de las regiones laborales de un país”, aunque no habrían indicios de que no se cumplirán con las expectativas previstas.