Alfredo Fratti, presidente de la Cámara de Representantes
El flamante presidente de la Cámara de Diputados no descuida sus raíces. Oriundo de Cerro Largo, Fratti tiene una extensa trayectoria en temas agropecuarios que se refleja en su gestión al frente del INAC entre 2005 y 2015 y en sus actuaciones como integrante y presidente de la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca de la Cámara entre 2015 y 2020. Bajo su presidencia en la Cámara, pretende lograr acuerdos entre las fuerzas políticas que permitan al Uruguay sobrellevar de mejor manera las consecuencias de la pandemia. En la misma línea, tiene como objetivo acercar al Parlamento al interior profundo y para esto, asegura, que se invertirán los recursos que sean necesarios para visibilizar los problemas del sector agropecuario y trabajar en darles solución.
– ¿Qué cambios le gustaría llevar adelante al frente de la Cámara de Representantes?
– El cambio principal es que podamos ayudar a la gente. Yo lo decía en el discurso: en el mundo no hay ningún régimen totalitario que funcione con un Parlamento libre, entonces para nosotros esto es esencial para la democracia y creo que, de alguna manera, los actores políticos hemos perdido credibilidad y confianza de los ciudadanos, que se han alejado.
Si nos acercáramos un poquito yo estaría conforme. Eso se arregla saliendo. Yo sé que tenemos la pandemia por delante, y hay eventos que teníamos en agenda que tuvimos que suspender, pero la idea es que las comisiones puedan salir en la medida que se achate un poco la curva de contagios.
Eso permite que los ciudadanos puedan hacer visibles sus problemas en los lugares donde se reúna la comisión, algo que quizás no sucede si el problema no tiene alcance nacional.
Se hicieron recortes desde el punto de vista de los gastos, pero yo creo que ahora estamos en la etapa de llevar el Parlamento a la gente; esa es la impronta que le queremos dar.
Esto queremos llevarlo adelante en una clave artiguista, porque Artigas es un personaje que nos une a todos por encima de nuestras divisiones partidarias e ideológicas, y esto nos puede llevar a encontrar algunos puntos de acuerdo a nivel nacional.
Estamos en una situación muy embromada desde el punto de vista sanitario, claramente, pero en algún momento vamos a salir de esta situación y vamos a tener un país con serias dificultades económicas. Por eso me parece que tenemos que ser capaces de encontrar algunos puntos de encuentro.
Yo soy optimista porque el Frente Amplio planteó el año pasado algunas medidas para paliar la situación económica de los más desprotegidos -también con una visión artiguista por esto de que los más humildes sean los más privilegiados-, y ahora aparecen algunas voces de partidos que integran la coalición de gobierno que van en el mismo camino. Podemos diferir en el monto pero nuestra intención es caminar en ese sentido; todo lo que podamos articular, lo haremos.
Uruguay es un país politizado y vamos a seguir discutiendo y discrepando, pero también siempre llegando a acuerdos.
El próximo 16 de abril haremos notar que van a ser 19 años de la Concertación para el Crecimiento del año 2002, donde se juntó el sector agropecuario con el PIT-CNT, más actores sociales y sectores comerciales. Si esto fue posible en sectores que parecía imposible que se sentaran en torno a una mesa y organizaran algo en conjunto, me parece que, en esa tónica, podemos encontrar algún camino en común que nos permita encontrar soluciones a los problemas que vamos a enfrentar como país.
– En el discurso de asunción hizo mención a la necesidad de acercar el Parlamento al interior profundo. ¿Hasta el momento no se logró llegar hasta ahí?
– Hemos tenido avances, pero la distancia entre el campo y la ciudad ha sido grande. Es una cuestión de que nunca nos hemos reconocido como país agropecuario. Cada vez que tenemos una crisis pedimos que el campo nos ayude a salir, pero cuando la cosa anda más o menos bien nos olvidamos de este sector y nos dedicamos a atender a otros que son importantes, dejando de lado aquel que ha sido nuestra fortaleza desde Hernandarias para acá.
Antes la escuela iba hasta tercero y ni hablemos de la luz. Creo que nos hemos acercado bastante con la electrificación y la ceibalita. Se ha avanzado, pero siguen apareciendo diferencias y estas problemáticas queremos hacerlas visibles.
– ¿Cómo evalúa la presidencia de Martín Lema al frente de la Cámara? Él apuntó a efectuar recortes en los gastos y a la austeridad. ¿Piensa seguir en la misma tónica?
– Lo que hizo Lema me parece que está bien, hizo recortes en algunos gastos que eran indicados también por la ciudadanía. Ahora los recortes no pueden seguir eternamente, sino caeríamos en que no vaya una comisión al Interior porque es mucho gasto. Me parece que cada cosa en su lugar. Hay un tiempo para cada cosa, y creo que ahora el tiempo es de acercar el Parlamento y que lo que gastemos en eso no es un gasto, es una inversión. A veces confundimos austeridad con recortes. Los que cumplimos alguna función pública tenemos que saber claramente que hay que manejar los dineros públicos con más cuidado que si fueran tuyos, por lo tanto no hay que anunciarlo, hay que hacerlo.
Por ejemplo, cuando llegamos al INAC encontramos en caja tres millones de dólares y cuando nos fuimos dejamos 40 millones, pero no dejamos de hacer una sola promoción en el exterior. Si hubiésemos ahorrado es probable que quedaran 70 u 80 millones de dólares pero no hubiésemos dado conocer a nuestro país ni las cualidades de nuestras carnes ni nos hubiésemos insertado internacionalmente. Considero que hay que tener manejos austeros y los recortes tienen que tener su momento en aquellas cosas que no son necesarias.
No podemos vivir pensando que lo mejor para el país son los recortes. Eso es para una etapa, ya está y ahora tenemos que mover todo lo que podamos el Parlamento.
– En entrevista con CRÓNICAS, Lema aseguró que en el Frente Amplio hay una ansiedad por la crítica permanente. ¿Cómo ve al Frente Amplio como oposición? ¿Cómo es el relacionamiento de su fuerza política con el gobierno?
– Esto que dice Lema es una generalización que no corresponde. Yo, por ejemplo, no he hecho una sola crítica a la gestión de Martín Lema y me parece que esta debería ser la tónica para este cargo y para todo.
Me parece que lo que ha pasado es al revés: el gobierno en vez de hacerse cargo y gobernar, pasó un año diciendo lo mal que había gobernado el Frente Amplio.
En este país, que es muy pequeño, todos sabemos qué pasa en el Banco Central y en el Ministerio de Economía, por lo tanto, luego de que pidieron para ser gobierno no pueden decir: «¡Uy, con lo que me encontré!». Todos sabemos lo que pasa en todas las áreas a no ser algún “escandalete” como este último de Salud Pública del que nadie está exento.
La situación genérica la sabían todos. Yo no puedo venir acá al Parlamento y decir: “Me encontré que Lema hizo este o aquel recorte”. Cuando me propusieron y acepté ser presidente de la Cámara es para ver cómo vamos a funcionar de acá para adelante con lo que está. Obviamente, los avances de Lema los vamos a respetar porque yo no creo en la tierra arrasada; para mí todos los gobiernos aportan algo, en el acierto o en el error.
Fratti sobre los cuestionamientos de Lema al FA: “Lo que tienen que hacer es no ser dignos de crítica, porque si sos tan prolijo y cristalino como mandan los folletines no tenés cómo hacer para que te critiquen”.
El Frente Amplio tiene que criticar porque es el lugar que le dio la ciudadanía. Cuando la ciudadanía vota, define quién es gobierno y quién es oposición. La función del gobierno es gobernar y la de la oposición marcar aquellas cosas que cree que son perjudiciales para la ciudadanía y tratar de darle cristalinidad a la acción del Parlamento. Lo que tienen que hacer es no ser dignos de crítica, porque si sos tan prolijo y cristalino como mandan los folletines no tenés cómo hacer para que te critiquen. El tema es que cuando estás en la oposición todo se ve más fácil, pero en el gobierno la cosa es bastante más compleja.
Lo que pasó con la exoneración impositiva en la firma de Alfie, lo sucedido en el Ministerio de Salud Pública, o los gastos sobredimensionados del Ministerio de Relaciones Exteriores, parece que si pasa, pasa. Estamos adquiriendo eso de que pruebo y si pasa lo dejo y, si no pasa, revierto.
Esta crítica la hago desde la oposición, que es el lugar que nos dio la ciudadanía, pero claramente no voy a asumir una posición como lo va a hacer seguramente nuestra fuerza política porque yo tengo que tratar de articular el Parlamento Nacional; para eso tengo que tener un buen relacionamiento con el oficialismo a fin de poder coordinar.
– ¿Se ha tenido en cuenta lo suficiente al Frente Amplio como actor relevante a la hora de tratar el tema de la pandemia?
– Hasta hoy no. El presidente ha recibido a dirigentes de la oposición y fue a la casa del extinto presidente de la República Tabaré Vázquez a recoger algunas recomendaciones con respecto a esto y eso se valora como un gesto democrático, pero el diálogo y tomar en consideración es cuando llevás alguna propuesta que no es la tuya porque, de lo contrario, es una escucha. Creo que ahí se paró y es una pena dado que estos son los temas de los que tenemos que tratar de salir en conjunto porque ahora hay que pedirle a la oposición que ayude a que la gente se vacune y que tratemos de apuntalar al Ministerio de Salud Pública. Yo creo que podríamos estar haciéndolo ya desde hace más tiempo pero ahora, obligados por las circunstancias, vamos a tratar de salir en conjunto.
Interferencia
– ¿En qué debe mejorar el Frente Amplio pensando en la importante representatividad que tiene de la sociedad?
– Yo creo que el Frente Amplio representa a la mitad del país y los 30.00 votos de diferencia se pueden cambiar según cómo se lleve adelante la campaña electoral.
Por otro lado, el hueco grande de la falta de apoyo hacia el Frente Amplio estuvo en el Interior. Basta ver las intendencias que no logramos mantener o las que no recuperamos.
Creo que hemos tenido problemas de comunicación de las cosas que hacíamos, y seguimos manteniendo ese problema. Me parece que la fuerza política tiene que trabajar en esto y que es una culpa colectiva, no hay un actor responsable.
Por otro lado, creo que el gobierno está comunicando muy bien las cosas y se termina hablando de lo que el gobierno quiere hablar.