El pasado 23 de marzo, Ceres presentó en la sala de la Cámara de Representantes del Palacio Legislativo un informe que ponía como tema central el estado de situación y las oportunidades del sector pesquero en Uruguay. Estuvo allí presente e hizo uso de la palabra el presidente de la CIPU, Juan Riva-Zucchelli. En sus dichos, entre otras cuestiones, resaltó que más que tratos especiales, desde la cámara se busca que se resuelvan los “palos en la rueda” que tiene la industria. Para profundizar en estos dichos y en algunas conclusiones del informe, CRÓNICAS conversó con el referente del sector.
Riva-Zucchelli resaltó que del informe se pueden extraer dos conclusiones, una buena y una mala. Desde lo positivo, afirmó que queda claro que los datos demuestran que la pesca en el país tiene enormes perspectivas a futuro. Pero, por otra parte, la mala indica que en la actualidad el diagnóstico de situación muestra un estado crítico, donde por diversos factores no se está aprovechando el potencial con el que se cuenta.
Si bien ambas cosas ya eran manejadas por la cámara, el entrevistado indicó que es importante que estén plasmadas en el informe, ya que sirven para generar conciencia sobre el momento de la industria, tanto en el público en general como en las autoridades.
En esta línea, destacó que está todo dado para tener un buen desempeño, porque el sector cuenta con recursos naturales, mercado, mano de obra y conocimiento. Esto, entre otros datos, puede evidenciarse en los niveles de exportación, los cuales hace 10 años rondaban entre los US$ 240 y US$ 250 millones, pero han ido bajando producto de la agudización de estas dificultades, llegando el año pasado a la cifra de US$ 130 millones.
Conflictividad laboral, una de las explicaciones
Dentro del informe de Ceres se identificaron una serie de problemáticas, las cuales, a pesar de la potencialidad del sector pesquero en el país, actúan como obstáculos y determinan su estancamiento. Una de ellas es lo que se denomina como “alta conflictividad laboral” y se vincula a los escenarios donde por diversas circunstancias y como producto de conflictos laborales se pierden jornadas de trabajo.
Consultado por esta cuestión, el referente de CIPU explicó que de forma histórica la relación con los sindicatos en esta área ha sido conflictiva. Más allá de eso, detalló que dentro de los tres gremios existentes, el de capitanes, el de maquinistas y el de marineros, es particularmente este último con el que se han dado más situaciones de tensión. Resaltó que el mismo se autodenomina como “un sindicato combativo”, y que por más que desde su lugar esté de acuerdo con que este tipo de agrupaciones se muestren fortalecidas, puntualizó en que muchas veces discrepa con los mecanismos que se utilizan para esto.
Como cuestión a destacar, puso el foco en la cantidad de días de trabajo que se pierden por “conflictos menores”, siendo justamente la falta de navegación uno de los puntos críticos que dificultan el verdadero desarrollo del potencial de la industria.
La falta de navegación, el origen del problema
Es en el promedio de navegación de la flota donde está una de las principales explicaciones de la situación actual y, a su vez, la posible solución. Según Riva-Zucchelli, por diferentes circunstancias, en los últimos años no se llega a los 200 días, siendo que se espera alcanzar los 300 días de navegación para poder obtener un desempeño que realmente pueda ser evaluado como satisfactorio.
Las razones por las que no se navega los días que se debería navegar son varias. El representante de CIPU no apuntó solamente a la conflictividad laboral, sino que hizo mención a otros elementos que también sirven como obstáculos. En este caso, se refirió a las condiciones de la flota y su antigüedad, la que requiere reparaciones y, por lo tanto, muchas veces significa días perdidos. En esta línea, y dentro de un funcionamiento circular, por la falta de dinámica de la industria, las empresas no siempre se encuentran en condiciones de hacer las reparaciones que representen una rápida solución o una solución definitiva al problema, lo cual termina reflejándose en más tiempo de trabajo perdido.
Por último, y como cuestión no menos importante, apuntó como dificultad a los aspectos burocráticos. El sector en cuanto a permisos y demás aspectos formales depende Prefectura y de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara), y son sus reglamentaciones que muchas veces, por encontrarse interrelacionadas, terminan en algunas oportunidades por dejar truncas las iniciativas de navegación.
Y más bien de forma esporádica, puso en consideración otros elementos como el clima, las temporadas de descanso entre marea y marea, y otras problemáticas que pueden venir dadas por dificultades en el suministro de combustible.
Un futuro con tres pilares
Riva-Zucchelli puso énfasis en que ha tenido recientemente conversaciones con el sindicato, en esta línea destacó que se ha llegado a la conclusión de que la solución y el progreso del sector depende de todos. Como pasa en cualquier industria “esto se arregla entre todos, los trabajadores, las empresas y el Poder Ejecutivo”, aseveró.
En relación con el pilar que le corresponde al Poder Ejecutivo, el entrevistado detalló que a pesar de la falta de resultados en el 2022, luego de la presentación de 20 sugerencias para incorporar en el proyecto de Rendición de Cuentas, se sigue trabajando de forma conjunta y teniendo reuniones con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. A través de este diálogo permanente y de la importancia de estos nuevos datos que respaldan la dificultad del sector, se espera poder llegar a soluciones más concretas.