En un contexto internacional marcado por la incertidumbre y la volatilidad, las economías de América Latina y el Caribe crecerán 1,5% en promedio en 2018, debido fundamentalmente al repunte de la demanda interna, especialmente del consumo privado, y un leve aumento de la inversión, señaló la Cepal en su último informe anual.
El “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2018” es una de las publicaciones más tradicionales del organismo (se edita desde la fundación de la Cepal en 1948). En el documento, se destaca que el crecimiento promedio general de la región mantiene una tendencia positiva. Sin embargo, el organismo recortó en siete décimas su proyección de crecimiento para la región respecto a su última estimación de abril.
Existe una gran heterogeneidad entre los distintos países y subregiones, ya que se espera que América del Sur crezca 1,2% en 2018, mientras que América Central lo haría en 3,4% y el Caribe en 1,7%.
El Estudio agrega que este crecimiento regional se da en un escenario global complejo, caracterizado por conflictos comerciales entre Estados Unidos, China y otras naciones; riesgos geopolíticos crecientes; una caída en los flujos de capitales hacia los mercados emergentes en los últimos meses y un alza en los niveles de riesgo soberanos; depreciaciones de las monedas locales frente al dólar; y una expansión económica mundial que tiende a perder dinamismo.
El informe indica que la recaudación tributaria de América Latina se mantiene estable en 2018 en torno al 17,8% del PIB (frente al 17,9% anotado en 2017), mientras que la inflación promedio se mantiene dentro de lo esperado (6,5% a junio frente al 5,3% en 2017, excluyendo a Venezuela). En tanto, la tasa de desocupación urbana regional ha dejado de crecer y se mantendría en 9,2%, por debajo del 9,3% del año pasado, gracias a una mayor generación de empleo asalariado (1,4% en el primer trimestre de 2018, luego de anotar 0,3% en 2017).
En el ámbito fiscal, las medidas dirigidas a la consolidación fiscal en América Latina han dado lugar a una reducción esperada del déficit primario, que pasaría de un déficit medio del 0,8% del PIB en 2017 a uno del 0,5% del PIB en 2018.
“Nuestra región sigue creciendo, aunque a menor ritmo de lo proyectado hace unos meses, a pesar de las turbulencias internacionales. Eso es positivo pero nos insta a redoblar esfuerzos para generar una reactivación, sin caer en ajustes fiscales excesivos. Aquí la integración regional puede jugar un papel fundamental y hacia allá debemos apuntar”, remarcó la Secretaria Ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.
El informe destaca que la región ha aumentado sus niveles de inversión en las últimas dos décadas, cerrando la brecha existente con otras regiones del mundo. Sin embargo, advierte que se requiere un esfuerzo adicional para promover los encadenamientos productivos de esta inversión y así apuntalar el crecimiento económico.