En un evento organizado por BBVA Research, los economistas Adriana Haring, Juan Manuel Manias y Marcos Dal Bianco presentaron su informe “Situación Uruguay 2024, un buen momento para afrontar las reformas necesarias”. A pesar de una proyección de crecimiento del PIB de un 3,2%, remarcaron que “Uruguay necesita avanzar aún más en reformas estructurales para ganar competitividad”.
Los ponentes plantearon un crecimiento global que se moderará en los próximos trimestres y que se recuperará en 2025. El Banco Central Europeo (BCE) comenzó a reducir las tasas de interés, mientras que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos postergó su ciclo de flexibilización debido a una economía y un mercado laboral “robusto”, con una inflación del 3% anual, por encima de su target de 2%. Puede que el contexto geopolítico afecte la oferta -especialmente en lo referido a los conflictos bélicos en Ucrania y Palestina- complicando el margen para la reducción de las tasas de interés y la moderación de la inflación.
En Uruguay, la situación política es menos polarizada que en otros países de la región, por lo que no se esperan cambios políticos significativos. Por el contrario, demuestra una buena capacidad de mantener el equilibrio “incluso ante desafíos significativos”. En base a esto se espera una continuidad de la regla fiscal y de la política internacional. No obstante, se menciona al plebiscito por la seguridad social como un factor a monitorear que, por más improbable, significa una propuesta de alto impacto.
Índices macroeconómicos
En términos de actividad económica, Uruguay ha registrado un crecimiento magro del 0,4% en 2023 debido a una severa sequía que afectó la producción agropecuaria y la generación hidroeléctrica, y a la parada técnica de mantenimiento en la refinería de Ancap.
Para 2024 se espera una recuperación del 3,2%, impulsada por el sector agrícola y la energía eléctrica. Para los economistas, este repunte no quita que “Uruguay necesita avanzar aún más en reformas estructurales para ganar competitividad”.
La inversión disminuirá tras la finalización de grandes obras como UPM 2, pero será compensada por un aumento en las exportaciones y el consumo privado.
Para 2025 se estima que la actividad se expandirá 2,7% por un repunte del consumo privado.
La inflación, que alcanzó un mínimo de 3,7% en 2023, se espera que sea del 5,5% este año y del 5% en 2025. Las expectativas inflacionarias han comenzado a converger hacia el rango objetivo, pero aún se ubican en el 6% para el horizonte de política monetaria de 24 meses.
En este contexto, reconocieron el esfuerzo del Banco Central del Uruguay (BCU) por reducir la inflación, y consideraron que se mantendrá una política monetaria contractiva, con la tasa de política monetaria (TPM) estable. “Esperamos que se mantenga en pausa hasta el último trimestre del año para recién entonces retomar la senda de recortes y dejar la TPM en 8,25% a fin de este año”, sostuvieron.
El tipo de cambio del peso uruguayo ha mostrado una notable estabilidad, registrando la variación más baja respecto al dólar entre las monedas de la región en los últimos 12 meses. Se espera una leve depreciación hacia un tipo de cambio de 40 pesos por dólar a diciembre de 2024, impulsada por una menor tasa de interés real positiva y la postergación de los recortes de la Fed. En cuanto al comercio exterior, las exportaciones disminuyeron un 13% en 2023 por la sequía y una baja demanda externa, pero se espera una recuperación del 15% en 2024, liderada por la soja y la celulosa.
En los primeros meses de este año “el mercado laboral ha ido deteriorándose”, ya que “cayó tanto la tasa de actividad como la de empleo”, con una tasa de desempleo que alcanzó el 9% en abril de 2024, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. No obstante, consideraron a esta variable como volátil, y proyectaron una leve mejora con una tasa de desempleo del 8,5% para fin de año y un crecimiento real de los salarios del 1,5%.
Por último, en lo que respecta al turismo, la salida de uruguayos al exterior se redujo en casi un 22%, mientras que el gasto cayó en un 15%. Esto tiene una relación directa con la situación de Argentina. A medida que el tipo de cambio se corrija, Argentina se volverá “más caro”. El número de visitantes también se redujo en el primer trimestre, lo que puede entenderse si se tiene en cuenta que entre el 60% y el 65% de los turistas en Uruguay son argentinos.
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