Danilo Astori, ministro de Economía y Finanzas
“En todo caso podríamos hablar de frustración”, sostuvo el ministro al ser consultado sobre su cuenta pendiente de ser presidente de la República, lo que ya no será posible dado que, tras reflexionar al respecto, descartó postularse como precandidato. Habló también sobre la situación actual de su sector, y confesó que le tiene miedo a la próxima campaña electoral.
Por Oscar Cestau | @OCestau
-El Frente Amplio (FA) sancionó a Raúl Sendic y no podrá ser candidato, pero seguirá participando en los actos de su sector. ¿Es un problema para el partido de gobierno?
-El FA hizo lo que tenía que hacer, pero sobre futuros efectos prefiero no seguir alimentando la polémica pública.
-Según publicó La Diaria, algunos dirigentes de Asamblea Uruguay (AU) se volcaron a la candidatura de Bergara. Al respecto, José Carlos Mahía dijo que algunas de las escisiones en el sector respondían a la “necesidad de protagonismo” de algunos dirigentes. ¿Considera que hay un debilitamiento del sector de AU?
-No, en absoluto. Hay que tener en cuenta el grado de compromiso y la calidad humana incluso de nuestros compañeros. Los veo con muchas ganas de trabajar, contribuyendo al desarrollo del Frente Líber Seregni y del FA, y por supuesto, de hacer nuestro aporte al país, que es lo que más nos interesa, pero no siento una especial preocupación por esa decisión.
-¿Cree en las encuestas?
-Sí, por supuesto.
-Porque la última encuesta de Equipos Consultores mostró que el Partido Nacional supera en cuatro puntos al FA. ¿Qué lectura hace usted de esos resultados?
-En primer lugar, las encuestas son un instrumento muy válido de análisis de opinión pública que no es posible ignorar. En segundo lugar, tenemos que ver la tendencia y no la fotografía. Esto último puede conducir –los propios elaboradores de encuestas nos lo dicen- a errores importantes.
Tercero, los números que se conocieron en este último trabajo son preocupantes y lo son en la fotografía y en la película. ¿Cuál es la película? Por ejemplo, hay una disminución muy importante de la adhesión que registra el FA en este momento, con respecto a la que registraba en un momento político similar el período anterior.
Eso tiene que ser motivo para preguntarnos por qué pasa esto, qué errores cometimos, cómo podemos subsanar los errores -que seguramente han de ser importantes porque los números han cambiado de una manera significativa-, y en función de ese análisis y de las respuestas que nosotros mismos encontremos, trabajar intensamente. No conozco otra manera de reaccionar frente a una situación de este tipo.
-¿Cree que la próxima es la elección más difícil que tiene por delante el FA?
-Sí. Va a ser la más competitiva, y en caso de ganar, no va a haber mayorías parlamentarias. Será una campaña política en la que habrá que trabajar intensamente. Le tengo miedo a esta campaña, de que sea sucia, muy crispada. Ojalá las redes sociales no jueguen su faceta negativa. ¡Si pudiéramos encontrar alguna especie de acuerdo nacional para que no sea así, pero está complicado; lo veo muy difícil! Le tengo cierto miedo al vale todo, a las falsedades e historias inventadas.
Hay una receta positiva, que es no ignorar a las redes, pero, al mismo tiempo, estar cerca de la gente, hablar mano a mano y tener una conducta que demuestre que uno se comporta en la vida como lo dice.
“Me siento con fuerzas para seguir trabajando”
-¿Le molestó la falta de respaldo a su candidatura? ¿Ser presidente electo es su gran cuenta pendiente?
-No lo voy a ocultar, tenía ganas de serlo, me siento con fuerzas para seguir trabajando, pero es la realidad, aunque la decisión no me molestó. Tomé la determinación que me parece que tenía que tomar, no sin antes hacer un análisis detenido, con compañeros, y llegar a esa conclusión. Pero no hay molestia, repito, en todo caso podríamos hablar de frustración.