El ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, anunció un paquete de medidas de contención del gasto que generará un ahorro de 70.000 millones de reales (unos US$ 11.800 millones) en los próximos dos años. El jerarca aseguró que las medidas “consolidan el compromiso del gobierno con la sostenibilidad fiscal del país” y las calificó como una elección “corajuda pero acertada”. Sin embargo, los mercados han reaccionado con escepticismo, puesto que mantienen dudas sobre la capacidad del gobierno para cumplir con sus metas fiscales. El real se depreció y registró un mínimo histórico respecto al dólar.
En momentos en que el presidente electo Yamandú Orsi se encuentra en Brasil para reunirse con el presidente Luis Inácio “Lula” Da Silva y negociar aspectos de la agenda bilateral, en el país vecino se viven momentos convulsionados tras importantes anuncios en relación a su política fiscal.
El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, confirmó en un discurso nacional un paquete de medidas de contención del gasto del Gobierno que generará un ahorro de 70.000 millones de reales (unos US$ 11.800 millones) en los próximos dos años. El paquete fiscal incluye gravar a los súper ricos y eximir del impuesto a las ganancias a quienes perciban hasta 5.000 reales mensuales. Se trata de “la mayor reforma del impuesto a las ganancias en nuestra historia”, aseguró Haddad, que implica elevar el umbral exento de impuestos a 5.000 reales (unos US$ 842) mensuales, desde los 2.824 reales (US$ 473) actuales, compensando la pérdida de ingresos con mayores impuestos para quienes ganen más de 50.000 reales (US$ 8.380). Esta ampliación de la exención tributaria cumple una promesa de campaña del presidente Lula.
Según explicó Haddad, esta medida tendrá un impacto fiscal de 35.000 millones de reales (unos US$ 5.890 millones), que será compensado por un aumento de impuestos a los sectores de mayores ingresos, bajo la premisa de que “quien gana más debe contribuir más”. Estas propuestas serán debatidas en el Congreso y entrarían en vigencia en 2026.
Los que ganan más de 600.000 reales (US$ 100.000) al año verían aumentar la tasa efectiva del impuesto sobre la renta, llegando al 10% para las personas que ganan más de un millón de reales (US$ 167.000) al año, según la propuesta. La tasa efectiva actual es del 4,2% para el 1% de los que más ganan y del 1,75% para el 0,01%, según datos del Gobierno.
Para cubrir el resto del golpe fiscal, el gobierno pondría fin a la exención del impuesto sobre la renta para los jubilados con enfermedades graves o que hayan sufrido accidentes y ganen más de 20.000 reales (US$ 2.240) al mes, entre otras medidas.
Recortes de gastos
Por otra parte, el ministro de Hacienda también presentó los elementos clave de un esperado paquete de recortes de gastos, que se espera genere ahorros de 70.000 millones de reales (US$ 11.800 millones) en los próximos dos años, pero que se vio opacado por el anuncio de la reforma tributaria. Haddad defendió las medidas anunciadas afirmando que “consolidan el compromiso del gobierno con la sostenibilidad fiscal del país” y las calificó como una elección “corajuda pero acertada” para garantizar “un Brasil más fuerte, justo y equilibrado en el futuro”.
El plan incluye ajustes en el techo salarial del sueldo mínimo, revisiones de los beneficios y topes salariales para empleados públicos y jubilaciones militares. El objetivo central es garantizar el cumplimiento del “marco fiscal”, una norma que limita el crecimiento del gasto hasta 2026, cuando termina el mandato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Presión del mercado
El paquete fiscal, presentado con un mes de retraso respecto a lo planeado inicialmente, llega en un contexto de presión sobre los mercados. Los inversores han manifestado escepticismo sobre la capacidad del gobierno para cumplir con sus metas fiscales, lo que ha generado una continua depreciación del real frente al dólar.
Haddad enfrentó tensiones internas en el gobierno, donde prevaleció la decisión de cumplir con las promesas de campaña de Lula, incluso si ello conlleva desafíos adicionales para las metas fiscales.
Tras los anuncios, el dólar se disparó en Brasil y dejó al real en un mínimo histórico, al alcanzar el valor de seis reales. Ante la cotización récord, Haddad trató de calmar al mercado enfatizando que las medidas serían fiscalmente neutrales y sólo entrarían en vigor en 2026 tras la aprobación legislativa.
Al ser interrogado sobre la introducción de la medida ahora, a pesar de que su aplicación sólo está prevista para 2026, Haddad dijo que la decisión era “finalizar todas las medidas este año” para dejar “claro nuestro proyecto”.
Por su parte, el índice Bovespa –el principal indicador bursátil del país- cerró ayer jueves en 124.610,41 puntos, lo que implicó una caída diaria de 2,4%.
Según analistas consignados por el diario argentino La Nación, las medidas anunciadas buscan reforzar la confianza en la sostenibilidad fiscal del país y estabilizar el crecimiento de la deuda pública, pero tendrá un impacto fiscal que erosionará parte de la reducción del gasto prevista en las otras medidas.
A pesar de estas tensiones, Brasil muestra indicadores sólidos en empleo, consumo y producción industrial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento del 3% para el PBI brasileño en 2024, por encima del promedio de 2,1% estimado para América Latina y el Caribe.
El gobierno mantiene su meta de déficit primario cero para este año, con un margen de tolerancia de 0,25 puntos porcentuales del PIB. Para cumplir este objetivo, se anunció recientemente un congelamiento de gastos por US$ 860 millones.