En 2002, en plena crisis económica, en Artigas se descubrió un foco del virus de aftosa. Por ello, varios productores tuvieron que sacrificar sus animales y muchos mercados importantes se cerraron para el país. El tiempo pasó, y la carne uruguaya volvió a ser reconocida mundialmente, incluso retomando presencia en mercados exigentes, como el de Japón. Daniel Belerati, presidente de la Cámara de Industria Frigorífica (CIF), en diálogo con CRÓNICAS, hizo alusión a este logro, a la vez que realizó una puesta a punto del sector.
Por Romina Peraza | @romiperaza
-¿Qué significación tiene para Uruguay que se haya abierto el mercado de carne japonés?
-Es un logro trascendente desde el punto de vista comercial y sanitario, porque es la primera vez que un país libre de aftosa sin vacunación, como Japón, le abre las barreras sanitarias a un país, como Uruguay, que es libre de aftosa con vacunación. Eso tiene dos implicancias: la sanitaria, como un reconocimiento a la seriedad de nuestro país; y la comercial, porque accedemos a uno de los mercados más importantes de importación de carne del mundo.
-Desde 2009 se estaba negociando la reapertura de este mercado. ¿Qué líneas de trabajo fueron esenciales para llegar a esta situación que se da ahora?
-Las líneas técnicas y después las diplomáticas. Las primeras pasan por haber demostrado el cumplimiento con las exigencias de las autoridades sanitarias japonesas para asegurarle que no hay circulación del virus de aftosa en el país. En segundo lugar, que es un tema absolutamente controlado y que tenemos los análisis de riesgo necesarios para poder prevenir y actuar en caso de algún incidente. Fueron nueve años de gestiones, además de la persistencia desde el punto de vista político de que estábamos persiguiendo algo que era inédito pero que era justo. Llevó un tiempo, pero se logró.
-¿Cómo es la operativa, teniendo en cuenta que es un mercado exigente y de muchos requisitos?
-La operativa es igual que en los demás mercados, con las garantías que les damos a todos -Estados Unidos, Europa, China, Israel, entre otros-. Lo que sucede es que Japón es más estricto para el ingreso de carne de países con vacunación.
-¿Cuántos frigoríficos están habilitados para vender a Japón?
-Son 16. Para ingresar a la lista, los frigoríficos tienen que cumplir con los requisitos en cuanto a las condiciones higiénicas y sanitarias que el Ministerio de Ganadería acordó con las autoridades japonesas.
-¿Qué volúmenes se están manejando de exportaciones?
-Se embarcaron 4.000 kilos, por lo tanto, no se puede hacer una proyección en este momento de cómo va resultar el mercado. Es un mercado que hay que trabajarlo, es exigente, tiene sus particularidades desde el punto de vista de la cantidad de grasa que pretenden en la carne. Además, tenemos que tener un precio conveniente, competitivo con Australia y Estados Unidos, que son los dos países que actualmente producen el 90 % de la carne que importa Japón.
-El 13 de febrero salió el primer embarque. ¿Para cuándo está planificado el próximo?
-Esta semana ya salieron otros en avión. Estos embarques son de muestra del producto, porque la carne no soporta el precio de un flete aéreo, es decir, ahora mandamos pequeñas cantidades. Son muestras para que los clientes sepan cual es el producto que les ofrecemos. Para obtener rentabilidad tienen que ir en barco; seguramente antes de fin de mes se realice el primero.
-¿Cómo está el país en materia prima? ¿Hay existencia de ganado para faenar en caso de que se sigan abriendo mercados?
-Muy mal. Ya este año la faena va a ser un 10% menor a la del año pasado, consecuencia de que en 2018 se fueron 450.000 terneros en pie, y en el 2017 se habían ido 406.000. En lo que va del año la faena ha sido un 20% menos que el año pasado. Se prevé que para todo el año la faena va a estar entre un 10% o 12% menos que el año pasado.
-¿Cómo es la situación de la industria hoy?
-Estamos complicados por los problemas de competitividad que tiene Uruguay. Tenemos costos muy grandes… Nuestro costo de faena desde el punto de vista de la mano de obra es el más caro de todo el Mercosur. Todos los precios que tiene nuestro país medidos en dólares no son competitivos con nuestros competidores. A ese problema se le suma la baja en la cantidad de ganado para faenar.