Uruguay necesita obtener el bagaje suficiente en negociaciones de tratados de libre comercio, antes de exponerse a firmar uno con China, asegura el analista Nicolás Albertoni. Para Albertoni, es importante iniciar negociaciones con países de la región para adquirir experiencia y conocer la sensibilidad de las distintas industrias. Mientras, sugiere explorar otras posibilidades de acercamiento con el gigante asiático.
Por Adolfo Umpiérrez | @AdolfoUmpierrez
El tren de Estados Unidos, dicen, cruzó solo una vez y Uruguay decidió no subirse. Ahora el gobierno está en busca de hacerlo en otro, tanto o más importante que Estados Unidos: China.
En diálogo con CRÓNICAS, el investigador en negocios internacionales de la Universidad de Georgetown, Nicolás Albertoni, aseguró que en cuanto a los acuerdos comerciales, China, a diferencia de Occidente, tiene otra manera de mirar el comercio y la diplomacia. De todas maneras, “hay que mirar que no nos van a dejar de dar corte por ser un país de tres millones de habitantes. Hay otros temas geopolíticos en la lógica asiática”, agregó.
Albertoni sostiene que para relacionarse con China no todo es estrictamente comercial y asegura que Vázquez “supo leerlo”: “Hablar de fútbol es algo inimaginable con países de Occidente, todo es muy diferente. Si hablamos con Estados Unidos no hay que hablarle de fútbol porque al final del día es una economía que se maneja por el mercado de ida y vuelta, allí está la diferencia”, agregó.
Cuando China incorpora un socio, no solo piensa en comercio, sino que además se posiciona en temas de geopolítica y en la necesidad de tener la mayor cantidad de aliados en el mundo. “Hay que ser proactivos y saber seducir mercados con los que todo el mundo quiere relacionarse. Yo creo que Vázquez con este viajes está mostrando proactividad”, sostiene Albertoni.
Nos queda grande
Albertoni considera que, desde Uruguay, no sería estratégico pensar únicamente en un TLC con China, sino que es necesario explorar “caminos alternativos, aprovechando la tendencia hacia donde va el mundo. No todo es TLC sí o no TLC”, dijo y agregó: “Puede haber cooperación en inversiones concretas en áreas en las que a China le interese, como por ejemplo la energía. Uruguay podría sacar mucho más provecho que yendo al TLC, que implicaría muchas más aristas”.
“No me parece que sea China el mercado con el que haya que iniciar esta bilateralidad comercial. Una cosa es Chile, otra es Colombia o Perú, pero que nuestro siguiente mercado sea China, creo que estamos poniendo en riesgo la herramienta de los TLC…»
Dada la situación de Uruguay, Albertoni sostiene que sería más prudente y no hablaría de un Tratado de libre comercio. “Tomo la experiencia chilena en su relación con China y ellos mismos, que tienen una apertura comercial de 26 acuerdos con 56 socios en el mundo, también han sido muy prudentes”, aseguró.
Chile comenzó su relación comercial con el gigante asiático en 2005 con un acuerdo que solo incluía bienes. Más tarde, empezaron a negociar en servicios. “Cuánto más debemos ser prudentes nosotros, que no tenemos un bagaje de experiencia en este tipo de acuerdos comerciales”, resalta.
Uruguay inició, con el acuerdo firmado la semana pasada con Chile, una etapa de apertura, que según expresó el canciller Rodolfo Nin Novoa, seguirá con otros países de la región y, de acuerdo a los intereses del gobierno, está orientado a los países integrantes de la Alianza del Pacífico. “No me parece que sea China el mercado con el que haya que iniciar esta bilateralidad comercial. Una cosa es Chile, otra es Colombia o Perú, pero que nuestro siguiente mercado sea China, creo que estamos poniendo en riesgo la herramienta de los TLC, sin generar experiencia de negociación primero. Esto no quiere decir que haya que darle la espalda a China”, aseguró Albertoni.
Para el analista el acercamiento con el gigante debe ser más “pragmático” y buscar profundizar en inversiones en cultura, intercambio universitario, y aspectos que escapan al comercio, y que no necesariamente contendría un TLC con China, que sí está dispuesta a ir por otro lado. “Si quisiéramos tener este tipo de experiencia con Estados Unidos estaría mintiendo, porque ellos no entienden esto, no es su lógica, en cambio con China sí”.
Aprendamos a negociar
Para Albertoni, es necesario generar experiencia en negociación para que, cuando haya que llegar a un mercado grande, Uruguay se encuentre “preparado”. “El tema es que si nos pide Estados Unidos vamos a tener que decirle que sí rápido, pero no tenemos experiencia en estas cosas. El TLC por sí mismo no nos da nada asegurado. Un TLC mal negociado es un TLC con resultados malos. Estos tratados son auspiciosos en la medida que se pueda negociar bien, no son una receta”, agregó.
“Primero tenemos que explotar todo lo que ya tenemos, ampliar los acuerdos de complementación económica, porque esas cosas nos sirven para palpar nuestra sensibilidad comercial”, dijo y agregó: “El acuerdo con Chile le hizo buscar información que no tenía a Cancillería, lo hizo salir a buscar datos que no necesitábamos porque estábamos sentados en una silla muy cómoda que se llama Mercosur”.
“Primero tenemos que explotar todo lo que ya tenemos, ampliar los acuerdos de complementación económica, porque esas cosas nos sirven para palpar nuestra sensibilidad comercial”
Para Albertoni no es tiempo de pedir que el gobierno “negocie a destajo con cualquiera”, sino que es importante ser prudentes, aunque las dinámicas de comercio son rápidas, “no queramos tirar diez tiros a la misma vez. Si libramos más de una batalla comercial al mismo tiempo, en un país que no está acostumbrado a tenerla, seguramente vamos a perder varias”, subrayó.
El vecino, amenaza y oportunidad
A pesar del cambio de gobierno en Argentina, y con él, el cambio de signo político, China continúa con fuertes lazos estrechados con la vecina orilla. “Creo que el factor Argentina puede ser interesante y hay que ver cómo impacta, porque Pekín también está poniendo foco del otro lado del charco. Es un mercado mucho más atractivo que nosotros”. Hoy los proyectos de inversión de China en Argentina suman 25.000 millones de dólares y se concentran en el área energética.