Andrés Tierno Abreu, en diálogo con CRÓNICAS, reconoció que se había pensado en que Ancap pusiera precios de mercado en lugar del “precio político” para controlar el monopolio. El no concuerda con esta última opción, ya que lo ideal, dice, sería dejar que los precios se regulen por competencia. “La regulación de precio en los commodities varían por un montón de condiciones, uno no las domina”, dijo sobre la agitada situación del comercio petrolero.
Por Ariana Vezoli | @ArianaVezoli
El mercado del petróleo ha tenido unos meses ajetreados entre disputas por el precio y las complicaciones ambientales que se vienen presentando. Entre estas últimas, la reciente aparición de una nueva variante de covid-19 -Omicron- ha vuelto a sacudir el tablero repercutiendo en diversos sectores.
Alrededor de 100 millones de barriles diarios se comercializan a un precio que oscila entre dos extremos: US$ 30-40, o US$ 100-120. En este momento, en ese mercado, hay dos fuerzas contrarias en competencia: una es un conjunto de naciones lideradas por EE.UU. -quienes luchan por el precio con que le llegan los combustibles al consumidor-, y en el otro extremo se encuentra la OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo) más Rusia, país que lidera junto con Arabia Saudita.
Con el objetivo de regular un mercado que quedó devastado por los efectos de la pandemia -recorte de producción de alrededor de nueve millones de barriles-, los países de OPEP+ decidieron estratégicamente producir 400 mil barriles más por día, desde agosto. Sin embargo, no han confirmado que esto suceda en diciembre, aunque así habría sido acordado en un principio.
La razón de este silencio se debe a que países liderados por EE.UU. han lanzado parte de sus reservas estratégicas -alrededor de 50 millones de barriles de crudo- para contrabalancear las acciones de los otros países y así frenar la tendencia al alza en el precio.
A ningún lado
Con ese escenario como marco, CRÓNICAS dialogó con Andrés Tierno Abreu, ingeniero industrial, exgerente general de Ancap y presidente de su directorio, y miembro del Consejo Mundial del Petróleo con sede en Londres.
Al respecto, el experto opinó que, en su opinión, este lanzamiento de reservas es erróneo. “No es una herramienta para regular precios, sino para evitar la desaparición del producto en el mercado por condiciones extraordinarias, y creo que no les va a dar resultado. Si logran mantener en orden su tropa, Rusia y Arabia Saudita van a seguir dominando el mercado”, dijo Tierno Abreu sobre la situación internacional.
Por la misma línea, explicó que la motivación de EE.UU. radica en reducir el gasto del ciudadano medio, que describió como “altísimo”, con un petróleo que oscila los US$ 80 por barril, algo que pesa muchísimo en su economía.
“La regulación de precio en los commodities varían por un montón de condiciones, uno no las domina. Puede haber una caída ahora, con la variante Omicron, porque podría darse una baja en la actividad y los movimientos mundiales, o sea, una caída del consumo como pasó al principio de la pandemia”, señaló el especialista.
En general, los países tienen un aproximado de 90 días de reserva estratégica entre producto y crudo almacenado. Eso ocurre como medida de prevención ante cualquier acontecimiento extraordinario que suceda en el mundo y ocasione un faltante grave en el mercado.
“Creo que ya se están dando cuenta que eso no camina”, reflexionó el ingeniero sobre la medida adoptada por EE.UU. y sus aliados, ya que -tal como se informó en la edición pasada de CRÓNICAS-, en lo que va del año los precios del petróleo aumentaron más de un 50%. En el caso de los futuros del Brent, crudo de referencia en Europa, el repunte fue superior al 57%, mientras que futuros del WTI Texas, de referencia en EEUU, aumentaron más del 62%. (Ver página 14 de la edición del 26 de noviembre).
Consultado por la repercusión que han tenido los acontecimientos anteriormente mencionados, y como han sido relacionados con la situación de 1973, el entrevistado declaró que “crisis energéticas han ocurrido muchas y van a seguir ocurriendo. Y se van a seguir evitando sus efectos si se opera de acuerdo con normas preestablecidas. Yo no veo un problema en ese tema, creo que todo es manejable, aunque no considero que se pueda hablar de crisis energética”.
Cabe recordar que la crisis del petróleo de 1973 surgió tras la decisión de varios países del golfo pérsico de no exportar petróleo a países occidentales. La determinación del bloque árabe de la OPEP de impulsar un embargo de crudo a las naciones de occidente fue en represalia a las que apoyaron a Israel en la Guerra del Yom Kippur. Esto llevó a un incremento de los precios del petróleo, lo que derivó en aumento de la inflación, incremento del desempleo y bajo crecimiento económico.
“Precio político”
Uruguay no es ajeno a esta problemática, principalmente en el contexto tarifario en que se encuentra la empresa que posee el monopolio de los combustibles en el país. “Para controlar el monopolio de Ancap se había estado pensando en que se pusieran precio de mercado en lugar del precio político”, contó Tierno Abreu y manifestó que no está de acuerdo con la medida. En su opinión, lo ideal sería vender a precios de mercado en los puntos de entrega del ente y después sí, liberar el mercado, de manera que estos –los precios- se regulen por competencia.
Según relató el expresidente de Ancap, históricamente en Uruguay los precios de los combustibles han reflejado -bien o mal, de acuerdo a las épocas-, lo que está pasando en el mundo. Y aun así, se han generado desviaciones donde se cargaba más de lo que estaba pasando afuera, como parte de lo que sería la “correcta manipulación del mercado interno”.
Premeditadamente, el gobierno uruguayo ha mantenido el precio del combustible en los últimos dos meses, y la medida se mantendrá en el mes de diciembre. Esta decisión contradice lo establecido en la última regulación legal de tarifas vigente que se estableció con la Ley de Urgente Consideración (LUC).
Según esta normativa, el ajuste tarifario a los combustibles se fija a partir de la variación del Precio de Paridad de Importación (PPI), que es elaborado por la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea). Sin embargo, el Poder Ejecutivo ha decidido no acompañar el crecimiento de este índice en los últimos meses argumentando que existe un negocio de venta extraordinaria de gasoil a UTE. Este es usado para poner en marcha sus centrales térmicas -de forma también extraordinaria-, y poder exportar cantidades sin precedentes de energía -fundamentalmente- al norte de Brasil, región que atraviesa una gran sequía.
Asimismo, según Tierno Abreu, se trataría de una situación coyuntural no permanente. “Eso puede generar en el corto plazo alivios financieros dentro de Ancap; lo que se llama una ganancia de caja, pero no necesariamente una ganancia patrimonial, que es la que al final sostiene a una compañía”, especificó el entrevistado.
No obstante, el especialista cree que Uruguay, en el largo plazo, no tendrá alternativa más que vender el producto al precio de mercado y que le es inviable aislarse de lo que pasa en el mundo. “Al final del día una empresa necesita tener, al menos, equilibrio patrimonial; es más, yo diría que debería tener una ganancia patrimonial necesaria para sostenerse en la operativa”, reseñó.
En efecto, para cuidarse de estas oscilaciones, existen las coberturas de los mercados de commodities. En el caso del petróleo hay dos mercados reconocidos mundialmente: el de EE.UU. y el de Londres.
Si bien, el petróleo es adquirido en “tandas”, no existe ninguna estrategia para comprar en cierto momento porque tiene más peso una cierta “necesidad de cobertura”, que hace que los operadores no se fijen en el precio al momento de comprar el producto.
Lo que sí existe es una forma técnica en la que el refinador -en este caso Ancap-, puede adelantar información sobre la tendencia y, de alguna manera, jugar con el momento en que hace la compra. Esto se calcula manteniendo una evaluación de los cambios de tendencia, por ejemplo, cuando cambia de una tendencia alcista a una bajista. “La tarea del refinador es ganar dinero no apostando al precio del petróleo, sino compitiendo con cobertura por las variaciones de precio”, alegó Tierno.
Una cuestión de futuro
“Hay un hecho y es que el último movimiento en cualquier sistema de transporte tiende a lo eléctrico. Es una cuestión de futuro”, destacó el entrevistado, a la vez que explicó que ese futuro viene por dos caminos. Por un lado se encuentran las baterías -que ya conocemos-, y por otro el hidrógeno. A su vez, este último puede venir también en dos formas: como hidrógeno puro comprimido o el hidrógeno dentro de amoníaco, que ha venido cobrando popularidad entre las opciones. A su entender, ambos sistemas energéticos van a coexistir en un futuro próximo y dominarán el circuito de transporte, desplazando a los productos petroleros.
Perfil
Andrés Tierno Abreu es ingeniero y experto en la industria petrolera. Fue gerente general de Ancap desde 1975 a 1990 y presidió el ente de los combustibles en el gobierno de Luis Alberto Lacalle (1990-1995).
Participa en la Academia Nacional de Ingeniería en calidad de Académico Titular. Tiene participación activa en la Real Academia de Ingeniería de España en calidad de Académico Correspondiente. A su vez, integra el Observatorio de Energía de la Universidad Católica.