El pasado martes, en un evento organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing del Uruguay (ADM), los directores de tres importantes consultoras del país, Eduardo Bottinelli (Factum), Mariana Pomiés (Cifra) y Rafael Porzecanski (Opción), presentaron sus visiones sobre las elecciones internas del 30 de junio. Los analistas coincidieron en que no votará más del 40% del electorado, ya que la campaña no logró motivar lo suficiente.
Bottinelli señaló en el evento que, según las mediciones de Factum, el 60% del electorado afirma que votará. Este dato es poco confiable debido al fenómeno global de la “sobredeclaración del voto”, es decir, una mayor tendencia de los encuestados a declarar que votarán, frente a lo que efectivamente termina sucediendo. Existen varios factores que pueden explicar el fenómeno. Los ponentes coincidieron en que, más allá de que la campaña electoral no captó suficiente interés, habrá algunos eventos coincidentes, como la Copa América, el inicio de las vacaciones de invierno y cuestiones climáticas.
La tendencia a la sobredeclaración parece ser mayor en el electorado del Frente Amplio (FA). Bottinelli explicó a CRÓNICAS que esto tiene que ver con un contexto de “deseabilidad social” de participar. “Declarar que no se va a votar tiene más costos internos en el FA que lo que puede pasar en otros partidos”, expresó. No obstante, existen sesgos en todos los partidos, como los sentimientos de interés en la democracia o el hecho de que, a mayor edad y mayor clase social, mayor es la declaración de ir a votar.
Al 30 de junio, los factores de incentivo personal en cuanto a si “cambia algo quién gane”, terminan pesando más. Para el FA, “no se elige otra cosa que la candidatura presidencial y la vice”, mientras que en el Partido Nacional (PN) “se juegan muchas cosas a nivel departamental”, y en el Partido Colorado (PC) “hay una competencia muy fuerte por los nuevos liderazgos», lo que presenta distintos niveles de incentivo para votar.
Las encuestadoras tienen algunas estrategias para poder ajustar los números y perfiles de los votantes salvando los sesgos. “Buscamos identificar otras preguntas que nos aproximen y que tengan que ver con el grado de conocimiento que hay sobre las elecciones. Es decir, si saben cuándo son o si son de voto voluntario u obligatorio”, ejemplificó. Un dato que ilustra la importancia de estas preguntas es que, según Factum, solo el 33% de los encuestados sabe la fecha exacta de las elecciones al momento de la consulta.
Por su parte, Pomiés mencionó en ADM que, de acuerdo con el relevamiento de Cifra, el 52% de los encuestados planea votar, pero no se espera un aumento significativo respecto a elecciones anteriores. Porzecanski aportó perspectiva, indicando que la participación en las elecciones internas nunca ha superado el 50% desde 1999, con una tendencia a la baja a pesar del leve ascenso en 2019. A su vez, señaló que a la ciudadanía “le costó encender los motores” y que “el entusiasmo es menor” comparado a otras internas.
Porzecanski también resaltó la dificultad de predecir los resultados de las internas debido a que el “voto cruzado” (votantes de un partido que votan en la interna de otro) puede ser significativo en elecciones reñidas. Cambiar de candidato dentro del mismo partido es fácil para el elector, como se vio con Ernesto Talvi en 2019 y Luis Lacalle Pou en 2014. Sobre el tema, Bottinelli dijo a CRÓNICAS que, según estimaciones, las personas que van a votar deliberadamente a un partido en junio y a otro en octubre, es muy marginal, entre el 1% y el 3%.
La competitividad desde dentro
En cuanto al FA, Bottinelli afirmó que las mediciones muestran estabilidad con una distancia constante entre Yamandú Orsi y Carolina Cosse. Porzecanski agregó que la interna es abierta y competitiva a pesar de que Orsi lidera. Pomiés coincidió con Bottinelli y destacó que en la interna de 2019, el FA tuvo 255.000 votos frente al millón en las elecciones nacionales. Aunque esta interna podría ser más competitiva, la participación sigue siendo una incógnita.
Respecto al PN, Bottinelli resaltó la hegemonía de Luis Lacalle Pou y la falta de competitividad interna. La principal incertidumbre es la distancia de apoyo entre Álvaro Delgado y Laura Raffo. Pomiés añadió que aunque hay un dominio de Delgado, Raffo podría aumentar su peso si la participación es baja. Porzecanski confirmó que Delgado es el favorito, con un resultado prácticamente resuelto, y que la incógnita principal es la composición de la fórmula presidencial. Aseguró que Delgado lidera cómodamente, y sería un “milagro electoral” que perdiera. La principal incertidumbre es la configuración de la fórmula presidencial.
Sobre el PC, Bottinelli no publicó resultados por el alto margen de error. Sin embargo, indicó que Andrés Ojeda lidera con un empate virtual entre Gurméndez, Silva y Viera. Pomiés señaló la dificultad de prever el resultado debido a la baja intención de voto del partido y la concentración en algunos departamentos. Ojeda podría liderar, pero su electorado es menos fiel, lo que puede generar sorpresas. Porzecanski situó al precandidato en primer lugar y a Silva en segundo, destacando la necesidad de cautela debido al tamaño de la submuestra y la volatilidad del voto.
Coincidiendo con Pomiés, Porzecanski indicó que una “interna grande” favorecería a Yamandú Orsi y a Andrés Ojeda, mientras que una “interna chica” equilibraría la contienda.