El pasado año 2016 ha sido un mal período para la industria, afirmó Washington Corallo, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU). La reforma fiscal y los costos que esto acarrea a las empresas, hacen que “se le complique la vida” a la industria, según dijo a CRÓNICAS, por lo que apuntó que se debe trabajar, en forma urgente, en la mejora de la competitividad de las compañías. Al mismo tiempo, mencionó el empuje que puede brindar el turismo al sector y llamó a no descuidar los vínculos de mercado con Argentina y Brasil.
Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi
El presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Washington Corallo, consideró que es “urgente” mejorar la competitividad en las empresas, según dijo a CRÓNICAS, teniendo en cuenta la tendencia que acarrea el sector. El 2016 fue un período malo para la industria, opinó. Las áreas más perjudicadas durante 2016 fueron la lechería, el montaje de vehículos, el sector de plásticos, la metalúrgica, la pesca, piezas para automotores y la construcción.
Si bien el sector mostró signos de reactivación durante el tercer trimestre del pasado año luego de seis meses de caídas, los últimos datos recabados por la institución arrojan que durante octubre, noviembre y diciembre de 2016 se registró una desaceleración tanto en el mercado interno como en el mercado externo.
Días pasados, la CIU difundió un informe (ver página 14) donde se muestra que la capacidad instalada de la industria en el país “continúa estando por debajo de su potencial” debido, principalmente, a aspectos vinculados a la competitividad en el mercado externo y a la escasa demanda del mercado interno.
En este sentido, Corallo subrayó que la industria no muestra signos de mejoría, “a pesar de que el gobierno dice que la economía ha mejorado” e hizo énfasis en que se han continuado perdiendo puestos laborales. “Creo que es momento de ir pensando en medidas urgentes para mejorar la competitividad de Uruguay”, dijo.
A la vez, aseveró que se debe apuntar a no continuar perdiendo mercados internos y externos. “Cuanto más valor agregado hay, más caro se hace producir y más complicado es para las empresas”, consideró.
El aumento de las tarifas fiscales que rige desde el pasado 1º de enero es otro de los aspectos que perjudican al sector, manifestó Corallo. En esta línea, expresó que la reforma fiscal, junto con los costos que se transmiten, hará que cada vez “se le complique más la vida” a la industria uruguaya.
“Nosotros competimos con el mundo, vendemos productos totalmente transables y somos tomadores de precios, por lo tanto, si no tenemos un dólar que acompañe el deslizamiento cambiario que tenga correlación con el IPC ni costos razonables, se nos va a complicar”, sostuvo.
Asimismo, aseveró que si bien entienden que había que aumentar las tarifas, el porcentaje podría haber sido menor respecto a la electricidad, el combustible y el agua, elementos claves para la producción. “Entendemos que todo esto se podría haber abreviado y suavizado para que las empresas no sufran tantos estos avatares”, reflexionó.
De esta forma, dijo que hubiese sido mejor que la tarifa a los grandes consumidores hubiese experimentado un porcentaje de aumento menor para evitar el sobrecosto de producción y que el valor del producto bruto disminuyera.
Cuidar los mercados
Las expectativas de la industria están puestas, en parte, en el empuje que puede brindar el turismo para Uruguay. “Puede ser que fortalezca la demanda de los productos uruguayos”, observó.
Asimismo, indicó que el Mercosur debería continuar siendo una herramienta clave y potente para el desarrollo de Uruguay, dado que es el mercado natural de nuestro país. Añadió que esperan que Brasil comience a mostrar signos de mejoría y aspiran a que Argentina empiece una recuperación económica de la mano de las medidas que está tomando el actual gobierno.
Asimismo, señaló que Europa también muestra una mejora, y que este destino configura un mercado importante para los productos que tienen un mayor valor agregado para Uruguay. Empero, aseveró que no se debería descuidar el vínculo con los países vecinos de Uruguay, que consumen, en su mayoría, productos tales como químicos, plásticos, cueros y productos farmacéuticos.
Por último, destacó los puestos de trabajo que podría llegar a significar la construcción de una tercera planta de UPM en Uruguay, tanto por la mano de obra, como los productos que se utilicen en su edificación.
En esta línea, y respecto a las expectativas de empleo para 2017, Corallo señaló que la industria será el sector que perderá más puestos laborales, lo que perjudica en un mayor grado, puesto que es el sector “que más paga y capacita”. No obstante, descartó que los trabajadores no puedan conseguir emplearse en otros rubros.
“El gobierno dice que la economía ha mejorado. Puede ser que haya mejorado algún sector, pero la industria, en particular, no muestra signos de mejoría”.
De todas formas, dijo que espera que el desempleo no supere a las tasas alcanzadas en 2016 y que desde CIU aspiran a que durante el corriente año se concreten proyectos importantes con los cuales Uruguay pueda mitigar la tendencia. Sin embargo, recordó que en los últimos cuatro años la industria tuvo más de 20 mil puestos de trabajo perdidos.