Aunque se desaceleró en el cuarto trimestre, la economía uruguaya cerró el 2024 con un crecimiento de 3,1%, gracias fundamentalmente al repunte registrado por el sector agrícola -por el efecto rebote luego de la sequía-, la mayor generación de energía hidroeléctrica, la puesta en marcha de UPM 2 y el menor turismo emisivo a Argentina. Desde el enfoque del gasto, el crecimiento del PIB se explicó por el incremento de la demanda externa neta y, en menor medida, por la demanda interna.
Tras registrar un crecimiento, a cifras corregidas, de 0,7% en 2023, el Producto Interior Bruto (PIB) de Uruguay se aceleró en 2024 y cerró con una expansión de 3,1%, de acuerdo a los datos del informe de Cuentas Nacionales, difundido ayer jueves por el Banco Central del Uruguay (BCU). De esta forma, la economía local cierra el año en línea con las expectativas del gobierno (3,1%, según la última Rendición de Cuentas) y del consenso de los economistas (3,2%), pero por debajo de la estimación del BCU, que auguraba una expansión de 3,5% este año.
En el cuarto trimestre del año, medida en términos desestacionalizados respecto al trimestre anterior, se observó un crecimiento de 0,3%, marcando una nueva desaceleración de la economía. Medido en términos interanuales, el crecimiento del cuarto trimestre fue de 3,5%.
La lluvia fue fundamental para el crecimiento de la economía el año pasado, puesto que incidió favorablemente en los mejores rendimientos agrícolas de la zafra 2023/2024, en particular de la soja, que había estado afectada por la sequía el año anterior, así como en una mayor generación de energía hidráulica. El crecimiento del comercio y la mayor producción de celulosa también favorecieron la economía en 2024. Todo ello permitió compensar el desempeño negativo de la construcción, sector afectado por la finalización de las obras del Ferrocarril Central.
Medido en términos nominales, el PIB ascendió a 3.256 billones de pesos uruguayos el año pasado, lo que equivale a unos 74 mil millones de dólares, según el valor de cierre del 2024.
Enfoque producción
Al analizar el desempeño de la economía según los grupos de actividades, se destacó el crecimiento del sector “Agropecuario, Pesca y Minería” que se expandió un 11,3% el año pasado, destacándose la mayor producción de los cultivos de verano, que habían estado afectados por la sequía un año atrás. Además, la actividad silvícola se vio impulsada por la mayor demanda industrial de las plantas de celulosa. Por su parte, la actividad pecuaria se mantuvo estable.
También se destacó en 2024 el crecimiento de 19,6% registrado en “Energía eléctrica, Gas y Agua”, que se explica por la mayor generación de energía de fuentes renovables, reduciéndose la energía térmica.
“Comercio, Alojamiento y Suministro de comidas y bebidas” tuvo un crecimiento de 3,2%, por el aumento registrado en los servicios de alojamiento y comidas, explicado por la reversión del gasto de turismo emisivo a Argentina de 2023. Dentro de los servicios comerciales se destacó la incidencia positiva de la mayor comercialización de soja y de combustibles, esto último debido al cierre de la refinería de Ancap entre setiembre de 2023 y abril del 2024.
La “Industria Manufacturera” tuvo un crecimiento interanual de 3,2%, explicado mayoritariamente por el crecimiento en la producción de pasta de celulosa, impulsada por la puesta en funcionamiento de UPM 2 en Paso de los Toros. Esto fue parcialmente contrarrestado por la caída en la refinación de petróleo por el cierre de la refinería.
Por último, la “Construcción” registró una caída de 1,6%, debido principalmente a la finalización de la construcción del Ferrocarril Central y por una menor inversión en líneas de comunicación.
Enfoque del gasto
En cuanto a los componentes del gasto final, el crecimiento de la economía se explica por el aumento de la demanda externa neta y en menor medida, por el incremento de la demanda interna.
El “Gasto de Consumo Final” creció 1,7%, asociado al crecimiento tanto del consumo de los hogares, que creció 1,7%, como del gobierno, que se expandió 2%. En el consumo de los hogares, incidió el incremento del gasto en el mercado doméstico y una reducción del gasto de consumo en viajes al exterior, en particular en Argentina. Por su parte, la “Formación Bruta de Capital” registró una contracción interanual de 7,1%, debido a la menor formación bruta de capital fijo (-1,3%).
Por otro lado, la demanda externa registró un aumento interanual del volumen físico de las Exportaciones de bienes y servicios de 8,3%, mientras que las importaciones de bienes y servicios tuvieron una caída de 1,5%, generándose un incremento en la demanda externa neta en el año. Estos desempeños resultan en un Saldo de Balanza Comercial más positivo en términos de volumen físico.
