Con dos mitades de año bien diferenciadas y efectos que incidieron sobre el nivel de actividad de forma contrapuesta, finalmente el Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay cerró 2023 con un leve crecimiento de 0,4%, en comparación con 2022. En el cuarto trimestre la economía local se expandió 2% interanual a impulso de la mayor producción agrícola en la zafra 2023/2024, en relación a la anterior, afectada por la sequía.
La actividad económica local registró el año pasado un aumento de 0,4% en comparación con el 2022, debido fundamentalmente a un efecto de contrapeso de diversas actividades, según surge del informe de Cuentas Nacionales publicado ayer jueves por el Banco Central (BCU). En el último trimestre del año el PIB registró un crecimiento interanual de 2%, con una importante incidencia al alza de la mayor producción agrícola en la zafra 2023/2024, en relación a la anterior, afectada por la sequía. En tanto, medido en términos desestacionalizados respecto al tercer trimestre del año, el PIB registró una expansión de 0,4%.
Los que suben y los que bajan
Al analizar el conjunto del año 2023, por un lado, se destaca la incidencia positiva de los sectores vinculados al turismo receptivo durante el verano 2023, la puesta en funcionamiento de la tercera planta de celulosa y la mejora de los rendimientos en la zafra 2023/2024 respecto al anterior, afectada por la sequía. Del otro lado, estos aumentos fueron contrarrestados parcialmente por el desempeño negativo de la generación de energía eléctrica asociada a la sequía, la incidencia negativa de la construcción por la culminación de las obras asociadas a UPM 2 y el Ferrocarril Central, y el cierre de la refinería de Ancap en setiembre para tareas de mantenimiento.
Desde el enfoque de la producción, se destacó la incidencia positiva de las actividades “Agropecuario, Pesca y Minería” y de “Salud, Educación, Actividades inmobiliarias y Otros servicios”, que con aumentos en el año de 5% y 1,1%, respectivamente, incidieron al alza del PIB en 0,3 puntos porcentuales (pp). En el primer caso, el crecimiento se debió al desempeño positivo de las actividades agrícolas y silvícola, mientras que las restantes actividades mostraron caídas. En el segundo caso, se destacó el incremento del valor agregado de las actividades inmobiliarias, debido al aumento del turismo receptivo, principalmente en el primer trimestre del 2023.
Del otro lado, el informe destaca la incidencia negativa de las actividades de “Energía eléctrica, Gas y Agua”, que cayó 9,2%, y de la “Construcción”, que se contrajo un 5,6%, incidiendo en cada caso en 0,3 pp a la baja del PIB. La caída de la actividad de la “Construcción” se explica principalmente por la finalización de la construcción de UPM 2, y la menor inversión asociada a la etapa final de la construcción del Ferrocarril Central. En cuanto a la actividad de “Energía eléctrica, Gas y Agua”, la sequía provocó un importante aumento de las importaciones de energía en detrimento de la generación interna y también hubo una baja de las exportaciones, mayormente a Argentina.
Enfoque de la demanda
Desde el enfoque de la demanda, el crecimiento de la economía se asocia a un incremento de la demanda interna, compensado en parte por una caída de la demanda externa neta. Respecto a la demanda interna, se destaca un crecimiento en gasto de consumo final, en particular, del consumo de los hogares, compensado por una reducción de la Formación bruta de capital, y por una menor inversión en activos fijos.
En cuanto a la demanda externa, se observó un incremento del volumen físico de las exportaciones de bienes y servicios de 0,7%, mientras que las importaciones de bienes y servicios (que inciden a la baja del PIB) crecieron un 6% interanual, generando una caída de la demanda externa neta en el año.