En un contexto global con mayores desafíos, una región con problemas y una economía local que se contrajo en el segundo trimestre, y por otro lado una inflación que se ubica en su nivel más bajo en 17 años y con expectativas a la baja, el BCU optó por realizar un nuevo recorte en la tasa de interés, llevándola a 9,5%. Sin embargo, el comunicado publicado luego de la reunión del Copom adelanta que “la tasa de política monetaria se encontraría en un nivel cercano a finalizar el ciclo de baja”.
“El Banco Central del Uruguay (BCU) redujo la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 50 puntos básicos (pb) hasta 9,50%, nivel consistente con la inflación objetivo en las actuales condiciones económicas y manteniendo la fase contractiva de la política monetaria”, comunicó ayer jueves la entidad, luego de la reunión de su Comité de Política Monetaria (Copom).
La decisión tiene su gran sustento en el descenso de la inflación (ver página 9), que se ubicó en “su menor nivel de los últimos 17 años y más de 600 puntos básicos por debajo del registro de un año atrás (9,95%)”. Además, la inflación subyacente volvió a caer para ubicarse en 3,30%, cerca del piso del rango meta.
En cuanto a las expectativas, el comunicado destaca que el promedio de indicadores disponibles a setiembre se situaba por debajo del trimestre anterior (6,87% frente a 7,09%), como resultado de la reducción de todos los indicadores de expectativas de inflación, a excepción del de los empresarios.
“El Copom del BCU valora positivamente la gradual convergencia de las expectativas hacia el rango objetivo, así como el funcionamiento general de todos los canales de transmisión de la política monetaria”, destaca el comunicado.
Las proyecciones en el escenario base del BCU indican que la inflación se mantendría dentro del rango meta durante todo el horizonte de política monetaria.
Contexto económico
Al analizar el escenario internacional, el Copom marca “algunas modificaciones” respecto a la reunión anterior, con la presencia de “algunos desafíos fundamentalmente para 2024, con mayor crecimiento esperado en Brasil y EEUU que se vería más que compensado por una menor expansión en China y Europa, y por una caída más acentuada en Argentina”.
Por su parte, los términos de intercambio mostrarían en 2023 una mejora similar a la que se esperaba el trimestre pasado, al tiempo que en 2024 se verificaría un deterioro algo menor al esperado. Finalmente, la tasa de la Fed de EEUU evolucionaría por encima de lo que se preveía en junio, lo cual se vería parcialmente compensado por un riesgo soberano menor.
En cuanto a la actividad económica de Uruguay, destaca la caída del segundo trimestre del año, de 1,4% en relación con el primer trimestre y de 2,5% en términos interanuales. De todas formas, subraya que las proyecciones de corto plazo sugieren que la economía se recuperaría en la segunda mitad del año, a impulso de la reversión de los efectos de la sequía y la puesta en funcionamiento de la segunda planta de celulosa de UPM. “En esta línea, se esperan variaciones desestacionalizadas de 1,5% y de 0,5% para el tercer y el cuarto trimestre del año respectivamente”, detalla el comunicado.
A partir de este escenario global, regional y local, fue que el directorio del BCU optó por un recorte de la TPM de 50 pb, llevándola del 10% al 9,5%, un nivel considerado por las autoridades como “consistente con la fase contractiva de la política monetaria y con el rango establecido para el horizonte a 24 meses”. “En la actual coyuntura, mientras terminan de alinearse las expectativas y se continúa fortaleciendo la credibilidad al permanecer dentro del rango meta de la inflación, la tasa de política monetaria se encontraría en un nivel cercano a finalizar el ciclo de baja”, concluye.