Pese a un escenario internacional con elevada incertidumbre y con la persistencia de la amenaza de un deterioro de las condiciones financieras, el Comité de Estabilidad Financiera del Banco Central del Uruguay (BCU), evaluó que el sistema financiero doméstico se encuentra estable y en condiciones de procesar los riesgos identificados. Asimismo, se advierte que el riesgo geopolítico se mantiene y existe “una tendencia hacia un mundo más fragmentado”, lo cual afecta negativamente el crecimiento mundial.
De acuerdo al comunicado publicado luego de la reunión de ayer jueves, el Comité interpreta que “el riesgo de un deterioro en las condiciones financieras internacionales persiste”. Si bien se entiende que la reducción de las tasas de interés de los principales bancos centrales mejora las condiciones de liquidez global y reduce el costo de financiamiento, se advierte que el empinamiento de la curva de rendimientos en EEUU puede limitar estos efectos.
A su vez, se observa que la incertidumbre económica no está acompañada por volatilidad en los mercados accionarios, caracterizados por valores elevados y una alta concentración en unas pocas empresas del sector tecnológico, lo que incrementa el riesgo de choques adversos y posibles correcciones abruptas. Por su parte, el cambio de gobierno en EEUU ha generado mayor incertidumbre en diversas áreas tales como la política migratoria, fiscal, comercial y exterior.
Adicionalmente, el comunicado subraya que el riesgo geopolítico se mantiene, en un marco en el cual la invasión de Rusia a Ucrania continuó escalando, el conflicto de Israel se ha intensificado en Medio Oriente y persisten las tensiones entre China y Taiwán. Asimismo, se observa una tendencia hacia un mundo más fragmentado potenciada por estos conflictos, lo cual afecta negativamente el crecimiento mundial. En este contexto, más de la mitad de la población mundial está involucrada en procesos electorales durante este año y el próximo, lo que incrementa la incertidumbre sobre las políticas futuras.
En China se espera un crecimiento para 2024 inferior a la meta del gobierno, como resultado de una demanda interna débil, así como de la persistencia de problemas en el sector inmobiliario y en las finanzas de los gobiernos locales. A estos elementos se suman los posibles efectos negativos sobre el crecimiento derivados de las medidas de restricción comercial impulsadas por Europa y EEUU, así como un posible aumento de aranceles por parte de este último bajo la nueva administración.
En cuanto a los países vecinos, el Comité señala que una profundización de los problemas macro-financieros en la región continúa siendo un factor de riesgo.
Respecto a Argentina, si bien las variables financieras, fiscales y cambiarias muestran un mejor desempeño, la actividad económica continúa deteriorándose, en un contexto de fragilidad social. Los desafíos de política económica persisten, en particular si no se logra una reactivación de la actividad.
Por otro lado, aunque las perspectivas de crecimiento para Brasil han mejorado como resultado de una demanda interna robusta y un mercado laboral más dinámico, persisten los desafíos para la sostenibilidad de las cuentas públicas en un marco de crecimiento estructural de los gastos (ver nota página 14).
Sistema estable
En este escenario y luego de haber analizado y evaluado los factores de riesgo, sus canales de transmisión, sus probabilidades de ocurrencia y los resultados de las pruebas de tensión, el Comité de Estabilidad Financiera concluye que el sistema financiero doméstico se encuentra estable. “Las propias capacidades del sistema financiero, dentro de las que se destacan los niveles de solvencia y liquidez del sector bancario, determinan que esté en condiciones de contribuir al manejo adecuado de los riesgos”, señala el comunicado.
No obstante, se ratificó “la decisión de realizar un seguimiento permanente de la situación, así como de continuar coordinando las acciones que se entiendan necesarias, en el lapso que medie hasta su próxima reunión ordinaria”.