Mientras que las cámaras empresariales reclaman que el gobierno solucione las observaciones que ha realizado la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a Uruguay, la presidenta en ejercicio, Lucía Topolansky, en conversación con CRÓNICAS restó importancia al hecho, y argumentó que “todos tenemos derecho” a hacer reclamos, por lo tanto, “ese conflicto está bien”.
El director general de OIT, Guy Ryder, visitó Montevideo el lunes pasado, donde se reunió con autoridades del gobierno, de la gremial sindical y las cámaras empresariales, en medio de la polémica por las observaciones a Uruguay de la organización que dirige.
Un día después, en el marco del Día de la Industria y el 119 aniversario de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), su presidente, Washington Corallo, destacó la actuación de la gremial en este tema: “Hemos dado muestras más que evidentes de voluntad de diálogo con casi tres años de acuerdos para buscar una solución negociada. No lo conseguimos, pero nadie puede decir que no tuvimos espíritu constructivo de diálogo, y que lo seguimos teniendo”.
Además, contó que el día anterior, en el encuentro que mantuvo con Ryder frente a una considerable cantidad de representantes de distintas cámaras en la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay, el jerarca “compartió estos mismos conceptos con nosotros”. “Hoy esperamos que el gobierno asuma el rol que le corresponde para su solución definitiva”, concluyó al respecto.
Si bien la queja de las gremiales empresariales contra la negociación colectiva y las ocupaciones tiene varios años, la polémica actual se desató tras un informe que la OIT envió recientemente al gobierno, en el que expresa que las ocupaciones en los locales de trabajo deben llevarse a cabo respetando el derecho de los empleados de cumplir su función laboral si así lo desean. El documento fue rechazado por el PIT-CNT y defendido por los empresarios.
Consultada por CRÓNICAS sobre la discrepancia entre las distintas partes de esta disputa, la vicepresidenta, Lucía Topolansky, afirmó que el sector empresarial siempre se mueve dentro de una contradicción: “Por un lado, le gustaría la desregulación perpetua, porque eso le supone una cantidad de libertades, y por otro, los empresarios más serios se dan cuenta de que cuanto mejor esté el trabajador, más productivo va a ser”.
A su vez, mencionó que está orgullosa de vivir en un país con libertad sindical, sobre todo teniendo en cuenta que hay muchos países del mundo que no la tienen. “Hay que recordar que Batlle y Ordóñez decía que los sindicatos eran el abogado defensor de los trabajadores, y ese concepto caló desde muy temprano en nuestro país. De hecho, Uruguay es un país fundacional de la OIT. Y a lo largo de todos estos años, a veces con paradas, a veces con retrocesos, pero al fin avanzando, la legislación laboral uruguaya ha sido de las más ricas del mundo, y nosotros no podemos tirar por la borda los avances”, agregó.
Acerca del papel que juega la organización internacional en el diferendo, la vicepresidenta sostuvo que ha sido sumamente cauta, y celebró que ha distinguido al Uruguay al reconocerlo como uno “de los pocos países regulados y de trabajo decente que queda en el continente”. Finalmente, opinó que “ese conflicto está bien”, puesto que “todos tenemos derecho [a reclamar]; es como los reclamos de Pablo Iturralde y Conrado Rodríguez (ver entrevista), tienen todo el derecho a hacerlo, ahora, de ahí a que tengan la razón…”.
Las dos caras de la producción industrial
En su discurso por el Día de la Industria, Corallo señaló que el comportamiento de la producción industrial en 2017 tiene dos lecturas. La primera, que desde hace algunos meses se vienen mostrando pequeños síntomas de reactivación. “Las estimaciones de la Cámara indican que 2017 tendrá un crecimiento de entre 1% y 2% respecto a 2016. Las exportaciones industriales también están aumentando, y esperemos que cierren el año con un incremento del 6% medidas en dólares, y del 2% medidas en unidades físicas. A nivel sectorial, aproximadamente la mitad de los sectores industriales está incrementando sus niveles de producción, a diferencia de 2015 o buena parte de 2016, donde la mayoría de las ramas industriales disminuía las unidades producidas”, aseveró.
En cuanto a la segunda mirada, dijo: “Estamos produciendo y exportando a niveles menores a los de 2013, producto de las importantes caídas de 2014 a 2016. La industria ha sido el sector más golpeado en los últimos años, lo que ha generado que muchas empresas hayan tenido que cerrar, con una destrucción de empleo y capital que pone sobre la mesa nuestra baja capacidad de competir. Hemos perdido un promedio de 3.000 puestos de trabajo por año, durante los últimos 5 años”.
En otro orden, el empresario anunció que el 2017 será su último año como presidente de la gremial.