Una reforma tributaria impulsada por el flamante presidente de Chile, Gabriel Boric, y un contexto regional con más dudas que certezas, impulsa una ola de consultas de empresarios chilenos interesados en radicar sus inversiones en Uruguay. La relativa facilidad para la constitución de sociedades, la libertad para la repatriación de capitales y la ausencia de restricciones en cuanto al cambio de moneda, así como la estabilidad política, económica y social del país, actúan como imanes, estimaron a CRÓNICAS fuentes de la consultora KPMG.
Por: Naara Pérez Carrere | @NaaraPerez3
“Cambio de residencia fiscal: Uruguay como opción para familias y empresarios de Chile. A la luz de la nueva normativa tributaria próxima a aprobarse por el parlamento en Chile, familias y empresarios comienzan a analizar alternativas de países con tratamiento tributario más benévolo al capital y generación de rentas“, son las palabras impresas en un medio chileno.
“Sorpresa en Uruguay por inyección millonaria de inversionistas chilenos atraídos por seguridad y estabilidad”, informa también un reconocido periodista trasandino en sus redes sociales, en un tweet con más de 10.000 interacciones.
En este contexto, consultados por CRÓNICAS, fuentes de KPMG aseguraron que desde su rol también observan esta tendencia, siendo diversos los rubros interesados, aunque dependiendo principalmente de la actividad preexistente del grupo inversor, ya que lo que se analiza es ampliar esas actividades a Uruguay o radicar en el país parte de las actividades del grupo para la región y el mundo.
“Hemos constatado un mayor interés de parte de potenciales inversores chilenos por conocer los regímenes y normativas de nuestro país, pensando en la posibilidad de invertir o desarrollar actividades en nuestro país”, manifestó Álvaro Scarpelli, socio director de la consultora en Uruguay.
Esto, adelantaron, es muy beneficioso para Uruguay, pues Chile cuenta con grupos económicos muy importantes, que en algunos casos tienen además una fuerte actividad internacional.
Y es que, tal como adelantaron especialistas a CRÓNICAS hace algunas semanas (ver edición Nº 2060, del 24 de junio pasado), el contexto regional posiciona a Uruguay como un destino interesante para las inversiones debido a su estabilidad.
“Esto tiene que ver con lo que nuestro país comparativamente ofrece en materia de estabilidad política, económica y social y con el aumento de ciertas incertidumbres en otros países de la región que los empresarios entienden que afectan, o podrían hacerlo, a sus inversiones. Esto se torna especialmente importante en países que tradicionalmente ofrecían un marco muy estable en materia económica con reglas de juego claramente definidas y respetadas”, analizaron desde la consultora.
A su vez, a este escenario se le suma un proyecto de reforma tributaria presentado por el presidente chileno, Gabriel Boric, que genera incertidumbre en el ecosistema empresarial del país.
Cambios en las reglas de juego
En las últimas semanas Boric firmó un proyecto de reforma tributaria que, dentro de sus 241 páginas, incluye una nueva regalía para la actividad minera y un impuesto a la riqueza. Este proyecto prevé recaudar el 4,1% del PIB progresivamente en cuatro años.
“El objetivo de la reforma tributaria es avanzar en mayor equidad, mayor igualdad y cohesión social para que todos estemos un poquito más protegidos”, afirmó Boric en la ocasión, ya que lo recaudado será destinado a pensiones y al sistema de salud, principalmente.
Esta propuesta, que va a ingresar en cuatro proyectos de ley separados al Congreso, establece un impuesto a las personas con un patrimonio mayor a los US$ 5 millones y un aumento de los impuestos personales que afectará solo al 3% de los asalariados.
Además, se estipulan mecanismos que limitan exenciones y se introducen medidas contra la elusión y evasión fiscal.
“Los inversionistas extranjeros se mantendrán en el régimen tributario actual”, dijeron autoridades del gobierno, sin embargo la reforma sí genera cambios en las grandes empresas, y, en menor medida, en las pymes.
Uruguay y sus beneficios tributarios
Además de las cuestiones relacionadas con la estabilidad y el contexto regional, desde KPMG consideran que el sistema tributario y legal de Uruguay actúa también como un fuerte atrayente de inversiones.
En este sentido, destacaron que en materia tributaria el sistema uruguayo no es complejo y cumple con los estándares de organismos internacionales, contemplando, en general, todas las recomendaciones que se le han realizado.
A su vez, indicaron que cuenta con beneficios tributarios para las personas físicas extranjeras que obtienen residencia fiscal en Uruguay por las inversiones que tienen en el exterior así como para las inversiones que se hagan en el país, generando externalidades positivas tales como empleo, exportación, descentralización y energía limpia. Asimismo, existe un régimen de zonas francas con importantes ventajas tributarias, tanto para las empresas como para las personas extranjeras que se radiquen en el país. Existen también beneficios tributarios para la industria del software y servicios asociados, para los Share Service Centers, para las construcciones de gran dimensión y para las denominadas viviendas de interés social. “Hay también una importante red de convenios para evitar la doble imposición”, agregó Scarpelli,
En tanto, desde el punto de vista legal, las leyes uruguayas prevén que no exista discriminación en relación a las inversiones extranjeras, hay facilidad para la constitución de sociedades (ya sea SA o SAS), existe libertad para la repatriación de capitales y no hay restricción en cuanto al cambio de moneda.
