¿Estamos frente a los mismos síntomas económicos que en la previa de las crisis de 1982 y 2002?

La situación económica, el atraso cambiario; similitudes y diferencias con la historia 

Tras una columna de opinión de Pedro Bordaberry en el diario El País, que problematizó la posibilidad de que Uruguay se encuentra en un escenario económico similar al de los años previos a 1982 y 2002, CRÓNICAS consultó a Agustín Iturralde, economista del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) y a Ramón Pampín, economista de PwC, quienes coincidieron en que existen “amplias diferencias” entre el marco actual y el de los años previos a las crisis. A su vez, Iturralde señaló la debilidad que posee el dólar a nivel mundial y enfatizó en las fortalezas actuales del sistema cambiario.

Fue Pedro Bordaberry quien, tras escribir esta semana una columna en El País, titulada Whisky -haciendo alusión a la película homónima uruguaya del 2004-, despertó la polémica. A través de analogías con la galardonada película, buscó afirmar la teoría de que en Uruguay se ata todo con alambre y no se abordan los problemas como se debería, lo que ha decantado en posicionar al país en un escenario similar al que había en la previa de las crisis de 2002 y 1982.

En dicha columna se enumeran diversos factores como la conveniencia de ir a comprar en los países vecinos, la situación que viven los comercios de frontera, lo barato que son los electrodomésticos y el valor del dólar, que resultarían, según su autor, ser indicios de que se avecina una “tormenta económica”, tal como ha ocurrido en el pasado.

Tras su publicación, algunas figuras públicas a través de redes sociales comenzaron a cuestionar los argumentos de Bordaberry, y ambos economistas consultados por CRÓNICAS coincidieron en afirmar que existen “amplias diferencias” entre los escenarios que llevaron a la crisis de “la tablita” en 1982 y la financiera del 2002.

Diferencia cambiaria

“En particular, lo que tenemos ahora es una debilidad del dólar muy generalizada en el mundo, que en Uruguay ha sido particularmente profunda. El dólar cayó en Uruguay;  en los últimos dos años ha caído más que en casi todas las partes del mundo. Pero el marco que estamos viendo de la caída del dólar, es un marco de la caída del dólar en el mundo”, explicó Agustín Iturralde al respecto de la situación de la moneda estadounidense, lo que enmarca la situación económica actual.

Junto con el dólar, existe otra diferencia marcada con las previas de anteriores crisis: en ambos hitos, Uruguay contaba con un sistema cambiario que no era de libre flotación, sino que era un sistema fijo en el caso de 1982, y de bandas de flotación, que es un sistema híbrido, en la previa de 2002.

Entonces el gobierno, para bajar la inflación, había usado el tipo de cambio y tenía muchos compromisos con que el dólar no se disparara, destinando esfuerzos significativos para que eso no ocurriera.

“Esto derivó en que cuando vinieron las presiones alcistas, en esos dos episodios, el gobierno tuvo que salir a intervenir y a poner una tapa al dólar, en tratar de presionar para que el dólar no suba mediante intervenciones al Banco Central y también otras cosas, pero sobre todo en intervención de ventas. Es como una olla a presión a la que le ponés una tapa, la trancás y cuando explota, lo hace aparatosamente. Con esto pasó lo mismo y hubo un salto cambiario muy grande”, especificó Iturralde.

Concretamente, en lo que se refiere a la situación actual, con la previa del 2002 y 1982, “hay diferencias notorias, por lo que se me dificulta mucho pensar en un final similar”, remató el entrevistado.

Limitado y con poco margen de acción

Para comprender más allá de este suceso es importante posar la mirada en los problemas actuales con los que convive la economía uruguaya y sus posibilidades de solucionarlos.

En particular, Ramón Pampín se refirió a los problemas que no dependen de Uruguay y cómo se puede mitigarlos.

“Lo que pasa en los países de frontera no lo maneja Uruguay. Argentina está desafiándose contra sí misma y bate sus propios récords, algo que no depende de nosotros, pero sí se pueden ir neutralizando las variaciones del tipo de cambio en Argentina”, remarcó el experto de PwC.

Con respecto a la situación de la región y sus impactos sobre la economía local, según lo entiende Pampín, existen condiciones “intrínsecas” de una economía “chica”que se encuentra entre dos “grandes” y por tanto este es un apartado donde sí hay cosas que “se deben atender y entender que son cuestiones de largo plazo”, dado que es una economía pequeña que se tiene que insertar en cadenas de valor.

“El país va a estar limitado, van a haber pocos márgenes de acción y hay que asumir las restricciones y las posibilidades. Después hay otras condiciones macro que no se pueden manejar nunca; no estás en Europa ni en América del Norte, este contexto es el que nos tocó”, remató el economista.