Ante el cambio de perspectiva de la deuda de “estable” a “negativa” por parte de la consultora Fitch Ratings, los economistas Isaac Alfie y María Dolores Benavente señalaron que se debería impulsar un ajuste fiscal lo antes posible mediante la reducción del gasto público. Por su parte, Ignacio Munyo declaró que “importa que la economía crezca” más allá de la discusión del déficit.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
El pasado viernes 5, la consultora internacional Fitch Ratings actualizó su calificación respecto a la deuda uruguaya. Si bien mantuvo la nota que previamente tenía (BBB-), la agencia cambió la perspectiva de la deuda de “estable” a “negativa”.
La principal razón frente a esta ratificación es por el déficit fiscal que Uruguay, desde hace años, no logra bajar. Manteniéndose a un nivel de 3,9%, diversos economistas se manifestaron la semana pasada en un desayuno de BBVA argumentando que es menester que el próximo gobierno aplique un ajuste fiscal del 1% del PIB (ver nota).
Es por esto que algunos expertos, en diálogo con CRÓNICAS, manifestaron que el cambio de perspectiva de Fitch Ratings era algo que se veía venir.
La presidenta de la Academia de Economía, María Dolores Benavente, argumentó que “era esperable” en el sentido de que “la trayectoria de déficit y de la deuda externa se han deteriorado bastante”. Por su parte, el exministro de Economía, Isaac Alfie, señaló que la perspectiva sobre la deuda cambie, “parece algo bastante lógico”.
Sin embargo, ambos consideraron que esta nueva situación no es necesariamente negativa. “No está todo perdido”, opinó Benavente, a lo que Alfie agregó que “no quiere decir nada por el momento, no quiere decir que vaya a pasar lo mismo que otras veces”.
La medida
En este sentido, ambos opinaron que el gobierno debería imponer un ajuste fiscal como medida de contrapartida para que la situación no siga cuesta abajo, remarcando la importancia de que este ajuste se dé lo antes posible.
“Esperar hasta el próximo gobierno es agrandar el problema, esa es la verdad”, opinó Alfie, mientras que Benavente dijo que “no podemos esperar un año y poco que es lo que queda de gobierno porque vamos a perder el grado de inversión”.
Este ajuste fiscal, según la presidenta de la Academia de Economía, debería darse suprimiendo los ingresos al Estado por dos años, de manera de reducir la plantilla de funcionarios públicos.
Además, ambos concordaron que dicho ajuste debería darse por el lado de la reducción de gastos públicos y no aumentando impuestos.
Benavente: “No hay estructura moral” para subir los impuestos “si no se bajan primero los gastos”.
Esto se debe a que no hay “estructura moral” para hacerlo si no se bajan primero los gastos, enunció Benavente. Y porque, por más que se intente subir los impuestos, “ya no se recauda”.
“Porque ya no da, y más con una actividad que se está enlenteciendo en una tasa de empleo que sigue bajando. No da más, no se puede exprimir más de ahí. Lo que hay que hacer es bajar el gasto”, agregó la economista.
Al ser consultados sobre qué gastos sería posible reducir, o en qué áreas de la economía, ambos expertos dieron una respuesta general. “En todas las áreas del gasto hay para reducir”, según Benavente. O, en palabras de Alfie, “los gastos que quieras” son pasibles de reducción.
El exministro ahondó más en su propuesta, e indicó que “para empezar” lo que habría que hacer es “sacar una ley en la cual todos los aumentos de ambientes presupuestales se derogan”. Luego, añadió que se debería “repensar” la cantidad de las autorizaciones para gastar -de las cuales “hay por todos lados”- o en cuáles se puede no gastar directamente.
Alfie: “Esperar hasta el próximo gobierno es agrandar el problema”.
La contra
A pesar de la propuesta de parte de los economistas para llevar adelante un ajuste fiscal lo antes posible, todo tiene su costo. Lo cierto es que se podría terminar generando un paquete de medidas recesivas que podrían llevar a que la economía caiga aún más, y, en consecuencia, afectar indirectamente las cuentas públicas.
Por un lado, Alfie observó esta problemática y sentenció que, frente a cuestiones de déficit fiscal, “ninguna solución es inocua y ninguna solución es indolora”. “Algo va a pasar”, añadió. En este sentido, indicó que se debería buscar “lo menos malo”, que “siempre ha sido” el preservar la salud financiera ya que después, cuando ésta no existe, “las posibilidades de hacer cosas son muy limitadas”.
Por otro, se debe razonar en términos de corto y largo plazo, de acuerdo con Benavente. “Es verdad que en el corto plazo se inyecta actividad, hace pozos y los tapa, y se genera empleo, pero a la larga eso se paga”, indicó. De esta manera, lo que se debe hacer es “sanear la situación”, ajustando el gasto público en los “muchísimos lugares” donde está desbordado y es posible ajustar (el número de funcionarios o el gasto corriente, por ejemplo).
La otra cara
Sin embargo, hay quien opina que la reducción del gasto -o, por consiguiente, la implementación de un ajuste fiscal- no es una necesidad tan inmediata para la economía uruguaya.
Ignacio Munyo, director del Centro de Economía de la Universidad de Montevideo (UM) y Consultor de Negocios de Grant Thornton, explicó a CRÓNICAS que “no es sostenible” seguir aumentando el nivel de gastos, sino que debería ser revisado.
Munyo: “Más allá del ajuste fiscal que haya que hacer, es importante (…) recuperar el crecimiento de la economía”.
No obstante, “más allá del ajuste fiscal que haya que hacer”, es importante recuperar el crecimiento de la economía, “darle vigorosidad”, apuntaló el economista. “No hay que ahogarse en la discusión de déficit fiscal, porque es algo de muy de corto plazo; lo que importa es que la economía crezca”, opinó.
“Esto es muy relevante a la hora de la calificación de riesgo”, justificó Munyo, y agregó que una forma de lograrlo es a través de nuevos flujos de inversión “que hoy no están llegando, ni de extranjeros ni por parte de uruguayos”, para que puedan apuntalar a un crecimiento sostenido en los próximos años, que es la “base esencial” de la sostenibilidad de la deuda.
Por lo tanto, Uruguay sí en el corto plazo “tiene un tema” en relación al déficit fiscal; pero si el país no logra movilizar de nuevo la economía para que sea vigorosa otra vez y vuelva un crecimiento relevante, “ahí que va a ser realmente complejo poder sostener una calificación de riesgo como las que tenemos y sostener una deuda en el mediano y largo plazo de los niveles que ya tenemos”, concluyó Munyo.