Matilde Morales, de PwC, espera que el 2019 transcurra “sin grandes cambios”; el ex ministro de Economía, Isaac Alfie, vaticina que habrá un crecimiento “raquítico” de la actividad; y el profesor José Rocca espera un crecimiento. Por su parte, desde la Unión de Exportadores, la economista María Laura Rodríguez, estimó que tras la caída de 2018, este año puede haber una recuperación de las ventas al exterior, pero alertó que no será un incremento sustancial “si no hay cambios muy importantes en la competitividad”.
Por Ricardo Delgado | @ricardo_dl e Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
2018 fue un año marcado por muchas incertidumbres: la guerra comercial desatada por Estados Unidos principalmente contra China; una elevada volatilidad financiera; mercados bursátiles con pérdidas, y un fortalecimiento del dólar a nivel internacional, acompañando el aumento de la tasa de interés de referencia por parte de la Reserva Federal, pese al rechazo del presidente Donald Trump. A nivel regional, lo más destacado fue la fuerte crisis económica, financiera y cambiaria de Argentina.
En Uruguay, si bien la economía continuó creciendo lo hizo a un menor ritmo del esperado, y el balance fiscal del gobierno no ha logrado mejorar sustantivamente pese a las medidas adoptadas por las autoridades. Al mismo tiempo, el mercado laboral sigue sin mostrar recuperación y por el contrario ha persistido la caída del empleo, lo que representa un importante desafío para la economía uruguaya.
Paralelamente, se realizaron los Consejos de Salarios más grandes en la historia del Uruguay post-dictadura, y la última Rendición de Cuentas antes del próximo gobierno.
Una vez descorchada la sidra y celebrado el ingreso de un nuevo año, el 2019 abre sus puertas con una gran certeza: la incertidumbre sobre su futuro.
Para tratar de arrojar un poco de claridad en la borrosa bola de cristal, CRÓNICAS dialogó con varios economistas que proyectaron qué puede ocurrir en este 2019, que estará marcado a nivel local por la campaña electoral y que en materia económica no reúne unanimidad sobre su destino.
2019: ¿más de lo mismo?
Matilde Morales, economista de la firma PwC, afirmó que no espera “grandes cambios” con respecto a lo que significó 2018. Explicó que se aguarda “un rebote del sector agrícola tras la pésima cosecha de soja por el clima que tuvimos en los primeros tres meses del año (2018)”, pero por el contrario, en los números de la economía ya no estará el “efecto Ancap” (fuerte crecimiento industrial en comparación con 2017 por la inactividad de la refinería entre marzo y octubre de ese año) y “la temporada turística tampoco se perfila muy buena”. Un impacto positivo al entender de Morales, sería que en Estados Unidos se diera un “proceso de normalización monetaria más lento que el inicialmente esperado”. También podría incidir la concreción de avances en materia de obras públicas, como las esperadas para el sector vial y ferroviario, que impulsaría la construcción.
Por su parte, el ex ministro de Economía, Isaac Alfie, sostuvo que tiene perspectivas “modestas” para el año que comienza. Fundamentó que el año pasado al quitar el efecto positivo de las telecomunicaciones se observa una caída de la actividad en los dos últimos trimestres. Evaluó que la economía está registrando “un crecimiento raquítico” y para el año que empieza “no espero que sea mucho mejor”. “Vamos a entrar al año 2019 con un arrastre estadístico muy, muy bajo. Cualquier problema que haya nos puede poner en un negativo”, sostuvo Alfie, para quien si bien “nadie avizora problemas importantes (…), en estas regiones del mundo nada es seguro”.
José Rocca, integrante de la Red de Economistas de Izquierda (Rediu), espera que se registre una “profundización de la crisis”, debido a la merma que se dará en el turismo y la disparidad de relación de precios con Argentina y Brasil. Para el profesor de economía, 2019 cerrará con crecimiento nulo en el PIB, comparado con su estimación del 2% “a lo sumo” para 2018.
En cuanto al sector de exportaciones, María Laura Rodríguez, responsable de la asesoría económica de la Unión de Exportadores (UEU), señaló que Argentina “seguirá complicada, y más en un año electoral” por lo que las exportaciones a este país deberán esperar a que “pase la tormenta” para que puedan ayudar a crecer a Uruguay. Brasil, por otro lado, tendrá el primer año del presidente Jair Bolsonaro, y si bien su política económica representa una gran incertidumbre para la economista, igualmente esperó un crecimiento del país, para que se le pueda exportar en iguales o mayores cantidades.
Medidas para el déficit
Entre los diversos factores a atacar en el año que recién comienza, los analistas coincidieron en señalar al problema del déficit fiscal, más aún en un año electoral en el que no se suelen adoptar medidas importantes. Tanto para Morales, Alfie, como Rocca, interpretan que no se debería dejar este desafío en manos del “piloto automático”, sino que es necesario tomar medidas que enfrenten el asunto de manera directa.
Morales hizo referencia a la baja de la perspectiva de la calificación de grado inversor de parte de la agencia Fitch Ratings en octubre del pasado año, lo cual “enciende una luz amarilla”. “El país debe cuidar y mantener la calificación crediticia para poder seguir accediendo a financiamiento en mejores condiciones y a costo más reducido, y para eso es condición necesaria la reducción del desequilibrio fiscal que haga sostenible la trayectoria de la deuda”, añadió la economista.
Alfie, en tanto, espetó que se deberían haber tomado medidas de mediano y largo plazo antes, para que en 2020 “ya estén dando resultados”. Esta falta de toma de decisiones conlleva, según el exministro, a una profundización de problemas, lo que a su vez conlleva la necesidad de medidas más complejas. “Ahí tenemos un punto que hay que atacar”, indicó Alfie, aunque agregó que no tiene “ninguna esperanza” que esto se lleve a cabo.
Por último, Rocca opinó que el frente fiscal debería ser atacado con medidas que “graven al gran sector financiero”. Para el economista de la Rediu, se debería imponer, por ejemplo, un impuesto al latifundio, principalmente extranjero, buscando formas de que empresas de zonas francas aporten a la economía. De esta forma, podría aplacarse el déficit con medidas que afecten “al gran capital”.
El empleo y UPM
En cuanto a la tasa de empleo, que viene mostrando un claro deterioro desde los máximos alcanzados en 2014, la situación no se ve muy prometedora aún.
Morales, Alfie y Rocca concuerdan en que seguirá estancado. Rocca consideró que, utilizando políticas de promoción de viviendas populares o de redistribución de tierras, podría atacarse la problemática; Morales, en tanto, opinó que se necesitaría una reactivación de los sectores “que son más intensivos en mano de obra”, como el comercio, restaurantes, hoteles y la construcción.
De esta manera, la construcción de la segunda planta de celulosa UPM, que iniciará este año, podría brindar un respiro a la economía mediante puestos de trabajo e inversión; sin embargo, no fue vista con buenos ojos por los expertos. Rocca la tildó de “estrella fugaz de corto plazo”, que “agravaría” los problemas a la larga. Alfie fue un poco más optimista, sin embargo: “por más que es sumamente importante a mediano plazo, solo eso no cambia la historia de la economía. Es importante, no cabe duda”, señaló el exministro sobre la próxima planta. Continuó, explicando que “el año que viene no veo que pueda haber una recuperación de la economía en base a UPM (…) No me parece que tenga un impacto importante en 2019. En todo caso, a partir de 2020 es posible que sí”.
Exportaciones y dólar
En 2018 las exportaciones de bienes cerraron con una caída de 3,76% respecto al año anterior y un leve crecimiento de 0,45% si se incluyen las ventas desde zona franca (ver recuadro).
Para la economista de la Unión de Exportadores, en 2019 habrá una mejor performance de la soja, que en el primer trimestre de 2018 fue algo que se vio afectado por cuestiones climáticas. Sin embargo, a pesar de que la soja eventualmente logre una repuntada, “no quiere decir que las exportaciones estén más fortalecidas”, sino que se trata de un sector “que se recuperaría de una caída muy fuerte”, explicó Rodríguez.
“Si no hay cambios muy importantes en la competitividad o en algún otro factor”, añadió la economista de la UEU, o que Uruguay tenga “un mucho mejor año de la región”, “difícilmente las exportaciones mejoren”.
En este sentido, se refirió también al dólar, factor que podría incidir también en el rendimiento de su sector en este año que comienza. Para Rodríguez, la tendencia es que el dólar aumente “en la medida que la economía de Estados Unidos siga saludable y se sigan aumentando las tasas de interés”. Estas expectativas, por tanto, beneficiarían al sector exportador a lo largo del 2019.
De esta manera, Alfie también evaluó la situación del dólar, afirmando que “no deberíamos esperar sorpresas” y que será un año “tranquilo”. Sin embargo, sí recalcó que Uruguay debe tener las cuentas fiscales sólidas como medida para apuntalar el tipo de cambio, aunque calmó las aguas sosteniendo que Uruguay ya está financiado, “por lo tanto no hay ninguna razón para pensar que Uruguay por sí mismo genere una inestabilidad muy grande”.
No obstante, Rocca mostró preocupación respecto a la moneda extranjera. Reconoció que Uruguay “está caro en dólares”, lo cual lleva a un dilema “muy complejo”, según explicó. De acuerdo con el economista, si se devalúa el peso con respecto al dólar, “es decir, si de alguna forma se lleva a una paridad con nuestros vecinos”, va a haber mayor inflación. Por otro lado, si no se lleva, el deterioro productivo es susceptible a agravarse, por lo que el país se sitúa entre aumentar la inflación, o el deterioro productivo.
Actividad económica habría crecido en el último trimestre de 2018
El Índice Líder de Ceres (ILC), es un indicador adelantado que busca anticipar el comportamiento del nivel de actividad de la economía con dos meses de anticipación, y se utiliza para predecir cambios en el ciclo económico. En su dato de octubre, el indicador registró un aumento de 0,1% en relación al mes anterior, lo que sumado a los aumentos de agosto y setiembre, permite anticipar “una posible expansión de la actividad económica para el último trimestre de 2018”.
Sin embargo, el índice de difusión del ILC (que mide la proporción de variables que integran el indicador que evolucionaron favorablemente en el mes) se ubicó en 31% en octubre “lo que indica que menos de la mitad de las variables del ILC se comportaron de manera expansiva”.