Ferrer: “La fusión entre el BROU y el BHU le permitiría al gobierno liberar capital como accionista”

Salvador Ferrer, presidente del Banco República (BROU)

Los números marcan que el primer semestre ha sido muy bueno para el BROU, y de continuar esa dinámica la ganancia puede ser récord. En un mano a mano con CRÓNICAS, Salvador Ferrer, presidente de la institución, se refirió a los pilares que han sustentado el crecimiento. En la charla dio un panorama de los distintos negocios en los que pone foco el banco y cómo se prepara de cara al futuro, con nuevos servicios y poniendo énfasis en la evolución tecnológica. También se refirió a una posible fusión entre el BROU y el Banco Hipotecario (BHU) y cómo impactaría esto en la oferta y beneficios para los clientes.   

Por Oscar Cestau | @OCestau

– El BROU alcanzó una ganancia de alrededor de US$ 375 millones en el primer semestre de 2024. ¿Esta administración espera que se supere el récord de 2023, de US$ 600 millones?

– Sí, es la expectativa que tenemos. De alguna manera, la teníamos antes de comenzar el año, porque la tendencia estaba marcada. Es una muy buena noticia para todos los uruguayos, porque confirma que tenemos un banco sólido desde el punto de vista patrimonial, de liquidez y de generación de resultados. Pero lo más importante es que estos números se lograron con el banco cumpliendo con sus objetivos y su mandato institucional de ser soporte de personas, familias y empresas. Tenemos muchísimo más para hacer, pero tengo la sensación de que vamos en el camino correcto. 

– ¿Cuáles han sido los pilares que han llevado a obtener estos buenos números? 

– En el banco nos propusimos una estrategia desde el comienzo de la gestión, y hemos tratado de ser consistentes en mantener los objetivos, que se basan en tres líneas de acción. Por un lado está lo que tiene que ver con el crecimiento del negocio y la oportunidad de jugar un rol mucho más relevante en el mercado, tanto a nivel del negocio de personas, que quizás es uno de los pilares más fuertes del banco, como a nivel del negocio empresarial, donde teníamos una oportunidad de recuperar mercados muy importantes. Los números lo demuestran, porque si comparamos el balance del portafolio de créditos de hoy contra el del 2019, el crecimiento es de más del 50%. 

Una segunda línea de acción está en todo lo relacionado con la digitalización, en particular, las mejoras en el sistema de pago, buscando también ser un buen socio del Banco Central en su hoja de ruta con respecto al tema. La tercera línea de acción va más allá de ser un banco comercial en plena competencia con el resto de los competidores de la plaza, dado que también nos toca el rol de ser el banco de desarrollo del país. Ese concepto implicó ser un soporte importante para empresas o sectores con dificultades, siempre y cuando viéramos que tuvieran una vida económica por delante, y no rescatar empresas que estaban condenadas por otras razones. En ese universo nos tocó la pandemia, después vinieron sucesivas emergencias agropecuarias y los problemas del litoral. Entonces, fueron oportunidades para mostrar esa intención del banco. Hay que reconocer que ayudó la recuperación del nivel de tasas de interés a nivel internacional para un negocio bancario como el de Uruguay, que está bastante dolarizado, más de lo que quisiéramos. Lo mismo con la corrección que se viene dando a nivel cambiario. 

– ¿Cuál es el panorama del crédito al consumo en Uruguay?

– El del crédito al consumo es uno de los sectores más relevantes para el banco. Es un negocio sano, con una morosidad muy baja. Es cierto que hay una concentración importante de ese negocio en empleados públicos y jubilados, por eso nos desvela poder expandir más el negocio y llegar cada día a más personas. Hace dos años desarrollamos el crédito fácil para simplificar el acceso al crédito, y estamos trabajando en que se pueda hacer de forma totalmente digital, de la misma forma en que hoy los jóvenes pueden hacer su cuenta en el Banco República sin pisar una sucursal. De esa forma, podríamos posicionarnos mejor contra otras ofertas de todo tipo que la población recibe; algunas de muy fácil acceso aunque de condiciones no tan agradables para el tomador. 

– ¿Cómo está hoy el crédito en el sector agropecuario en comparación con ese buen año 2022 que destaca? 

– El 2022 quizás fue uno de los mejores años en la historia, y después vino la seca brutal del 2023. Si uno mira la expansión del crédito del sector agropecuario, comparando hoy con ese 2022, en el último año creció algo más del 20%, y si miramos los cuatro años, es prácticamente del 60%. Creo que se pudo desmentir ese viejo chiste de que el banco te regala el paraguas cuando hay sol y te lo saca cuando hay lluvia. En el 2021, que fue un año donde el producto cayó un 6%, el crédito se expandió, algo muy inusual en cualquier estadística que uno revise; hablo del crédito del sector bancario, seguramente con un gran liderazgo del Banco República. De la mano de instrumentos como el Sistema Nacional de Garantías (SiGa) se permitió una expansión bien relevante, que dio soporte a la economía para rebotar fuertemente cuando pudo.

El crédito SiGa permitió un incremento de US$ 150 millones de crédito a las pymes agropecuarias, que son empresas con mayor dificultad para acceder al crédito.

– ¿En qué etapa está el recambio de las tarjetas de débito?

–  El banco impulsó una política muy importante en ese sentido. El Banco República es el emisor de la tarjeta de débito más extendida en plaza, la tarjeta Maestro, que es un producto que hoy está desactualizado. Eso fue lo que nos llevó al lanzamiento de la Mastercard Débito como reemplazo, una tarjeta con pago sin contacto, que permite comprar por internet con todas las seguridades y los beneficios que ofrece un producto moderno. Ese parque de tarjetas Maestro era de un millón y medio de clientes, y vamos ya cerca de los 600 mil que han renovado esos plásticos. Es un desafío logístico que nos va a llevar lo que queda del 2024 y quizás un poco más. 

– Todos los bancos privados tienen dentro de su oferta un negocio específico para clientes Premium o ABC1. ¿El BROU podría desplegar un negocio similar?

– No ha sido una decisión estratégica que se haya tomado, pero la oportunidad está y es un caso para revisar y analizar. Creo que el banco ha apostado por ser lo que es, el banco país, con una cobertura universal de productos, de clientes, atendiendo a todo tipo de sectores y personas a lo largo y ancho del territorio. No ha habido una estrategia más de nicho. Creo que el mandato que le corresponde al banco país es un poco más global, lo que no quita que pueda haber alguna estrategia diferencial en algún momento. 

– ¿Preocupa el creciente número de estafas a clientes, mediante engaño de phishing o el “cuento del tío” por teléfono? ¿Puede generar desconfianza en los usuarios del sistema bancario? 

– Es un tema que preocupa y que nos ocupa. Ese famoso “cuento del tío” que lamentablemente estamos escuchando mucho en los últimos tiempos, excede a lo que podamos hacer desde el banco. Tiene que ver con la educación financiera, donde podemos apoyar y trabajar, pero es bien distinto al mundo de las ciberestafas. El ciberdelito hoy mueve más dinero en el mundo que el narcotráfico. Ahí es donde están los mayores desafíos y preocupaciones. En 2022 hubo un incremento importante de la cantidad de casos en el mercado bancario, y es el BROU es el que sale en los diarios y genera titulares, pero este problema fue de todo el sistema y es global. Quiero ser enfático en que el 100% de los casos que hemos tenido se trataron de vulneraciones a la seguridad del cliente, donde el estafador se hizo de las credenciales de acceso a la cuenta del usuario, del password. No son fallas en los sistemas internos del banco, y esto me parece importante aclararlo para transmitir tranquilidad. Los bancos vivimos de la confianza, esa es la razón fundamental de ser. Nos genera una gran empatía la situación compleja que le ha tocado vivir a cada usuario afectado, pero eso no quiere decir que lo podamos traducir en una respuesta acorde a la que el cliente le gustaría tener. Hoy no tenemos como hacernos cargo, porque el origen de la situación va del lado de la vulneración que tuvo el cliente, no del banco. Más del 50% de los casos de fraude son evitables, y por eso hay un proyecto para trabajar sobre el ciberdelito en el Parlamento, y otro que permite a los bancos compartir información ante estos casos de sospecha de fraude, porque el secreto bancario nos limita la posibilidad de interactuar entre las instituciones financieras. 

 – ¿Cómo ve la posibilidad de que el BROU y el BHU se fusionen?

– Yo soy un absoluto convencido de que sería una muy buena noticia para todos los uruguayos, como dueños de las dos instituciones. El año pasado se dio esta discusión en el contexto de otras circunstancias, que tenían que ver con una solución para los deudores en UR del Banco Hipotecario. Quizás no era el contexto más apropiado para que esta discusión se procesara, porque eran muchos los temas que estaban sobre la mesa. Pero desde el punto de vista del funcionamiento moderno del bancario, estoy convencido que sería bueno y de que terminará pasando en algún momento. Creo que el potencial de la fusión de los dos bancos en cuanto al tipo de servicios que podríamos ofrecerle a los clientes sería mucho más relevante. En los últimos 10 años la pérdida de participación en el mercado del crédito público hipotecario es muy importante contra la banca privada. A su vez, la fusión de las dos instituciones le permitiría al gobierno liberar capital como accionista. El BROU tiene un patrimonio de US$ 2.500 millones, y el Banco Hipotecario de unos US$ 1.000 millones, y una institución funcional no necesita ese nivel de patrimonio. Entonces, hay espacio para devolver patrimonio para que los uruguayos lo utilicen de otra manera. Obviamente, hay discusiones políticas de por medio, y eso a veces genera los retrasos naturales que tenemos en nuestro país, pero sería algo positivo. 

– ¿Cómo ha sido la incorporación tecnológica y la digitalización en el banco?

– La incorporación de tecnología fue uno de los objetivos que nos pusimos, sobre todo enfocado en lo que tiene que ver con las mejoras del sistema de pago. Cuando hablamos de digitalización, hay dos formas de mirarlo: una es hacia afuera, lo que estamos ofreciendo como soluciones a nuestro cliente; y otra es cuánto estamos haciendo internamente en materia de inversión y tecnología, que es algo permanente con lo que tenemos que convivir. En cuanto al cliente, el banco ha actualizado sus plataformas de eBrou y la App BROU. Hoy tenemos plataformas de vanguardia que compiten de igual a igual con cualquier otro jugador de mercado, y esa no era la situación hace un tiempo atrás. Unos 800 mil clientes entran por día a operar en las plataformas, a los que les ofrecemos transferencias instantáneas las 24 horas del día, los siete días de la semana. En el caso de las transferencias de bajo valor, hasta $2.000 pesos o US$ 50, son sin costo aunque sean entre bancos diferentes. Seguramente el mes próximo estén disponibles los pagos con QR en el celular, para pagar con débito directo a su cuenta. En lo interno, ha habido una inversión permanente para poder dar soporte a todo este desarrollo. 

– ¿Hacia dónde debería apuntar el BROU a futuro para seguir la línea de crecimiento?

– El crecimiento del negocio tiene que seguir siendo parte del norte del banco. El BROU todavía tiene una oportunidad de desarrollo en diferentes áreas, y hablo en particular del crecimiento del crédito a nivel corporativo. A nivel de personas quizás estamos un poco más posicionados, pero siguen habiendo oportunidades. Esta tendencia a la digitalización es global, y algo que la banca viene incorporando cada vez con más velocidad es todo lo que tiene ver con la inteligencia artificial, lo que seguramente nos va a permitir ser más eficientes en nuestros  procesos, en llegar con mejores soluciones y en personalizar la oferta de servicios a nuestros clientes.


Fortalezas en diversas áreas del negocio

– ¿En qué tipos de negocios ha ganado terreno el banco frente a la competencia?

– El banco tenía una participación realmente marginal para lo que es la escala del negocio, y de la mano de la estrategia que se siguió con Mastercard Recompensa se ha hecho un

reposicionamiento muy importante en cuanto a tarjetas de crédito. Creo que se eligió una estrategia adecuada, que ya se había definido durante el periodo anterior. Se había definido una estrategia, que impulsamos y profundizamos, de generar un producto atractivo para los consumidores con un paquete de beneficios asociado a lo que es el consumo cotidiano de los uruguayos, por el tema de combustibles, farmacias, supermercados. En este mundo de tarjetas hay una gran competencia por el tipo de beneficio que cada uno ofrece, y fuimos por esa estrategia. A través de la alianza con la Selección Uruguaya de Fútbol potenciamos la colocación de tarjetas. Si nos movemos hacia el negocio más corporativo, en lo que es el mundo de pymes, el banco tiene una presencia cada vez más relevante. Este es un país de pymes y tenemos una vocación muy importante de servirlas desde siempre, pero le hemos puesto foco especial a simplificar el acceso al crédito, a facilitar la llegada de productos a los clientes, y lo hemos logrado de forma relevante. El sector agropecuario es casi el 50% de nuestro portafolio corporativo, y nos ha demandado una especial atención. Otra área en la cual hemos tenido un crecimiento muy importante es la que tiene que ver con el financiamiento de proyectos de infraestructura, de obras viales y portuarias. Tenemos un portafolio de negocios generado que va a seguir en los próximos tiempos, con obras que están en plena ejecución. 


US$ 2.500 millones a rentas generales 

– ¿Cuánto se ha volcado a rentas generales bajo su gestión?

– Hicimos una estimación de que en estos cinco años íbamos a estar volcando a rentas generales unos US$ 2.500 millones; un promedio de US$ 500 millones al año, entre dividendos e impuestos. Es una contribución muy importante que hace mucho al rol de banco país. El gobierno, como representante de los dueños de la institución, es quien resuelve si esos dineros que el banco genera van para resolver problemas de asentamientos, de primera infancia, de seguridad, o lo que corresponda. No nos atañe a nosotros definir eso, sino que lo nuestro es cumplir con el mandato del banco y generar el mejor resultado posible. Si miramos estas cifras a modo de referencia, lo que se volcó en el quinquenio anterior fue menos de la mitad.