Desde la Asociación Nacional de AFAP no le encuentran mayor sentido a la iniciativa presentada esta semana por el Poder Ejecutivo, para superar el problema de los “cincuentones”, que propone la creación de un fideicomiso. Cuestionan el hecho de que, sin experiencia, el BPS comience a administrar fondos para rentabilizarlos y pagar jubilaciones desde allí. “Es redundante y generará nuevos costos”, sostuvo Sebastián Peaguda, gerente general de SURA.
Por Adolfo Umpiérrez | @AdolfoUmpierrez
Fueron años de reclamos por parte del grupo conocido como “los cincuentones” hasta que finalmente el Poder Ejecutivo tuvo en sus manos una propuesta, que estiman, resolverá la situación generada luego de que el Banco de Previsión Social (BPS) desconociera los aportes anteriores al 1996 a aquellas personas que fueron obligadas a afiliarse a una AFAP, a mediados de los 90’.
Esta vez, la iniciativa llegó desde el despacho del vicepresidente de la República, Raúl Sendic, quien propuso la creación de un fideicomiso que administre los aportes de los perjudicados que salgan del sistema mixto y decidan volver al BPS. Según adelantó el propio presidente de la República, Tabaré Vázquez, la medida alcanzará a aquellas personas que hayan cumplido 50 años antes del 1 de abril de 2016 y que no se hayan jubilado aún.
Sin embargo, según un comunicado de la Asociación Nacional de AFAP (Anafap), la propuesta incurre en un error al poner solamente un límite de edad sin mayores requisitos. La agremiación de las administradoras de accionistas privados considera importante que “la opción sea dada solo a la población realmente afectada por la incongruencia entre los aportes vertidos antes de la entrada en vigencia del sistema mixto y lo que se reconoce actualmente”. Para Anafap extender la medida a otras poblaciones “alimenta la desinformación, el oportunismo y amenaza la sustentabilidad de todo el sistema de pensiones, especialmente para los más jóvenes”. Desde la asociación se hace énfasis en que solo pueden verse perjudicados aquellos que fueron afiliados de hecho al ganar más de $48.953 de hoy, en aquel tiempo y que la reforma entró en vigencia a mitad de su vida laboral. “El problema original no les afecta a la mayoría de esa población. Eso generará angustia y desconcierto”, dijo a CRÓNICAS el presidente de Anafap y gerente general de SURA AFAP, Sebastián Peaguda.
Más de lo mismo
“Hacer un fideicomiso para administrar el dinero y que eso se rentabilice y luego se paguen las jubilaciones de ahí, se llama crear una AFAP”, agregó Peaguda. Para el directivo, el hecho de que el BPS administre e invierta un fideicomiso “es redundante, generará nuevos costos, ya que las competencias necesarias no las tiene. No invierte de largo plazo, solo reparte, y la rentabilidad que puede obtener habría que compararla con la que han obtenido las AFAP”, sostuvo. Además, aseguró que no es comparable el nivel de control y regulación que tiene la actividad de las AFAP en términos de solvencia y de cómo se realizan las inversiones. “¿Cuál es el apuro de llevarse el saldo si la persona todavía no se jubila y si esos recursos no los puede utilizar el BPS por quedar dentro de un fideicomiso?”, se preguntó Peaguda.
“Por eso es que sostenemos que lo mejor es que los recursos se sigan acumulando en las AFAP, y que al momento de la jubilación el cliente elija con cartas vistas su mejor opción y que, con un mayor saldo, pueda elegir. Si le conviene ir al BPS, lo hará con mayor saldo, lo que es bueno para todos”, aseguró.
Algunas cuentas
Según datos de Anafap el promedio de edad de jubilación es de 63, por lo que, por ejemplo una persona que tiene 53 años aún le quedan 10 para jubilarse y, ya a esta altura de su vida tiene una cuenta considerable. Fuentes consultadas por CRÓNICAS aseguraron que si esa persona continuara en el sistema mixto, entonces a la edad promedio de jubilación tendría un mayor ingreso que si se cambia al BPS diez años antes. “Es tan grande la rentabilidad que acumulan, que le compensa lo que el BPS no les paga. Si la persona decide a los 53 años se va a equivocar, porque va a ver una proyección determinada hasta los 60 años y no hasta los 63 años”, señaló.
Además, desde Anafap, insisten con el costo fiscal que tendrá para el BPS si los afiliados deciden cambiarse al sistema de transición antes de su retiro. Según datos aportados por los técnicos del propio BPS, si todo el contingente de mayores de 51 años abandonara las AFAP para recibir la jubilación entera del BPS, generaría un gasto fiscal mayor a los 2.000 millones de dólares.
En cuanto al negocio de las AFAP, este cambio no representaría una amenaza por el modo en que se haría. Según supo CRÓNICAS, el hecho de que se realice en los próximos años de forma gradual, que se permita entregar títulos y que no sea necesario deshacer posiciones, no tendrá efectos sobre el funcionamiento de las administradoras. Para Peaguda, basado en la respuesta que se dio con la ley que permitió la desafiliación de las AFAP, “si no pasó con las revocaciones, en las que revocó cerca del 20% de los que efectivamente se asesoraron en BPS, no veo por qué pase ahora”, consideró.
Fórmula más conveniente es que elección se realice al momento de retiro
El mismo miércoles en que el Poder Ejecutivo presentó la propuesta para elaborar el proyecto de ley, Anafap publicó una serie de propuestas que podrían solucionar el problema, asegura, con mayores beneficios para los afiliados, y sin perjuicio fiscal para el Estado uruguayo.
Por un lado tres de las cuatro AFAP en plaza propusieron “habilitar a los trabajadores comprendidos en esa franja etaria a desafiliarse de las AFAP, con criterio similar al de la Ley No. 19.162, lo que implica liquidar su cuenta personal, y volver al sistema de reparto en BPS”. Esto significa que el BPS cuente con un ingreso inmediato de dinero, pero al mismo tiempo genera una contingencia de pago de jubilaciones futuras, que es mayor a ese ingreso puntual, “por lo que a largo plazo implica un impacto relevante para la sostenibilidad de las cuentas públicas. Técnicos del BPS estimaron que el costo de ese cambio de régimen para los afiliados mayores a 51 años tiene un impacto fiscal de un monto equivalente a -4,3% del PIB”.
Dado el riesgo fiscal que representa la primera propuesta, la Anafap propuso permitir a los afiliados perjudicados que, cuando lleguen al final de su vida activa, puedan optar por jubilarse con el sistema mixto, o hacerlo solo por el BPS. “Al tomar esta decisión al final de la vida activa, se reduce la incertidumbre y se puede hacer la evaluación con toda la información disponible”, destacan.
Esta segunda propuesta abre dos posibilidades: que al momento de jubilarse, se aplique un cálculo para que el trabajador cobre lo que le hubiese generado por el sistema anterior, con fondos provenientes del monto capitalizado en su AFAP que pasa a una empresa aseguradora, sumado el dinero de la pasividad que le corresponde por reparto que se incrementa hasta que se equipare el ingreso mensual al que hubiese tenido por régimen previo a 1995. “De esta manera se hará explícito el costo del BPS por cubrir la diferencia en el largo plazo”, agregan. Como segunda alternativa al momento del retiro, el dinero del afiliado pasaría al BPS, y este le pagaría una pasividad igual a la que hubiera generado en sistema previo a la reforma.
Entre las conclusiones del comunicado publicado el miércoles, la Anafap asegura que “la fórmula más conveniente para los afiliados, para el BPS y para el sistema, es que la alternativa de jubilación por uno u otro régimen, se realice al momento de retiro y no en forma anticipada. En ese caso, ningún trabajador se verá perjudicado; el afiliado y su familia tendrán beneficios del régimen mixto durante toda la etapa de actividad y el costo para el BPS y en definitiva para el Estado, será significativamente menor al de un pasaje de afiliados del nuevo sistema al antiguo, sin esperar al momento del retiro”.