Luego de los resultados del 27 de octubre, se comenzó a especular sobre las posibilidades de gobernabilidad que tendrá quien asuma en el Poder Ejecutivo en marzo del año que viene. La duda surge porque los comicios parlamentarios resultaron en una mayoría en la Cámara de Senadores para el Frente Amplio (FA), pero para ningún bloque en la Cámara de Diputados. Dado este escenario, ni el FA ni la coalición tendrían mayoría en ambas cámaras y, en caso de que gane Álvaro Delgado, no la tendría en ninguna. CRÓNICAS conversó con los constitucionalistas Ruben Correa Freitas y Martín Risso para ahondar en este dilema.
Sobre esta disyuntiva, el abogado constitucionalista Ruben Correa Freitas comentó a CRÓNICAS que el hecho de no tener mayorías en las cámaras “no implica no tener gobernabilidad”, sino que, gane quien gane, “los dos van a tener que hacer acuerdos”. En ese sentido, el especialista recordó que entre 1985 y 2004 ningún presidente tuvo mayoría en las cámaras, por lo que tuvieron que construir acuerdos y entendimientos con la oposición. “Considero que el mensaje que dio la ciudadanía en estas elecciones nacionales fue que el sistema político se tiene que poner de acuerdo”, opinó, y agregó que la situación va a obligar a que se lleven adelante políticas de Estado que surjan del entendimiento.
Con respecto a la situación que se presenta, el constitucionalista Martín Risso declaró en diálogo con CRÓNICAS que, si bien venimos de 20 años en que uno u otro bloque ha tenido mayoría parlamentaria, el Uruguay no es extraño al sistema parlamentario minoritario. Como ejemplo, mencionó el caso del primer gobierno de Sanguinetti, en el que los colorados no tenían mayoría en ninguna de las cámaras. “Se negocia y se sale adelante, podrá dar un poco más de trabajo, pero no es una tragedia y hasta puede ser bueno porque fuerza a las partes a que negocien”, valoró.
Designación de cargos
Otro aspecto que se ha puesto sobre la mesa al analizar la situación de cara al próximo período es el nombramiento de cargos designados en el Parlamento, como los integrantes de la Suprema Corte de Justicia, la Corte Electoral y el Tribunal de Cuentas. Más específicamente, se ha especulado sobre los obstáculos a la gobernabilidad de un posible gobierno de Álvaro Delgado, dado que hay algunos cargos, como el fiscal de Corte y los directores de los entes autónomos y servicios descentralizados, que se designan con venia del Senado.
A este respecto, Correa Freitas precisó que, en el caso de los directores de los entes y los servicios descentralizados, la Constitución requiere tres quintos de votos en la Cámara Alta, cuota que no alcanza el FA. Si transcurren 60 días de la primera propuesta, el requerimiento pasa a ser de 16 senadores, en cuyo caso el FA sí podría bloquear la designación, pero de ocurrir eso quedarían los que ya ocupan el cargo. Por lo tanto, si gana la coalición y no logra acuerdos para nombrar a los nuevos directores, continuarían los miembros actuales.
En lo que refiere al fiscal de Corte y los fiscales letrados, la Constitución exige 19 votos en el Senado, número que ningún partido alcanza, por lo que habría que nombrarlos mediante acuerdos.
En cuanto a la Suprema Corte y el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, el Senado no tiene tanta injerencia, sino la Asamblea General en su totalidad. Risso puntualizó que para estos cargos “hace años que nunca se llega a los votos”, y lo que ocurre en este caso es que, si la mayoría no se alcanza, asume el ministro del Tribunal de Apelaciones más antiguo, por lo que a la larga se renueva y nunca queda sin integración. Ocurre lo mismo con la Corte Electoral y el Tribunal de Cuentas. En ese sentido, el abogado apuntó que, con la integración del Parlamento que surgió de las elecciones, estas posiciones continuarán bloqueadas, gane Delgado o gane Orsi.
Las potestades del Poder Ejecutivo
Correa Freitas planteó que, en el caso hipotético de que la coalición gane la presidencia y el Frente sea oposición y logre aprobar una ley en ambas cámaras, si el Poder Ejecutivo lo considerara necesario, podría vetarla. Ese veto solo podría levantarse con tres quintos de cada una de las cámaras. Además, de acuerdo a la Constitución, hay determinadas leyes que son de iniciativa del Poder Ejecutivo. Uno de esos temas es la seguridad social, por ejemplo. Con respecto a la Ley de Presupuesto, si el Ejecutivo la remite al Parlamento y la Cámara de Senadores la rechaza, se mantiene el presupuesto vigente en este gobierno.
Censura de ministros y posible disolución de cámaras
Por otra parte, Correa Freitas comentó que la Constitución contempla la opción de una censura parlamentaria. Para censurar a uno o varios ministros se requiere una mayoría absoluta del total de componentes de la Asamblea General, es decir, 66 votos. El FA, el partido que más se acerca a ese número, tiene 64, así que no podría censurar a un ministro por sí solo, aunque podría hacerlo si otro partido le facilitara los votos restantes.
En tal caso, el presidente de la República podría elegir disolver las cámaras y convocar a nuevas elecciones parlamentarias. Si bien el abogado manifestó su inclinación a que “eso no ocurra”, señaló que en las democracias occidentales este es un instrumento muy común del gobierno parlamentario. Por su parte, Risso argumentó que “sería raro” que el FA se volcara a censurar a algún ministro porque se sabe que esto puede desembocar en una disolución de las cámaras y, por lo tanto, a la convocatoria de elecciones parlamentarias anticipadas. “Yo no sé si los legisladores del Frente van a estar dispuestos a arriesgar las bancas en una elección anticipada”, especuló.
El papel de la negociación
Dados los dos panoramas que se presentan como una posibilidad, Correa Freitas concluyó que la negociación será de fundamental importancia, pase lo que pase en el balotaje el próximo 24 de noviembre. Esto aplica para ambas cámaras, pero “especialmente” en la Cámara Alta: “Sin ninguna duda, tiene que haber senadores que articulen, negocien y logren la aprobación de leyes que son fundamentales para el país, por encima de los partidos políticos”, sostuvo el experto. En tanto, Risso opinó que, “si hay buena voluntad y buena fe política, irán haciendo los acuerdos”.