Heber: “La inversión de UPM es bienvenida, pero fue mal negociada” y no se descarta renegociarla

Luis Alberto Heber, ministro de Transporte y Obras Públicas


Debido a la falta de inversión existente en el país, el gobierno del Frente Amplio (FA) “apostó a un solo proyecto para decir que los números van a cambiar”, lamentó el flamante ministro de Transporte en referencia a la segunda planta de UPM. El exsenador, que ocupó una banca en el Parlamento durante 35 años, criticó que a las iniciativas del anterior partido de gobierno “no se les podía cambiar ni una coma”. Sin embargo, aseguró que ahora, con la mayoría legislativa de la coalición multicolor, habrá más lugar para el debate.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-¿Cómo tomó la responsabilidad de ser ministro de Transporte y Obras Públicas en este gobierno de coalición?

-Para mí es muy estimulante ese ministerio, que por excelencia tiene la obra pública y la infraestructura para generar transporte en aire, tierra y mar. Todo eso entra en el Ministerio de Transporte, si bien el desarrollo de la cartera apunta más a lo terrestre, vial y ferroviario.

Hay un desafío muy importante de ejecución, de buscar recursos de la sociedad para poder hacer las rutas que nos merecemos los uruguayos. A veces uno mira a países que tienen una infraestructura envidiable y no puede ser que en Uruguay no la podamos tener, con capacidad como para absorber el desarrollo y el crecimiento del país que hay que transportar.

-¿Se esperaba este nombramiento?

-Hace tiempo se sabía que a mí me gustaba esta cartera y le quedaré eternamente agradecido al presidente, que me pudo dar la oportunidad de llegar. Creo que es un gran desafío y estoy seguro de que no voy a defraudar.

-¿Cómo cambia ahora su vida, luego de 35 años como legislador?

-Creo que uno es más dueño de su tiempo y puede dedicarle atención a las cosas sin la necesidad de concurrir a instancias formales de discusión, o sea, a las comisiones había que ir. Yo concurrí permanentemente al trabajo parlamentario y extraformal, porque las cosas hay que negociarlas, que es tiempo que perdés muchas veces y no está contabilizado en la hora-hombre de esa tarea. Ahora tendré la oportunidad de recorrer más el país, estar más cerca de lo que tengo que hacer y ejecutar; es un cambio de estilo de vida pero me tendré que adecuar.

-¿Le quedaron temas pendientes en el Parlamento?

-Hay temas pendientes constantemente. Creo que una mejor ley de financiación de los partidos políticos hubiera sido una buena cosa; no nos pusimos de acuerdo con el FA. Era un desafío importante generar más transparencia en los fondos que manejan los partidos. Eso es reparador, es protector y no genera suspicacias en la financiación de las campañas.

Hay cambios que hacer en el sistema electoral. Es necesario tener un gran acuerdo constitucional de los partidos políticos que se tienen que ir adecuando a las realidades. Hay una obsesión de poner muchos temas en la Constitución, hasta las fechas de las convenciones, de las elecciones, y eso nos quita margen para generar acuerdos. Es decir, no se necesita hacer un plebiscito para cambiar fechas. Como cada vez que se habla de la Constitución se empiezan a poner temas que no tienen nada que ver, eso lleva a que no podamos tocar un proceso que siempre me ha preocupado, que lo podemos ir perfeccionando aún más, que es nuestro sistema electoral.

-¿Qué propone en ese sentido?

-Tengo muchas ideas, pero yo creo que deberíamos acortar los plazos. Es muy largo el plazo electoral y es factible tener campañas más cortas, que obliguen a los partidos a organizarse mejor, y que las elecciones internas estén más cercanas al evento nacional y departamental. También hay una serie de posibilidades de darle más libertad al elector.

-¿Por ejemplo?

-Me parece que es factible que la gente vote con libertad. Por ejemplo, que pueda votar a un intendente de un partido y a un alcalde de otro. Pero son todos temas muy polémicos, aparecen siempre voces en contra, con argumentos, y a veces es difícil de compatibilizar, pero lo más complicado es decir: ¿Hay disposición para hacer una reforma constitucional de carácter electoral?

“Tenemos que tener más cuidado, porque una cosa es apelar a la unidad partidaria y otra es hablar con otros partidos que tienen sus propios intereses y compromisos”.

Por otro lado, me parece que es un gran error que exista en nuestra legislación la posibilidad de acumular sublemas por identidad ideológica, por afinidad dentro de los partidos en el Senado, y que no sea factible hacerlo en Diputados. ¿Cuál es la razón? Nunca lo entendí. Si se elimina el sublema, que se haga para todos.

En la instancia electoral pasada nosotros con Aire Fresco y con el Espacio 40 disputamos, pero pertenecemos a una forma de pensar que llevó desde las elecciones internas a Luis Lacalle Pou como candidato, o sea, había una afinidad natural en el sector y decidimos estratégicamente ir separados, unidos por un sublema, porque teníamos una cuestión en común. No lo pudimos hacer a nivel de candidaturas a diputados. No es que haya diferencias ideológicas en el partido, pero hay visiones y formas de actuar que se nota que son diferentes, por eso hay corrientes distintas.

-¿Cree que puede haber voluntad política para hacer esa reforma?

-No, no creo, porque siempre que se habla de la reforma constitucional, el “ya que estamos” aparece, entonces empiezan a ingresar temas que terminan por atentar contra la propia reforma electoral.

-¿Cómo fue el proceso de transición de su cartera?

-Fue correcto, tuvimos la información del exministro Víctor Rossi y una reunión con sus directores, que nos informaron y nos dieron mucho material, que lo hemos estado estudiando.

-¿Qué herencia cree que recibe de parte de Rossi?

-Nosotros hasta ahora no podemos decir que tengamos una mala herencia, lo que tenemos son compromisos que afectan, como obras de arrastre y parte del presupuesto del 2020 y del 2021. Es un dato de la realidad, vamos a mirar en qué dimensión, y después haremos las auditorías que son necesarias para poder informar a la población sobre cómo encontramos la cartera.

-¿Cuáles van a ser sus ejes de gestión?

-Primero vamos a tener un Plan Estratégico Nacional de Vialidad que no lo va a hacer Luis Alberto Heber ni su equipo, sino gente que técnicamente va a decir “esto es lo que hay que hacer en Uruguay”. Y tenemos que tener una auditoría del estado real de las rutas del país. Esos son dos elementos básicos para empezar la gestión.

Además, vamos a hacer un Plan Maestro Portuario. Nosotros tenemos que resolver esto porque después del plan maestro que se estableció luego de la Ley de Puertos, se hicieron lineamientos pero no un plan de ese tipo. Es necesario tener un proyecto a largo plazo de cómo crece el puerto.

El puerto es fundamental y nosotros tenemos que darle la importancia que tiene para nuestro país geopolíticamente, eso es lo primero que vamos a hacer. Después, la misma gestión determinará los recursos necesarios como para poder, con imaginación, encontrarlos con el objetivo de continuar la obra pública que es necesaria para el país.

-La militancia le ha permitido recorrer el país en varias oportunidades. ¿En qué estado encontró las rutas en esas ocasiones?

-Notoriamente, en estos últimos años mejoraron muchas rutas. Eso es producto de mucho dinero que se ha adelantado de lo que viene de los años 2020 y 2021, pero la obra está, o sea que es bienvenida; no la criticamos por el hecho de que la haya hecho otro. Creo que es necesario ampliar esta obra. No solamente se deberían mejorar las condiciones del pavimento por el cual van las cargas y los autos, camiones y ómnibus, sino también generar más fluidez en el tránsito, producto de que muchas de las rutas están colapsadas. Ahí existe un desafío importante y veremos de dónde saldrán los recursos.

-El senador de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, dijo a CRÓNICAS que los contratos con UPM merecen ser revisados. ¿Coincide?

-Es una negociación que va a establecer el propio presidente de la República. Yo soy un secretario de Estado y estaré aconsejando, si hay una instancia así, cuáles son las cosas que nos parece que fueron mal negociadas y que comprometen gran parte del posicionamiento de Uruguay en el negocio. Eso estará determinado por el propio presidente, que sabrá cuándo, cómo y dónde puede haber una instancia de este tipo. Él ya ha anunciado que tiene interés en renegociar parte de lo que es factible de los contratos ya firmados.

El gobierno del FA tuvo apuro por tirar un tema frente a la falta de inversión que hay en el país, que se debe a que no hay rentabilidad, y apostó a un solo proyecto para decir que los números van a cambiar. Esta gran inversión es bienvenida, pero fue mal negociada.

-¿Qué expectativas tiene para los próximos cinco años?

-Que haya obras y trabajo. Yo creo que Uruguay va a volver a crecer y vamos a poder generar, en ese crecimiento, la modernización que el país tiene que tener.


“Las leyes van a venir acordadas pero no van a estar blindadas”

-¿Cómo se administran las diferencias en una coalición en la que participan cinco partidos?

-Siempre tuvimos que administrar diferencias. Nos pasó cuando estuvimos en el gobierno de Lacalle Herrera, donde tuvimos que hacerlo con Carlos Julio Pereyra, con la gente de Por la Patria, o sea que siempre hubo instancias de negociación. Nunca uno llega y dice “ya está”; permanentemente hay que dialogar, transar, negociar, contemplar. O sea que ampliar el espectro no es traumático para la tarea ni va a cambiar lo que venimos haciendo.

Tenemos que tener más cuidado, porque una cosa es apelar a la unidad partidaria y otra es hablar con otros partidos políticos que tienen sus propios intereses y compromisos, y sus diferentes visiones a veces en episodios no importantes pero que pueden, por pequeños que sean, erosionar el relacionamiento.

Creo que Luis ha conformado un gabinete multicolor donde muchos estamos mezclados en los ministerios; no es mi caso, pero en casi todos hay gente que va a intervenir, que va actuar en forma coordinada perteneciendo a partidos políticos distintos. Eso hace que la atención se ponga en la gestión, es decir, hay gente que pertenece a diferentes partidos y que va a estar comprometida con la misma gestión. Ese es otro acierto de Lacalle Pou.

-¿Va a estar abierta la puerta para dialogar con el FA? Porque los votos ya los tienen ustedes.

-Siempre se dialogó. Lo que a mí me molestó de estos 15 años fue que la dificultad del diálogo dentro del FA llevaba a que cuando llegaban las iniciativas al Parlamento, eran difíciles de modificar, porque eso rompía los acuerdos de la interna del FA. Lo que sucedía era que se discutía mucho fuera del Parlamento, y cuando llegaban los proyectos no se podía cambiar una coma, entonces se perdió en estos 15 años mucho de la discusión, del intercambio de ideas que suele hacerse, y eso generó otros ámbitos de debate.

De igual manera creo que pudimos incidir, porque demostrábamos que incluso en la dirección que tomaba el FA había defectos y cosas para corregir. En algunos casos muy contados pudimos tener incidencia.

En esta instancia, por pertenecer a partidos políticos distintos, se va a dar un mayor debate; va a haber una discusión naturalmente dentro de la coalición multicolor, pero no cerrada. Las leyes van a venir acordadas, pero no van a estar blindadas como para no escuchar a la oposición. Si discrepan con la esencia, eso es parte de la democracia, por eso tenemos partidos y modelos de país diferentes, entonces es natural que eso se confronte, pero no van a estar blindadas. Creo que el Parlamento va a tener un protagonismo mayor del que tuvo hasta ahora.