La apertura de fronteras que se avecina genera gran incertidumbre en la zona fronteriza, pues se especula que miles de uruguayos volverán a cruzar a Argentina para abastecerse de productos y servicios a precios mucho más bajos que en territorio nacional, tal como sucedía antes del cierre de los puentes. Dirigentes de asociaciones empresariales del litoral conversaron con CRÓNICAS al respecto y explicaron cuáles son las posibles soluciones a este problema, que persiste desde hace muchos años.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
El Poder Ejecutivo informó que la apertura de fronteras se realizará en dos etapas. En primer lugar, desde el 1º de setiembre los extranjeros con propiedades en Uruguay ya pueden ingresar al país. Por otro lado, a partir del 1º de noviembre, podrán entrar también los extranjeros que no sean propietarios. En ambos casos se requiere que estén inmunizados y con una prueba PCR negativa.
A esto se le suma el anuncio que realizó el embajador uruguayo en Buenos Aires, Carlos Enciso, quien confirmó que Argentina abrirá sus fronteras con Uruguay el próximo lunes. Lo que resta saber son los requisitos sanitarios que se van a exigir, indicó el jerarca a Subrayado luego de reunirse con el presidente Lacalle Pou en Torre Ejecutiva.
Ante este panorama, el vicepresidente de la delegación uruguaya en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), Miguel Feris, se refirió a la compleja situación que desde hace años atraviesan los comercios de las fronteras y opinó que “falta huevo de todos los actores políticos que tienen que golpear puertas” para buscar soluciones.
El expresidente de la Cámara Empresarial del Uruguay (CEDU) aseguró que “el único partido que entendió” el funcionamiento de la política de frontera “fue el Frente Amplio”, que aprobó la rebaja en el precio de los combustibles del 24%, cuyos resultados fueron “exitosos”.
Entrevistado por el programa Primera Mañana de Radio Arapey de Salto, recordó que en ese momento las estaciones de servicio “empezaron a vender un 300% más”, lo que hizo que el gobierno comenzara a recaudar muchísima más plata, además de que “paró la sangría en todo lo comercial”.
Consultado por CRÓNICAS acerca de sus dichos, el jerarca declinó hacer declaraciones. Más tarde se pronunció por Twitter sobre el tema, donde expresó: “Reconozco no haber utilizado la mejor de las expresiones y pido disculpas por ello. Mi preocupación es que los representantes de esta zona del país defiendan aún con más fuerzas los intereses de nuestra gente y confío plenamente en el gobierno actual para que pronto se plasme una solución que brinde certeza a nuestra región. He dedicado la vida a esta lucha”.
Millones de dólares que se van
CEDU fue una de las gremiales que peleó por la implementación de medidas para contrarrestar la diferencia cambiaria con los países vecinos y así mitigar la histórica fuga de consumidores uruguayos hacia el otro lado. En esa lucha, lograron que el primer gobierno de Tabaré Vázquez estableciera el descuento en los combustibles para las estaciones de servicio de las ciudades fronterizas, que se hizo en 2007.
En aquel entonces, autoridades nacionales manifestaban que la erogación sería importante y algunos no estaban del todo convencidos con la resolución, pero finalmente se incrementó la recaudación, creció el empleo en el sector, se hicieron inversiones y se pagó más renta, rememoró Carlos Delfino, presidente de CEDU.
Esa rebaja, que ha tenido un “buen funcionamiento”, es la base de la política de fronteras que los empresarios esperan que el gobierno genere, donde aspiran a que se incluyan, por lo menos, los productos de la canasta básica. Precisamente, pretenden lograr una disminución de algún impuesto en esos artículos.
Con la pandemia quedó demostrado lo que ellos venían alertando desde hacía muchos años, es decir, que una gran cantidad de consumidores se abastecían en los países vecinos y eso implicaba millones de dólares que el Uruguay perdía en recaudación.
Si bien la situación de la frontera con Brasil no ha cambiado, dado que uno puede circular por las ciudades binacionales, en el límite con Argentina sí se dio un giro, ya que el cierre de los puentes hizo que los uruguayos ya no pudieran cruzar cotidianamente, como estaban acostumbrados. Esto implicó un considerable repunte del comercio en los departamentos que limitan con ese país, donde las ventas subieron un 30%.
“Queremos que se tome en cuenta eso y que no se ponga un parche, como un control de Aduana. No pretendemos que el cero kilo sea la solución. Necesitamos una política nacional definitiva. Es una lástima haber verificado la cantidad de millones de dólares que se van para afuera y que el gobierno no recaude nada de eso”, manifestó Delfino.
Un compromiso que no se cumple
Lo que está reclamando la cámara no es algo nuevo. De hecho, antes de las pasadas elecciones, sus representantes se reunieron con todos los partidos de la coalición multicolor, quienes aseguraron que entendían el problema e incorporaron posibles soluciones en sus respectivos planes de gobierno.
Inclusive, en el “Compromiso por el país” que los cinco socios firmaron antes del balotaje, se expresa que uno de los puntos a cumplir es “desarrollar una política de fronteras que responda a desequilibrios de corto y mediano plazo. Hay que analizar la estructura de costos del comercio fronterizo, implementando medidas que permitan su competitividad”.
En julio del año pasado, a más de un año de la asunción del gobierno, Cabildo Abierto elaboró un proyecto de ley en ese sentido. Luego hizo lo mismo el Partido Nacional y más tarde el Partido Colorado. Sin embargo, “falta que se tomen las decisiones que se comprometieron a tomar”, ya que hasta el momento no se ha decretado una sola medida, aseveró Alfredo Freitas, vicepresidente del Centro Comercial de Bella Unión y vocal de CEDU.
“Los tiempos políticos no son los de los empresarios. Hay gente que se está fundiendo. Del lado de Brasil las fronteras están abiertas y si ahora se abren del lado argentino, va a ser un desbande”, advirtió el dirigente.
Agregó que el impacto de la apertura será “terrible”, porque, “lamentablemente, la Aduana no ha podido cumplir con las obligaciones legales que tiene y la gente va a ir a comprar donde le convenga, donde sea más barato”.
Freitas explicó que una verdadera política de fronteras va a significar mayor recaudación para las arcas estatales y más empleo. De todas maneras, entiende que es prácticamente imposible competir en pie de igualdad con los países vecinos, pues la diferencia de precios es demasiado grande.
Lo que plantean, por lo tanto, es que se estudie la forma de lograr una estabilidad en el tiempo que les permita a las empresas subsistir, sin que eso represente una pérdida impositiva para el gobierno nacional, tomando como ejemplo el descuento de las naftas.
Una medida insuficiente
El pasado lunes hubo una reunión entre los intendentes de Salto, Andrés Lima; Paysandú, Nicolás Olivera; y Río Negro, Omar Lafluf, y los centros comerciales de esos departamentos, donde se trató este tema con el objetivo de buscar soluciones. De todos modos, Juan Della Corte, dirigente del Centro Comercial e Industrial de Paysandú, remarcó que la conversación está muy “dispersa” y urge tomar medidas.
Puesto que con el cierre de los puentes resurgió el comercio, la apertura va a significar un gran golpe porque “va a haber récord de cierre de empresas y despidos masivos”, de acuerdo con su opinión.
“Hace mucho tiempo que Uruguay y Argentina no tienen esta diferencia de precios en los productos y servicios. En el país vecino, las cosas valen un tercio que acá. La rebaja del combustible sirvió y estaría bueno expandir eso a otros productos”, detalló.
Igualmente, añadió que una erogación de impuestos no será suficiente para competir con los precios de los países limítrofes. Es por ello que, para que las empresas se mantengan abiertas y no se destruya el empleo formal, el empresario cree que es necesario tomar otro tipo de medidas, como, por ejemplo, descontar parte de la tarifa de UTE, que para los comercios es “considerablemente más alta que la residencial”, o establecer renuncias fiscales de entes o apoyos del gobierno departamental.
Una apertura necesaria, pero que preocupa
Salto es uno de los departamentos que se vería muy afectado por la apertura de fronteras. Allí reina la incertidumbre con respecto al panorama que se avecina.
Ricardo Paulino, presidente del Centro Comercial e Industrial de Salto, se mostró dispuesto a trabajar con el gobierno y los partidos políticos a fin de buscar soluciones. “Entendemos que nuestra situación en el norte no es una prioridad dada la pandemia, pero estamos muy preocupados”, señaló.
El gremialista considera que los puentes tienen que estar abiertos dado que tanto Concordia-Salto como Colón-Paysandú y Gualeguaychú-Fray Bentos son ciudades “hermanadas”. De todas maneras, no oculta su preocupación por la eventual apertura que, según entiende, afectará directamente a todas las empresas del litoral.
Una inexplicable diferencia de precios
La situación de Río Negro no es distinta del resto del litoral, por lo que el departamento debe estar preparado para cuando finalmente se abran las fronteras.
El presidente de la Asociación Comercial e Industrial de Río Negro, Nelson Rosas, comentó que es importante tomar la baja de las naftas como punto de partida y dar un paso más, llevando el descuento impositivo a otros productos y así poder competir en condiciones más favorables que las actuales.
“La apertura tiene que ser total; queremos la libre circulación de personas, pero debemos tratar de ser menos caros mediante una baja de la carga impositiva. No puede ser que los mismos productos que se elaboran en Argentina, vengan acá y cuesten tres o cuatro veces más, cuando estamos dentro del Mercosur, que no hay arancel. Le pedimos al gobierno que estudie esa diferencia y vea por qué sucede eso”, remarcó.