En el primer semestre del año la conflictividad global sufrió un importante incremento: fue más del doble del promedio del año anterior y casi 10 veces mayor que el promedio de 2020, de acuerdo al Informe de Conflictividad Laboral elaborado por el Departamento de Estudios Organizacionales de la Universidad Católica del Uruguay (UCU).
Luego de que se normalizara el nivel de actividad tras las medidas de suspensión de presencialidad tomadas por la pandemia, la conflictividad ha ido en aumento. Esta es una tendencia marcada de los últimos meses y la del primer semestre de 2023 fue la más alta de este quinquenio.
El principal determinante de esta considerable suba, de acuerdo al estudio, fueron los paros generales convocados por el PIT-CNT, que fueron cuatro en el primer semestre del año: dos parciales y dos nacionales de 24 horas, número “relativamente alto” en relación a los primeros semestres de años anteriores.
El 8 de marzo, Día de la Mujer, se convocó a una movilización con paro a las mujeres, pero algunos sindicatos incluyeron también a los hombres.
A su vez, en este semestre tuvo lugar un paro el 27 de junio, en conmemoración a los 50 años de la huelga general contra el golpe de Estado.
En tanto, hubo otros dos que se realizaron en contra de políticas de gobierno, como el rechazo a la reforma de la seguridad social.
“Entre el 1º de enero y el 30 de junio de 2023 se registraron 60 conflictos con interrupción de actividades incluidos los cuatro paros generales mencionados, por los que se perdieron 1.063.914 jornadas laborales y en los que se involucraron 1.198.385 trabajadoras y trabajadores”, destaca el documento de la UCU.
Por otra parte, pese a que la actividad se viene recuperando con un nivel de empleo estable, el salario real continúa siendo la variable pendiente y la reivindicación de dicha recuperación ha sido centro de varias movilizaciones en este primer semestre.
Asimismo, una de las normativas que ha generado fuertes críticas por parte de los trabajadores fue la que implementó modificaciones a la Ley de Negociación Colectiva, pues consideran que afecta derechos adquiridos.
En el período de análisis, los paros convocados por reivindicaciones salariales (55%) representaron más de la mitad de la conflictividad sectorial del semestre. En el sector privado se destacó la construcción, mientras que en el público sobresalió el paro de la coordinadora de sindicatos de la enseñanza en reclamo de mayor presupuesto, además de un paro de empresas públicas y uno particularmente en UTE. Además, un 21% de los paros se debieron a reclamos relativos a condiciones de trabajo, un 20% a demandas de empleo y un 4% a otros asuntos.
En lo que respecta a la conflictividad sectorial, la construcción fue la rama que tuvo el mayor guarismo (49%), seguida de la enseñanza (32%), la administración pública y defensa (7%), la salud (6%) y otros servicios (6%).