¿La promoción de la natalidad impactaría en la seguridad social?

Estudio concluye cambios en las dinámicas de natalidad y destaca el descenso de la maternidad adolescente

Existen umbrales que determinan los niveles de fecundidad de los países y, en este sentido, Uruguay tiene lo que se cataloga como niveles de fecundidad ultrabajos. Esto fue determinado en un estudio publicado en junio, que relevó el estado de situación del país entre 2016 y 2021. La magister en Demografía y Estudios de Población, Gabriela Pedetti, participó en este trabajo y explicó a CRÓNICAS que el promedio de hijos por mujer del país es menor a 1,3.

Pedetti comentó que en el país se venía dando una caída pronunciada de estos niveles, en la que, sin embargo, emergían algunas características que con respecto a la actualidad han cambiado y pueden ser la explicación de este nuevo estado de situación. En concreto, esto tiene que ver con que de forma previa al 2016, la tasa de fecundidad del país se encontraba asociada a un fenómeno de polarización en cuanto al número de hijos por estrato socioeconómico. Concretamente, había una alta tasa de fecundidad adolescente y una postergación de la maternidad en las mujeres con determinado nivel de educación. 

En este sentido, el descenso de la fecundidad al que se hace referencia en este estudio, podría explicarse por la disminución del embarazo adolescente. A su vez, tal modificación se encontraría anclada a las políticas implementadas al respecto, entre las que se puede resaltar, por ejemplo, la promoción de la utilización del implante subdérmico. “Lo que explica más de la mitad esta caída es lo sucedido con la fecundidad adolescente y eso es una buena noticia”, aseveró la especialista.

Por vincularse la caída de la fecundidad a la caída de la maternidad adolescente, la demógrafa aclaró que lo que las actuales cifras podrían estar mostrando es más que nada una postergación de la maternidad. 

Otro elemento que puso en cuestión y que puede tener relativa importancia en el marco de esta caída es el conocido como “stopping”, que hace referencia a la cantidad de hijos en los que se decide “frenar”. La académica comentó que más allá de que es habitual que en los diferentes estudios realizados al respecto en Uruguay se diga que el ideal es tener dos hijos, se está decidiendo en una importante mayoría tener solo uno. Agregó como factores asociados a esta dinámica los costos, las vicisitudes del mercado laboral, y otros propios de la sociedad actual. 

Políticas de fecundidad y seguridad social

Desde el espectro político en diversas ocasiones se ha mencionado la posibilidad de promover la natalidad como solución al problema de envejecimiento de la sociedad, uno de los factores que determina las dificultades ampliamente discutidas al respecto de la seguridad social. Consultada sobre esto, Pedetti en primera instancia subrayó que antes que poner foco en la natalidad, hay que observar el mercado laboral en que se analiza la seguridad social.
En ese sentido, comentó que hay un gran número de informales que podrían integrarse al mercado laboral, así como un gran número de mujeres, las cuales aún se encuentran por fuera, lo que junto con el aumento de la productividad pueden generar cierto impacto en el funcionamiento del sistema de seguridad social.

La experta concluyó que antes de asociar las políticas de seguridad social al problema de la natalidad, debería promoverse que las personas puedan tener los hijos que desean, dándoles la posibilidad de aportarles tiempo de calidad. 

En lo que tiene que ver directamente con las políticas de natalidad, la entrevistada explicó que en ningún caso los incentivos económicos han mostrado evidencias concluyentes de funcionamiento. Por el contrario, sí lo han hecho las políticas de conciliación de los cuidados asociadas al mercado laboral, las cuales por sus características promueven la equidad de género. 


Mirando hacia el futuro

Vista la tendencia de los últimos años, emerge la incógnita de lo que puede suceder en el futuro. La investigadora comentó que lo que se puede hacer es una comparación con países que cuentan con trayectorias similares. Los mismos, en gran medida, mostraron al igual que Uruguay una pronunciada caída que se puede asociar a la postergación de la maternidad, la cual por esta misma razón en determinado momento frenaba, dando lugar a cierto repunte del indicador. Más allá de eso, advirtió que es difícil saber lo que va a pasar, ya que las sociedades europeas donde se dieron fenómenos similares, por ejemplo, son muy distintas y repercuten sobre ellas otros mecanismos.