Jorge Larrañaga, precandidato por Alianza Nacional – Partido Nacional
“No por cambiar el gobierno van a haber cambios mágicos que permitan luchar contra la delincuencia”, afirma el líder de Alianza Nacional para explicar por qué no comparte la visión de su compañero de partido, Luis Lacalle Pou. En esa línea, y rebatiendo la idea de la evolución, Larrañaga vuelve a insistir en la importancia de generar cambios radicales, por entender que es lo que el país necesita. Por otro lado, asegura que la interna se va a polarizar entre ellos dos, y que él es quien puede ganarle al Frente Amplio (FA).
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-¿Dónde se imagina el 1º de marzo del año que viene?
-Asumiendo como presidente de los uruguayos.
-¿Qué considera que puede aportarle al Partido Nacional (PN) en caso de ganar la interna?
-La posibilidad de ganar la elección de octubre y de noviembre. Experiencia, liderazgo, una enorme fortaleza, voluntad y propuestas, son los aportes que tenemos para nuestro partido, para ganar las elecciones. Creo que el haber sido 10 años intendente y haber tenido una vasta trayectoria legislativa en tiempos aciagos para la vida del país, como la crisis del 2002, nos da fortalezas adicionales para poder impulsar un gobierno de partidos y no de partido.
-¿Por qué cree que la gente debería votarlo a usted?
-Porque tenemos propuestas y un proyecto político intacto. Porque dentro de las propuestas estamos haciendo referencia al empleo, que es uno de los grandes temas del país; a la seguridad, con nada más ni nada menos que la reforma constitucional, que comprende cumplimento de las penas, pena de reclusión permanente revisable, allanamientos nocturnos y Guardia Nacional compuesta por militares. Porque tenemos la iniciativa probada de impulsar reformas donde la principal es el gobierno de la educación, es decir, que responda a la República y no a los intereses corporativos; y la descentralización como un esquema que apunte al desarrollo local para generar desarrollo nacional.
-Por lo que dice está convencido de que va a ganar la elección interna, pero, ¿cómo toma las encuestas?
-Yo respeto las encuestas, pero también me paro con absoluta independencia; nunca he sido un referente político que actúe en función de ellas. Segundo, en la elección anterior todas las encuestas daban poco menos que ganaba la interna, y sin embargo perdí. Entonces, yo creo que el proceso de decisión de la gente todavía no ha comenzado, y va a ser una elección de 45-60 días; por eso tengo el convencimiento de que el resultado será favorable.
-¿A qué atribuye la cantidad de precandidatos que tiene hoy el PN?
-A una diversidad que se apoya en elementos personales, y son todos legítimos, pero también afirmo de manera rotunda que así existan seis o los que sea, se va a polarizar entre dos, porque es lo que sucede en todas las internas de todos los partidos del mundo. Yo creo que se va a polarizar entre el Dr. Lacalle y quien habla.
-Veo un PN que tiene diversidad, y seguramente la unidad provenga del resultado de las urnas. Siempre ha pasado lo mismo: diversidad para comparecer ante una interna, y unidad para posteriormente llevar adelante el liderazgo que el partido precisa para ganar.
-¿Qué opinión le merece la irrupción de Juan Sartori, cuya intención de voto ha crecido según algunas encuestas en solo tres meses?
-No voy a hacer comentarios porque son todos de especulación. Yo también crecí, y ahora resulta que las encuestas terminan siendo las que avalan las trayectorias políticas… no.
-¿Y de la irrupción de Sartori en la contienda política, qué piensa?
-Finalizó el comentario.
-¿Qué dos o tres medidas tomaría inmediatamente después de asumir si le tocara gobernar?
-Lo primero es un gobierno de la educación que priorice una orientación republicana de la educación pública. Segundo, la implementación de los acuerdos que tengamos con los otros partidos, donde esperamos un gabinete multipartidario. Una tercera medida es la obligación de la aplicación, en caso de aprobarse, de la reforma constitucional. Ahí ya van a estar los allanamientos con un esquema que tendrá que tener la aprobación legislativa, el cumplimiento efectivo de las penas como obligación para los jueces, la pena de reclusión permanente revisable, y la Guardia Nacional, donde el presidente de la República tendrá que coordinar con el ministro del Interior y el ministro de Defensa cómo va a llevar adelante todo el plan en materia de combate contra la delincuencia. Estas son las primeras medidas que tendríamos que tomar, sin perjuicio de que un presidente toma 100 decisiones por día de importancia, ya sea que las mismas puedan ser afirmativas o negativas.
-Por el contrario, ¿qué riesgos visualiza si no gana el PN?
-Yo no creo que la sociedad termine haciendo factible un cuarto gobierno del FA. Ese es un riesgo, porque acá es cambio o continuidad. Nosotros por eso hemos hablado de un cambio fuerte, radical, porque entendemos que la cosa está planteada en estos términos; no puede haber gradualismo ni parches, tiene que haber cambios. La educación está muy mal, ¿qué se necesita? Un cambio radical. La seguridad está con resultados desastrosos: 414 homicidios, una rapiña cada 18 minutos; ahí hay que hacer cambios radicales. Yo la tengo que aceptar, pero no puedo compartir la respuesta del sector Todos y del Dr. Lacalle cuando dicen que para cambiar en materia de seguridad hay que cambiar el gobierno… no, eso es un pensamiento ingenuo.
-¿Por qué?
-Porque no por cambiar el gobierno van a haber cambios mágicos que permitan tener mejores instrumentos para luchar contra la delincuencia. Nosotros estamos proponiendo cambios potentes: allanamientos, Guardia Nacional, pena de reclusión permanente revisable, cumplimiento de las penas. No son los únicos; seguramente políticas de rehabilitación, políticas sociales y educativas, formarán parte de la nueva seguridad. Pero no por cambiar el gobierno van a cambiar los resultados que el país tenga con respecto a la delincuencia.
-Teniendo en cuenta que los analistas prevén que no habrá mayorías parlamentarias en el próximo período, ¿cómo se imagina negociando con el resto de los partidos?
-Sin problemas. He tenido suficientes batallas legislativas, instancias de negociación sobre temas cruciales y graves para el país como la reprogramación de los depósitos de los bancos públicos, el canje voluntario del endeudamiento externo –dos instrumentos fundamentales para salir de la crisis del 2002-, e innumerables situaciones de incertidumbre en la vida del país a lo largo de 20 años en el Parlamento, como para poder manejar la discusión y el análisis con los otros partidos, para arribar a entendimientos para construir políticas y resolver situaciones que sean complejas y difíciles. Nosotros somos hijos de la voluntad y la hemos puesto mil veces a prueba en muchísimas instancias, por lo tanto tenemos plena fe en poder llevar adelante entendimientos que el país necesita. Por eso dije al principio: un gobierno de partidos, no de partido.
-¿Qué fue lo peor y lo mejor que le dejó la izquierda en estos 15 años al país?
-Lo peor fue despilfarrar la bonanza económica; mentirle a la población como le mintió el FA en tanto prometió bajar las rapiñas, cambiar el ADN [de la educación], no poner más impuestos, y traicionó esas promesas de campaña. Después, rompieron con el mito de ser campeones de la moral y de la ética, y terminaron en la deshonrosa situación de la renuncia del vicepresidente de la República. También la pésima administración del Estado y de las empresas públicas. ¿Lo mejor? No sé, la verdad es que no sé porque con tantos fracasos en lo vital, en lo importante, queda complicado resaltar cosas buenas que seguramente habrán hecho y que podremos describir, pero no tengo ganas.
-¿Los desencantados con el FA tienen razón al sentirse así, entonces?
-Lógico, porque hay miles de compatriotas que votaron al FA, que te dicen en cualquier acto, en cualquier rincón del país, “yo los voté y no los voto más”. Hay una justificación de esa gente que creyó en un proyecto político, pero hoy, al agotarse, el ciudadano desencantado va a tener que elegir otras opciones, y nosotros somos a nuestro juicio y dicho respetuosamente por todos, la mejor opción de cambio para el país.
-¿Cómo evalúa la campaña electoral?
-Todavía no empezó porque como dije hace un rato, esta va a ser una campaña corta. Hoy es una campaña de una pobreza franciscana porque la discusión es dónde vive el candidato y si vive o no en barrio privado, cuando tenemos frentistas que viven en barrios de clase media y sin embargo no aprendieron nada de la gente, ni de la clase media ni de los pobres ni de nadie, porque se embriagaron de poder.
Una contradicción del gobierno, pero también de algunos blancos
En noviembre del año pasado entró en vigencia la Ley 19.677, que confiere a las Fuerzas Armadas (FFAA) funciones de policía en la zona fronteriza de hasta 20 kilómetros. Para Larrañaga, esta decisión del gobierno de encomendar ese tipo de tareas al personal militar, se contradice con el rechazo del mismo al plebiscito que él impulsa. “¿Quién hubiera pensado que un gobierno de izquierda aprobaría esta ley?”, se preguntó, y lamentó que por un lado proceda de esta manera y, por el contrario, niegue que 2.000 efectivos militares puedan cumplir funciones policiales. “Pónganse de acuerdo, no se puede ser tan contradictorio, y en esa contradicción también abarco a compañeros de mi partido, que terminaron votando ese instrumento legislativo y se oponen a una reforma constitucional de estas características”, puntualizó.
Una vez más, el senador aclaró que su iniciativa no proyecta la militarización de la seguridad, sino una segunda fuerza para que conjuntamente con el Ministerio del Interior pueda enfrentar con mayor éxito la lucha contra la delincuencia. De todas maneras, criticó la mirada con un preconcepto ideológico existente en torno a este asunto. “La izquierda siempre busca excusas y tiene un resquemor contrario a las FFAA y a los militares como consecuencia de la dictadura, entonces los militares le sirven para juntar la basura, pero no para cuidar a la gente; otra enorme contradicción de un discurso esquizofrénico del FA”, señaló.
“Yo creo que hoy en Uruguay mucha gente vive con miedo”, sostuvo al ser consultado sobre el eslogan de la campaña de recolección de firmas, “Vivir sin miedo”. Agregó que el mismo fue dirigido a todos los uruguayos, y advirtió que “una sociedad que vive con miedo no puede tener la paz suficiente como para mejorar la construcción de su futuro”.
Un mensaje para la gente
Al finalizar la entrevista, Larrañaga llamó a los uruguayos a participar de cada instancia electoral que se aproxima. Dijo que el país enfrenta tres elecciones que son vitales: la interna, que en realidad es una elección de presidente porque allí se eligen los candidatos para el balotaje; la de octubre, que es presidencial y parlamentaria; y la segunda vuelta, que es también fundamental para Uruguay. “Le pido a la gente que vote, que si no quiere votar por mí, vote por uno de los compañeros del partido, pero hay que votar porque no vale la pena reclamar y criticar a la política y a los políticos”, y luego no ejercer el derecho al sufragio, expresó.