Tras un informe publicado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), en el que se muestra que los niveles de desvinculación en educación media se duplicaron en comparación con 2018, CRÓNICAS entrevistó a Pablo Caggiani, integrante de la comisión directiva del Ineed, y a los expertos en educación, el psicólogo Roberto Balaguer y el sociólogo Renato Opertti. Los entrevistados coincidieron en que la pandemia trajo consecuencias en las habilidades socioemocionales de los estudiantes y explicaron cómo influye esto en su trayectoria educativa.
Por Mateo Castells | @teocastells
Resbalando las veredas, el barrio lo encandiló, dando vuelta las esquinas tocó placeres, tocó dolor, canta La Vela Puerca en una de sus canciones más emblemáticas y pareciera, en ese fragmento, querer retratar la realidad de muchos jóvenes del país.
Los adolescentes que atraviesan esa etapa peculiar y pintoresca del trayecto vital en el que los cambios hormonales, las primeras inmersiones en la vida real, los desencantos y el pesar de tener que tomar una decisión temprana respecto de su futuro laboral y profesional -o en contrapartida la incertidumbre y la nula noción de proyección-, según el último informe de Aristas Media presentado por Ineed, duplicaron los niveles de desvinculación en la educación media en comparación con 2018.
El informe, además de mostrar un leve empeoramiento en las habilidades de matemática y lengua en estudiantes de tercer año de liceo, muestra que la desvinculación en este sector de la educación en el transcurso de los últimos cinco años pasó de 2% a 4%.
Pablo Caggiani consideró que, al igual que ocurre en el resto del mundo, hay problemas con las habilidades socioemocionales de los alumnos, lo que repercute en su aprendizaje.
Si bien se debe hacer una diferenciación entre escuelas técnicas, liceos públicos y privados, donde casi no se registran estudiantes que hayan dejado de asistir, es importante focalizar la atención en que los resultados obtenidos muestran un “empeoramiento de las habilidades socioemocionales”, como una de las conclusiones principales y que atraviesa a todos los segmentos del estudiantado.
Además de los factores emocionales que repercuten en el trayecto educativo, la repetición y las inasistencias a clase son los otros aspectos principales que inciden en esta problemática. Sobre la repetición, el 15,8% de los estudiantes repitió alguna vez en primaria, y 11,2% en educación media.
“Si esto se mira en términos de propuestas educativas o de quintiles, afecta en mayor medida a los más vulnerables. De los más vulnerables, 10 de cada 100 no estaban asistiendo en agosto a tercer año de liceo. Entonces, ahí hay varias luces amarillas en algo que era un desafío del sistema educativo uruguayo, y que se agravó”, explicó Caggiani al respecto.
2020 y la pandemia como punto de inflexión
Aquel panorama distópico y digno de un filme de ciencia ficción, en el que cada persona debía aislarse dentro de su núcleo familiar en su hogar y realizar actividades laborales y educativas de forma remota y a través de un dispositivo, parece ya distante en el pasado.
Pero sus consecuencias se observan al día de hoy en aspectos globales como la educación. Renato Opertti resaltó que una lección que dejó la pandemia es que ha habido un deterioro general de la salud mental de las personas, lo que “refuerza” la necesidad de poner en el tapete los aprendizajes socioemocionales.
Para el especialista, hay un “conjunto de conclusiones” que no se han discutido en Uruguay sobre este tipo de aprendizajes. Es “importante” que en la pospandemia el bienestar mental de los alumnos sea puesto como un “asunto prioritario”, pero no desligado de los conocimientos.
“Cuando vos trabajás los conocimientos en cualquier área de aprendizaje, trabajás también las emociones. Las emociones y los conocimientos van ligados, es un error separarlos. No es que vos vayas a enfatizar los aspectos socioemocionales, sino que estos están en todo el acto educativo, y eso hay que trabajarlo mucho a nivel de las competencias de los educadores y de los alumnos”, recalcó Opertti.
Las cicatrices del aislamiento: menos vinculación, angustia y ansiedad
Para comprender por qué los jóvenes, al igual que ese gurí que resbala las veredas y del que Sebastián Teysera -en la canción mencionada al inicio- hace alusión a su trayecto de vida, “van caminando sin rumbo y llevando la calma del vagabundo”, se debe mirar a las cicatrices del aislamiento por la pandemia.
Para Roberto Balaguer, psicólogo magíster en educación, hay un aspecto transversal a toda la problemática, que es el “repliegue en los vínculos en lo social, como la menor necesidad de salir, la menor necesidad de encontrarse en lugares y ponerle materialidad a los encuentros”.
“Esto, vinculado a la educación, brinda más posibilidades también de que los chiquilines, si pueden no salir y dejar de ir a la institución, lo hagan. Esto es un fenómeno conductual bastante marcado”, enfatizó.
Más allá del aislamiento, también existen factores “pospandémicos” que son los mayores niveles de ansiedad, angustia y depresión, que inciden en el abandono de actividades que podían resultar placenteras o de utilidad.
“Últimamente, en muchos lugares me he encontrado con un creciente e importante número de consultas por cuestiones asociadas a maneras inadecuadas o violentas de vincularse. Si una institución deja de ser un lugar que te contemple, que te acoja, que te de pertenencia, y que en cambio termina siendo un lugar en el cual te maltratan y te hacen bullying, evidentemente también repercute negativamente en la permanencia”, contó el especialista al respecto de su experiencia.
Entonces, en ese conglomerado de factores y repercusiones, Balaguer consideró que es esperable que exista “una merma en la participación y que los niveles de desvinculación aumenten”.
Las formas de evaluar y los aspectos a prestar atención
Los estudiantes que más repiten son quienes más se desviunculan al final de la trayectoria educativa. Sobre esto, Caggiani reflexionó que es “necesario” mirar hacia adentro del sistema educativo y prestar atención a los apoyos necesarios para sostener a los alumnos y a los regímenes de evaluación.
“También hay cuestiones para mirar sobre qué es lo relevante de la educación media. ¿Es relevante que sepas todo de todo o es relevante que tengas la oportunidad de conocer para poder elegir lo que más te guste hacer? Yo creo que ahí hay algunos debates para seguir dando de cuestiones que puede resolver el sistema educativo”, remató el integrante de Ineed.Al respecto de este apartado, Opertti cree que existe una “necesidad de que la educación sufra una transformación integral”. A su entender, la pandemia puso discusión si la manera en que se enseña a las “nuevas generaciones” son las más adecuadas y se creó una discusión en el terreno de “si estamos formando a las nuevas generaciones para un mundo que requiere de ciertas competencias distintas”.