Luis Hierro López, exvicepresidente de la República
En un intento por recuperar al Partido Colorado (PC), quien fuera vicepresidente en el período de Jorge Batlle (2000-2005), Luis Hierro, lanzó hace pocos meses junto a otros dirigentes, Batllismo Unido, una confederación que une a los sectores batllistas con el fin de hacer crecer al partido. Hierro admitió que tiene aspiraciones a competir por la candidatura presidencial, y opinó que “la etapa de Bordaberry se encamina a ser superada”. Por otro lado, sostuvo que “el modelo frenteamplista de gobierno está agotado”, y que “no hay nada más conservador que lo que hace el FA con la enseñanza”.
El menú El dirigente colorado optó por un menú liviano. Degustó corvina rubia en costra de sésamo, reducción de Martini Dry, con puré de guisantes, calabacín y espárragos, que acompañó con agua mineral con gas. A la hora del postre prefirió un plato de frutas, y más tarde un café.
Por Oscar Cestau | @OCestau y Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-¿Qué es Batllismo Unido?
-Es una confederación de grupos batllistas con la aspiración de terminar siendo un único sector que presente en la elección interna del 2019 un único candidato. La idea es concretar una propuesta que habían hecho Jorge Batlle y [Julio María] Sanguinetti de formar el Ateneo Libre, que era un ámbito de discusión intelectual.
-Más de tipo académico.
-Exacto, que reunía a los sectores [Lista] 15 y Foro [Batllista], y algunos ciudadanos que estuvieron vinculados a los gobiernos de ambos. Pero a la confederación se agregan otros sectores, como el de Ope Pasquet, y otras agrupaciones de jóvenes que se han venido formando en el partido, y tienen un carisma político.
-El grupo surgió hace poco para hacer frente a Vamos Uruguay. ¿Por qué motivos?
-La formación de esta corriente yo creo que es doble: tanto para el PC como para la ecuación nacional. Para el PC es imprescindible para que tenga otra energía. La predominancia del sector de [Pedro] Bordaberry, Vamos Uruguay, ha significado que el partido pierda matices. Si logramos conformar un ala que sea la alternativa real, creo que es muy posible que el PC crezca.
“En materia internacional Uruguay no sabe para dónde va, si va para los TLC y para una apertura comercial, o si va para un encerramiento tipo Mercosur ideológico y sigue siendo amigo de Venezuela y de Bolivia”
Si el PC crece, esto repercute en todo el escenario electoral y puede ser decisivo al momento de la elección del 2019, es decir, con un PC que se recupere de los tropezones que ha tenido y que dé batalla –en términos electorales-.
-¿Qué une a sus integrantes? ¿Qué balance hacen de la realidad nacional?
-Nos unen las cuestiones principales del país. Nosotros tenemos una visión progresista. La expresión de progresismo ha sido típicamente batllista, luego fue embanderada por el Frente Amplio (FA), pero la esencia del Batllismo es una gran vocación por el cambio.
Creemos que hay que cambiar la cultura uruguaya, modificar las raíces de la sociedad, ver cómo deben ser los municipios, la enseñanza y las empresas públicas del siglo XXI. Eso es lo que nos caracteriza y nos mueve, y yo creo que es lo que va a identificar la vida política en estos años.
El domingo fue el aniversario del FA, escuché los discursos con atención y con respeto, pero no vi propuestas sobre el porvenir. Es razonable porque el gobierno está pensando cómo resolver los problemas de hoy, pero tenemos que pensar cómo va a ser Uruguay en el 2030, desde los temas demográficos hasta los comerciales, la educación, las estructuras del Estado, que es cada vez más costoso y menos eficiente. Si no pensamos en eso, el país se estanca.
-¿Batllismo Unido plantea esos cambios?
-Lo que queremos, y por eso estamos creando grupos de prospectiva, es mirar más allá de las elecciones del 2019 y tratar de imaginar cómo es el mundo que se nos viene. Ahí quizás tengamos alguna diferencia con otros sectores del partido, y sí tenemos una diferencia con el gobierno, al que yo veo anquilosado.
-¿Diferencias con qué sectores?
-No veo que Vamos Uruguay esté en esta actitud, quizás lo estuvo en su tiempo, pero hoy no, y sufre una serie de dificultades.
-¿Lo ve estancado?
-Lo veo con sus problemas internos y que está pensando más en los temas estrictamente actuales. Yo no digo que tengamos la exclusividad del porvenir, digo que ponemos un fuerte énfasis en ver cómo tiene que ser el futuro.
-Plantean “recuperar al PC como instrumento indispensable de la reconstrucción nacional”, según el documento que firmaron en diciembre pasado. ¿De qué forma?
-Yo tengo la impresión de que la muerte del Dr. Batlle nos mostró que buena parte de la sociedad se reconcilió con el PC y asumió cómo había sido la crisis del año 2002, que fue lo que provocó nuestra circunstancia electoral de tener solo el 10% en la elección del 2004.
Ya han pasado 15 años y hoy el PC está viviendo una situación completamente distinta a la que vivió ese año. Ahora viene la etapa de promover propuestas que permitan que la gente se reconcilie. A su vez, la etapa de Bordaberry, que fue buena para el partido, tengo la impresión de que se encamina a ser superada.
-¿Se va a agotar?
-Son etapas, esto no es un juicio de valor, es una consideración política. Este grupo de ciudadanos batllistas espera poder hacer tres o cuatro propuestas para que la opinión pública las vea y analice. Ofrecemos nuestra experiencia y nuestros elencos de gobierno, y algo que al país le hace mucha falta, que es la capacidad de acuerdo político.
-¿Acuerdo entre todos los partidos?
-Sí, porque ninguno de los temas cruciales del país como la seguridad pública, la enseñanza, la reforma del Estado, se van a poder llevar adelante si no hay acuerdos políticos básicos, sin importar quién gane la elección. La perspectiva del PC dando una mano, sea en el gobierno o en la oposición, con espíritu de acuerdo político, es muy importante.
-¿Cómo evalúa la situación actual del PC?
-Hoy estamos mal indudablemente, con poco funcionamiento orgánico y con poca presencia de la opinión pública.
-En los informativos de televisión la presencia de los líderes del PC es muy poco frecuente y poco influyente, por lo tanto el partido tiene que hacer un replanteo muy fuerte, tiene que actualizar la propuesta batllista.
-El PC siempre estuvo acostumbrado a ser gobierno, pero hace ya varios años que es oposición. ¿Cómo lo ha visto en ese rol?
-Nos ha costado mucho aprender los mecanismos de la oposición. En algún sentido esta puja por crear el Batllismo Unido es una respuesta a eso, porque tenemos una enorme cantidad de agrupaciones jóvenes que empezaron su actividad política siendo opositores, nunca tuvieron un cargo público, la publicidad oficial, un pase en comisión, y esto le da otra tónica al PC.
En el PC hoy hay una idea opositora de trabajo social, que fue la idea del Batllismo histórico. Luego el largo ejercicio del poder hizo que el PC perdiera esas bases sociales, y si no las reencontramos, no vamos a poder darle al PC la vitalidad que deseamos que tenga. Estamos en una etapa de transición en esa materia, del viejo partido gubernamental a un partido que va a manejar otros criterios.
-¿El PC corre riesgo de desaparecer o lo peor ya pasó?
-Yo creo que un partido con tan larga historia no corre riesgo de desaparecer. Representamos una historia que muchos uruguayos asocian a la etapa más feliz del Uruguay, y además representamos ideas. Yo no creo que estemos en un proceso de extinción. Hemos atravesado dificultades electorales, es posible que las sigamos enfrentando, pero nuestra lucha no es solo para una elección, sino para restituir al PC.
-Otra cosa que le pasa al PC es que está más fraccionado que nunca. Cada vez surgen más grupos, lo que se aleja de la vieja interna colorada dividida en dos alas.
-Eso en parte es bueno y en parte es malo, porque hay muchas agrupaciones, muchas de ellas nuevas, pero eso fragmenta un poco la conducción.
“Sanabria no es un jerarca designado por el partido que fundió una empresa pública, como pasó con Pluna”
-¿A qué se debe?
-Se debe a que hubo una mayoría que fue la de Bordaberry, que hoy aparentemente podría no serlo, y a que no ha surgido un liderazgo claro de otro lado. Es notorio que los expresidentes ocupan un lugar de liderazgo natural, pero muerto Jorge Batlle, Sanguinetti ha informado que no quiere ser candidato, y el partido está en la búsqueda de nuevos líderes.
-¿Qué opina del liderazgo de Bordaberry?
-Yo creo que en una etapa fue positivo y esa etapa ha culminado. Lamentablemente Bordaberry porta una cosa que en Uruguay es muy injusto que ocurra, que es la portación del apellido, porque toda su figura pública se ve complicada, no por lo que él hace, sino por ser “hijo de”.
Luego Bordaberry cometió errores en el manejo cotidiano, básicamente en la última elección con la fórmula electoral, que la circunscribió a su sector. Yo tengo muchas diferencias con él y él las tiene conmigo, pero las tratamos de sobrellevar civilizadamente.
-Se le han ido muchos dirigentes.
-Porque él mismo se ha dedicado más a la actividad legislativa que a la actividad político partidaria, que es una actividad cotidiana, y eso notoriamente trae consecuencias.
-¿No queda una identidad que represente el ala de Bordaberry dentro del partido?
-Espero que Bordaberry esté, y si no está, estará su sector. El PC siempre tuvo alas, lo que nos pasó ahora justamente fue que no las tuvimos, y por eso el partido se nos achicó. Con dos alas fuertes, el partido indudablemente tiene otras alternativas.
Habrá lectores que aún recuerden las viejas luchas entre la [Lista] 14 y la 15, que fueron el eje de toda la propuesta política. Sin ir más lejos, es lo que hace hoy deliberadamente el FA, que tiene en torno al MPP apoyos y contramarchas: unos dicen una cosa y otros dicen lo contrario, y el Pepe [Mujica] en el medio, que no dice ni una cosa ni la otra, pero eso electoralmente les ha funcionado.
-Entonces, Batllismo Unido necesita un Vamos Uruguay fuerte.
-Sí, todos. Vamos Uruguay necesita un Batllismo fuerte y el Batllismo necesita otra ala fuerte.
-Fernando Amado se presenta como una figura distinta al resto del partido. ¿Cree legítima su forma de hacer política, con constantes críticas a los propios líderes colorados?
-Yo creo que es legítima y además deseo que prospere y le vaya muy bien, pero no me gusta cuando critica a los colorados. Yo cuando tengo enfrentamientos con compañeros lo hablo mano a mano, no por la prensa.
-¿Qué opina del avance de Edgardo Novick en la política, que en los últimos tiempos se ha llevado dirigentes colorados? ¿Afectará eso al partido?
-No creo. Que aparezca gente del sector empresarial en la actividad política me parece bien. Segundo, no creo mucho en los partidos accidentales, creo en los partidos con una historia, con una trayectoria, con una posición reconocida. Tercero, Novick puede representar legítimamente un cierto cansancio de algunos uruguayos con la oferta tradicional y un deseo de novedad y de cambio. Cuarto, no creo que Novick prospere mucho.
“No me gusta cuando Fernando Amado critica a los colorados, los enfrentamientos con compañeros no se arreglan por la prensa”
-¿Cómo afectó al PC lo sucedido con el ex secretario general del partido en Maldonado, Francisco Sanabria?
-Nos ha afectado, pero no creo que el daño sea muy importante. Es un episodio muy lamentable, pero es un asunto de la vida privada. No es un jerarca designado por el partido que funde una empresa pública. Hay una diferencia enorme con lo que ha ocurrido en el país con el exministro de Economía y el expresidente del Banco República procesados por lo de Pluna. Nunca hubo en la historia del país un caso como el de [Fernando] Calloia y el de [Fernando] Lorenzo. Tampoco es como lo que sucedió en Ancap. Lo de Sanabria es horrible, pero no tiene que ver con nuestros bolsillos.
-¿Cómo evalúa las gestiones frenteamplistas en general?
-Desde mi punto de vista, el modelo frenteamplista de gobierno está agotado. Es un modelo basado en la idea de que a más presupuesto, mejor gestión, y eso claramente no se ha demostrado. Ni en la salud, ni en la enseñanza ni en la seguridad, donde ha habido presupuestos fenomenales, hay mejor gestión; hemos retrocedido.
Esto se agrava por la situación que tiene el país con un déficit del 4% para el 5% –porque ha crecido-, con un mundo complicado, que le obliga al FA a hacer recortes y a enfrentar la realidad. Lo que me preocupa es que no veo que el FA esté proponiendo otro modelo.
Da la impresión de que está trancado en sus dos alas, entonces el canciller y el presidente proponen tratados de libre comercio (TLC), la bancada y los sindicatos se oponen, consecuencia: en materia internacional Uruguay no sabe para dónde va, si va para los TLC y para una apertura comercial, o si va para un encerramiento tipo Mercosur ideológico y sigue siendo amigo de Venezuela y de Bolivia.
“El Partido Colorado es considerado de derecha por la ley de amnistía a los militares”
-¿Al PC le falta Batllismo?
-Puede ser que a la propuesta pasada le faltara Batllismo como sentido de innovación, pero yo siento que hoy, con la reunión de Batllismo Unido, hay un espíritu muy fuertemente batllista. En diciembre hicimos una declaración inicial, y en dos o tres meses vamos a hacer una presentación más avanzada de nuestras ideas, para que la gente vea que efectivamente esto es Batllismo.
-¿Qué cree que fue lo que llevó al PC a ser hoy considerado un partido de derecha?
-La ley de amnistía a los militares. Hay dos o tres cuestiones que han castigado al PC. Una es que fue el primero en proponer reformas del Estado, lo que motivó que en el imaginario de nuestros ciudadanos, incluso batllistas, dijeran: “este no es mi partido, mi partido era el que extendía el Estado y este propone cambiar”. Eso significó un costo político importante.
En segundo término, las obras de pacificación nacional, que implican que de un lado y del otro haya críticas. Yo reivindico la obra de pacificación nacional, creo que ha sido la gran gestión del PC, es decir, las leyes de amnistía, mirar hacia adelante. Pero el FA ha hecho de esto una causa especial, ha dicho que somos conservadores y miliqueros.
Es curioso porque yo no creo que haya nada más conservador que lo que hace el FA con la enseñanza. Ante la imperiosa necesidad de reformas, el FA se cierra a toda discusión. Quienes propusimos reformas audaces en la educación fuimos nosotros y el FA se oponía, entonces lo de conservadores hoy está muy en discusión.
-¿A qué adjudica esa actitud del FA?
-El FA optó por darle poder a los sindicatos, y yo creo que es el error principal que ha cometido. La Ley de Educación del doctor [Tabaré] Vázquez del año 2008 hay que cambiarla rápidamente porque traslada el poder de la orientación de la enseñanza a los sindicatos, en una abdicación lastimosa de los poderes del Estado. Yo creo que ahí el FA, por raíces históricas comunes que tiene con el movimiento sindical, y eventualmente por proyectos comunes, le cedió una parte de poder.
-¿Tiene aspiraciones a competir por la candidatura presidencial?
-Tengo aspiraciones, no sería leal decir que no tengo. Tengo aspiraciones personales, políticas, ideológicas, pero creo que hoy es oportuno que estén en un segundo lugar. Por haber sido vicepresidente leal a Jorge Batlle, yo tengo buen diálogo con los dirigentes del Foro y los de la Lista 15, y soy una garantía de unidad. En esa medida es que yo quiero dar una mano grande ahora para contribuir a formar esta corriente.
“No creo en los partidos accidentales y no creo que Novick prospere mucho”
-¿Cree que va a ser posible conciliar los distintos sectores teniendo en cuenta que algunos tienen claros liderazgos como José Amorín o Tabaré Viera?
-Creo que va a ser posible por lo que he venido conversando con ellos y con el resto.
-¿Están dispuestos a ceder su lugar para tener un candidato único?
-Están dispuestos a hacer el esfuerzo, no de ceder su lugar, sino de reconocer que hay uno que representa mejor a la corriente que todos los demás, y tiene más posibilidades de hacer crecer al PC.
-¿Hay lugar para nuevas figuras?
-El candidato puede ser uno de los que ya está, o puede ser uno nuevo.
“Si no hay una modernización de la mentalidad sindical, no vamos a prosperar”
-Recientemente propuso la instalación de una zona franca en Juan Lacaze, tras el cierre de Fanapel. ¿En qué quedó ese tema?
-Yo fui a Juan Lacaze a proponer una zona franca, el gobierno no acepta esa idea porque en Colonia ya hay cuatro. Pero Juan Lacaze amerita tener una, pequeña –de no más de 10 hectáreas-, especializada en crushing para producir aceite de soja.
Habría empresas interesadas en esa materia y como fracasó la propuesta para la Agraciada, en Soriano, y no hay instalaciones de esa índole en Nueva Palmira, la nueva zona franca estaría agregando una actividad productiva y exportadora muy importante.
-¿A quién lo planteó?
-Yo hice el planteo ante los vecinos de la zona, y muchos de ellos siguen pensando en los términos de las viejas industrias como Campomar y Soulas, Fanapel, pero esas industrias en Uruguay hoy no son viables. Los costos del Estado hacen que en Uruguay todo tenga que ser una zona franca, cosa que no es posible. Hay que abatir el costo del Estado para que las industrias sean competitivas, y diseñar dos o tres sectores del futuro industrial en los cuales Uruguay puede competir.
“El modelo frenteamplista de gobierno, basado en la idea de que a más presupuesto, mejor gestión, está agotado”
-¿Por ejemplo?
-Yo no tengo ninguna duda de que Uruguay en todos los temas vinculados a la exportación de inteligencia puede competir, así como en las cuestiones de la industria médica, la industria del software. Para eso hay que hacer un acuerdo sindical, industrial, estatal, y darles a las industrias el apoyo necesario para que puedan competir.
Es imprescindible que haya una modernización de la mentalidad sindical, si no, no vamos a prosperar. Está muy bien la defensa del interés de los trabajadores, pero no podemos tener organizaciones clasistas y politizadas. No es posible que en Uruguay haya un paro porque viene Dilma Rousseff, o que AFE le haga paro a UPM. Esas cosas no pueden ocurrir en un país que quiere defender el trabajo y la producción.