Nicolás Martinelli, director general del Ministerio del Interior
En el mundo del delito, el país enfrenta la aparición de nuevas problemáticas que se afirman en elementos de índole compleja. El avance del narcotráfico, los homicidios y las denuncias por violencia doméstica se destacan, y desde el Ministerio del Interior se insiste en la utilización de tecnología y el abordaje académico como las principales herramientas. Nicolás Martinelli, director general de la cartera, explicó los desafíos en la materia y los logros alcanzados hasta el momento.
-¿Qué evaluación hace de la situación actual de seguridad?
-Hay una mejoría importante. Hemos presentado las cifras del último trimestre y todos los delitos han bajado, con la excepción de la violencia doméstica; sin embargo, eso también tiene que ver con que en este Ministerio se han ampliado los canales de denuncia. Ahora tenemos que trabajar mucho en lograr frenar la subida de las denuncias y empezar a bajarlas, eso requiere un trabajo multidisciplinario. En general, si bien estamos mejor, todavía no estamos bien, queda mucho camino por delante. Logramos quebrar la tendencia al crecimiento de los delitos que se venía dando en el período anterior y paulatinamente comenzamos una tendencia a la baja.
-¿Cuáles son los mayores desafíos hoy para el Ministerio del Interior?
-Tenemos una dificultad con los homicidios, ya lo hemos reconocido y seguimos trabajando en eso. Hemos creado un departamento específico de homicidios, que es lo que se ha recomendado desde la experiencia de la policía, pero también desde la academia. Además, estamos prontos para empezar a trabajar con la ONG denominada Cure Violence Global, que ha trabajado en más de 100 ciudades de diferentes países, con experiencias muy exitosas, logrando bajar los homicidios y el uso de armas de fuego. Sus representantes ya estuvieron en Uruguay hace unas semanas, hicieron una evaluación, recorrieron los barrios y ahora estamos esperando el informe, aunque adelantaron que es muy factible poder trabajar acá. Esperamos que a fin de este año o en las primeras semanas del año que viene la ONG pueda instalarse y empezar a trabajar.
-¿Qué otras herramientas se están utilizando hoy para el combate de los homicidios?
-Hemos adquirido una tecnología para identificar disparos de armas de fuego a través de un sistema de analítica, esta herramienta permite diferenciar entre lo que es un disparo de fuego y algún otro tipo de sonido que se pueda parecer. Por su parte, nos permite identificar de qué tipo de arma se trata y geolocaliza el lugar donde se produjo el disparo. Todo eso nos permite mandar un equipo para hacer un análisis científico, recoger las vainas o llegar a tiempo a la escena del hecho. Por otra parte, implementamos un cambio de despliegue, con un mayor patrullaje y un montón de cámaras más que ya se encuentran instaladas.
-¿Cuál es el papel de la videovigilancia en esta problemática?
-Hace dos semanas inauguramos 2.100 cámaras nuevas en la zona 3 y 4 de Montevideo, que fueron instaladas, sobre todo, en aquellos barrios que están más comprometidos con el tema de los homicidios. El año pasado, en este sentido, hicimos una fuerte inversión en el barrio Peñarol; en el primer semestre del año pasado hubo 12 homicidios, después de instaladas las cámaras y aumentado el patrullaje, en el segundo semestre de este año, tuvimos dos homicidios.
-En general, ¿cuál es la importancia de los sistemas de videovigilancia para combatir a la delincuencia?
-La videovigilancia fue un cambio importante, da sensación de seguridad y, además, ayuda a la prevención y al esclarecimiento de los delitos. Ahora viene una segunda etapa, no solo en cuanto al aumento del número de cámaras, sino por el hecho de utilizar la analítica. Tal tecnología permitirá que no se necesite de un visualizador para mirar una determinada cantidad de cámaras, ya que con la ayuda de la analítica se identifican ciertas conductas, ante las cuales se da una alerta. El visualizador, que antes podía mirar 20 o 25 cámaras, ahora va a poder mirar 500 cámaras y solo tendrá que esperar a que salte una alerta para corroborar el hecho e inmediatamente comunicarse al 911.
-El tema de fondo de muchos delitos es el narcotráfico. ¿Cómo se está trabajando en el mismo?
-Ahí trabajamos en tres frentes: el gran narcotraficante, la distribución y las bocas. El trabajo de las bocas, que no se hacía en el período anterior, es bien importante porque los datos estadísticos marcan que cada vez que logramos cerrar una boca de pasta base, en esa zona disminuyen hurtos y rapiñas entre un 12 y un 23%. Hemos llegado a tener récords de allanamientos, de bocas desarticuladas, de dinero incautado, lo cual habla de un gran trabajo de inteligencia. Volvimos a restablecer las brigadas de drogas en Montevideo y Canelones que habían sido desmanteladas en el año 2013, y también la Unidad de Inteligencia Carcelaria que había sido desmantelada en el año 2019, un hecho bien importante porque muchas veces el vínculo entre un narcotraficante que está preso y su banda fuera de la cárcel se sigue dando.
-¿Se han tomado otras medidas para cortar la conexión con el exterior de la cárcel?
-También estamos trabajando en adquirir tecnología vinculada a inhibidores de señal, eso genera que las operadoras de comunicaciones inhiban las señales de aquellos teléfonos que poseen los internos. Se arman dos listas y se inhiben aquellos teléfonos que vos cargás en una lista negra. La propia compañía de teléfonos se encarga de identificar si el teléfono funciona dentro de la cárcel, pero además está funcionando fuera, lo que quiere decir que probablemente se trate de un operador carcelario. Con inteligencia artificial se ayuda a que ese teléfono se ubique en la lista blanca.
-¿Qué consejos puede brindar para que las personas se puedan sentir más seguras tanto en sus viviendas como en el trabajo?
-Hago mi trabajo para tratar de que la gente pueda salir y disfrutar con la mayor libertad posible. Para eso estamos instalando cada vez más cámaras de seguridad y les vamos a incorporar analítica, lo cual permitirá identificar determinadas conductas y llegar al momento en el que se comete el delito. Para estar en niveles de inseguridad que la sociedad entienda como tolerables todavía nos falta un largo camino y tiene que ver con atacar las causas.
-¿Qué rol cumple o debería cumplir la tecnología para frenar el delito?
-Tecnología y seguridad pública son dos socios indisolubles, ya no es posible pensar en un abordaje de la seguridad pública sin pensar en tecnología. La tecnología está presente en absolutamente todos los aspectos de la seguridad pública. Sin ir más lejos, en el sistema de gestión pública, el sistema más grande del país donde todas las denuncias se canalizan y sirve como el motor del observatorio que hace el análisis y las estadísticas que presentamos sobre los delitos, el cual también utiliza la Fiscalía, el Poder Judicial y la Policía Científica.
El desafío de los delitos cibernéticos
-¿Qué papel cumple el Ministerio en lo que respecta a la ciberseguridad? ¿El Estado cuenta con la tecnología suficiente para combatir la ciberdelincuencia?
-En ciberseguridad nos falta. Estamos trabajando con otros organismos del Estado, pero el que está llamado a liderar ese proceso es la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información de Uruguay (Agesic). Recientemente en la Rendición de Cuentas se votaron algunos artículos que le dan a esta agencia la potestad de ocupar ese lugar. Nosotros vamos a estar ahí acompañando, somos parte de ese proceso. Por otra parte, vale recordar que, por un lado, están los delitos que se pueden cometer en las redes sociales, los cuales cuando se denuncia nosotros los investigamos y donde todavía falta legislación al respecto. Y, por otro lado, los que tienen que ver con los ciberataques, donde también se debe trabajar y reforzar la seguridad. Si bien hay algunos organismos que tienen la suficiente capacidad para contrarrestar un ataque de este tipo, hay que estar siempre mejorando y renovando la tecnología. Ya es de público conocimiento que organismos privados o algunas oficinas públicas han sido víctimas de ciberataques, por lo que entiendo que es importante empezar a mover este tema, estamos en un momento crítico.
La cárcel y una visión dual de la seguridad
-Otro de los grandes desafíos es la situación carcelaria. ¿De qué manera se está trabajando en ese tema?
-Hemos creado el Plan Dignidad Carcelaria que le da la posibilidad al recluso de poder trabajar y vender sus productos para hacerse de algún peso, o poder, mientras está recluido, hacer dinero para aportar a su familia. Además, dimos un paso muy importante al trasladar la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado (Dinali) a la órbita del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), lo cual le ha dado otra impronta. Paralelamente, desde el Mides se ha ampliado la oferta del programa Accesos con cerca de 400 cupos. También ha sido muy importante la inauguración de la primera sede del Mides en una cárcel, en concreto, el Comcar. Algo muy novedoso es el hecho de que en el mes de noviembre lanzaremos un plan piloto con 500 personas a las cuales se les va a entregar un kit cuando salgan de la cárcel, donde tendrán una tarjeta cargada con dinero para que puedan ir al supermercado y hacer compras de productos autorizados.
-¿Por qué se entiende importante profundizar en ese tipo de políticas?
-Más allá de quién sea el próximo gobierno, quién sea el ministro del Interior o el ministro de Desarrollo Social, el único camino posible para lograr bajar significativamente los delitos es trabajar en este enfoque dual. Por un lado, la prevención, y por el otro, la represión policial. Esto último es parte de la estrategia policial, la policía tiene que seguir reprimiendo el delito porque es la única forma de contener su crecimiento. Por otro lado, también hay que trabajar muy profundamente en las causas para lograr revertir los índices de reincidencia que hoy tenemos.