Mayor informalismo y sobrecostos: los riesgos de la reducción de la jornada laboral en el sector turístico

Según Juan Martínez Escrich, expresidente de la Confederación de Cámaras Empresariales

Ante la propuesta del PIT-CNT de reducir la jornada laboral de todos los sectores mediante una ley, surgen voces, como la de Juan Martínez Escrich, que disienten con la iniciativa. El empresario y expresidente de la Cámara de Turismo dijo a CRÓNICAS que la aplicación de esta medida no corresponde a la legislación, sino a las negociaciones colectivas; explicó los riesgos que podría conllevar para la industria hotelera; y advirtió que podría llevar a mayor informalismo y multiempleo en el país.

Juan Martínez Escrich fue presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay, de la Cámara de Turismo y también de la Confederación de Cámaras Empresariales, aunque aclaró en conversación con CRÓNICAS que sus posturas no representan actualmente a ninguna de estas organizaciones de manera oficial.

Aun así, y por su experiencia en el sector hotelero, manifestó su preocupación a raíz de la propuesta elevada por el PIT-CNT que aboga por una reducción en la jornada laboral. La central sindical, que apunta a que se apruebe un proyecto de ley que establezca estas modificaciones para el próximo período legislativo, propuso un tope de 40 horas semanales para todos los sectores laborales.

¿Qué significaría esta medida para el rubro hotelero?

Actualmente, en el rubro hotelero se estilan regímenes de 44 horas semanales. En ese sentido, el empresario explicó que “un hotel es un sanatorio con gente sana”, es decir, que “es necesario tener una cobertura las 24 horas del día todos los días del año” para atender al turista. De esta forma, por más de que en algún caso hipotético podría mantenerse o mejorarse la productividad, en este sector en particular la cobertura horaria es vital, más allá de la productividad.

Además, dejó en claro que las mediciones de productividad en Uruguay, “si es que existen, son muy rudimentarias”. De haber una reducción en el horario de atención, tendría que modificarse la división de turnos, lo cual significaría un costo añadido bastante importante para la empresa, sobrecostos “de alrededor de 25%”, según calculó.

La reflexión que hace Martínez Escrich a raíz de este asunto es que la decisión corresponde al ámbito de los Consejos de Salarios. “En lo personal siempre estuve en contra de legislar sobre algo que corresponde a otro ámbito, como es el caso. Para eso están las instancias de negociación colectiva”, opinó, y puntualizó que la razón de ser deviene en que “todo depende en qué sector” se dé la medida. “Yo creo que hacer una ley a tabula rasa no es adecuado ni corresponde al ámbito de referencia”, sentenció.

Experiencias pasadas

Sobre las experiencias previas de este tipo de reducciones horarias, como ha habido en la construcción, la metalurgia o la bebida, el entrevistado recordó que es importante considerar las diferencias que acarrea trabajar con bienes transables y bienes no transables. Aumentar los costos internos, consideró, es fácil si uno traslada esos costos al consumidor. “Si la bebida reduce la jornada, el costo del empleo se ve reflejado en el costo del producto, que también se encarece”, ponderó, y agregó que “lo mismo sucede en la construcción, puede subir el costo del metro cuadrado”. Es por este motivo que el empresario concluyó que “hay que ver cada caso particular por separado, todo depende del sector”.

En el caso del turismo, la tarifa de hotel es altamente competitiva, no solo con los vecinos del mismo destino, sino también a nivel internacional. “Lo que pasa si los precios son muy caros es que directamente los turistas no vienen a Uruguay, que es algo que en buena medida ya está ocurriendo”, señaló. En ese sentido, resaltó que comparar este rubro con uno como la construcción no es adecuado, y es “subir mucho la vara” para un sector que “viene peleándola desde hace cuatro años”.

Multiempleo e informalismo

Además, el empresario remarcó que los efectos de esta medida podrían llevar a una situación de multiempleo para los trabajadores, y a su vez impactar en la formalidad del empleo. Desde las gremiales empresariales, comentó, “la pelea de toda la vida” ha sido “la formalización” de la economía. “Seguimos siendo un país caro, no sería raro que un trabajador quiera utilizar ese tiempo que se le libera del trabajo para conseguir otro; muchas veces uno piensa con el bolsillo”, razonó.


La situación actual del rubro turístico

Actualmente, en el sector hotelero se está pujando por la aprobación de una ley de viviendas turísticas. Esta fue recientemente aprobada por el Senado, y se busca que se discuta de manera urgente en la Cámara Baja. El proyecto pretende regular con mayor rigor los alquileres de viviendas con fin turístico, es decir, aquellas habitaciones o viviendas que se encuentren en alquiler por tiempos reducidos, por al menos 90 días en el año. “La idea es tener supervisada, registrada y controlada la actividad, para tener a raya la informalidad y garantizar una mayor seguridad para los turistas”, explicó Martínez Escrich. Desde el sector hotelero se espera que pueda votarse en Diputados antes del final de este ciclo legislativo.

Por otra parte, el expresidente de la Cámara de Turismo indicó que la situación en Argentina continúa afectando al sector y, por lo tanto, aunque ha habido más turistas, “todavía no estamos de pie como para poder asomar la cabeza”. Si bien “ha pasado siempre” que la brecha cambiaria nos encarece para el mundo, el entrevistado estableció que “hoy es más necesario que nunca” remediar esta situación dado el estado del sector.