Irene Moreira, ministra de Vivienda
La pandemia obligó al Ministerio de Vivienda (MVOT) a repensar sus planes. El organismo debió tomar medidas que no estaban previstas para paliar la situación y eso implicó una pérdida en sus ingresos. No obstante, la jerarca aseguró que todos los programas preexistentes siguen vigentes y se han creado otros, con el fin de lograr la mayor cantidad posible de soluciones habitacionales. Además, lamentó que, tras varios años de bonanza, “los asentamientos alcanzaron números históricos”, lo que adjudicó al fracaso en las políticas de vivienda de los gobiernos anteriores.
El menú En la cava de Panini’s, la ministra degustó bife madurado con cremoso de verduras de estación y chips de boniato con gremolata de ajo y limón, que acompañó con Coca-Cola light. De postre, optó por tartina di mela y pera.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-¿Cuáles son los mayores escollos que ha encontrado a la hora de buscar soluciones habitacionales?
-Cuando asumimos nos enfrentamos a una realidad de un déficit habitacional de 60.000-70.000 viviendas, y a los 13 días cayó la pandemia. Yo venía cargada de ilusiones de poder brindar soluciones más rápido, pero tuvimos que adaptarnos a esa situación. Tomamos medidas como no cobrar intereses, multas ni recargos, brindar una bonificación para quien podía pagar, entre otras, que significaron menos ingresos al organismo.
Hubo que poner mucho pienso para buscar soluciones. Por eso creamos el mecanismo del fideicomiso público-privado para la construcción de viviendas, donde el Estado, a través del Ministerio, va a participar con hasta dos tercios del valor del proyecto, y el privado, como mínimo, con un tercio.
Algunos tenían miedo de que si nosotros asumíamos íbamos a cortar una serie de programas, pero lo cierto es que están vigentes todos los planes ya existentes e incluso abrimos una nueva puerta que es este fideicomiso, con el objetivo de lograr más soluciones.
El escollo más importante fue tomar medidas que no estaban previstas, además de que asumimos el 1º de marzo con un 40% del presupuesto comprometido; la realidad que había en el MVOT limitaba todo.
-Los asentamientos, las viviendas irregulares y la ocupación de terrenos tienden a crecer. ¿Dónde están las fallas?
-Tenemos 600-650 asentamientos en todo el país, que crecen a una velocidad enorme y la respuesta que da el Estado va a otro ritmo, eso provoca que haya un desfasaje. Por eso hemos creado un programa llamado “Entre todos” y estamos convencidos de que con ese plan vamos a lograr que haya un equilibrio en ese sentido.
-¿De qué se trata?
-Se trata de un trabajo interinstitucional con las ONG y todos los sujetos activos en esa situación, por lo tanto, tienen que estar el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio de Ambiente, OSE, UTE, las intendencias y las alcaldías, con una visión holística para lograr esa velocidad de respuesta que hoy no tenemos.
Justamente, el 18 de marzo se reunió el Sistema Público de Vivienda, que nuclea a la ANV, Dinavi, el BHU, Mevir y BPS. Ahí tenemos que delinear cuál es la política de vivienda que queremos. Pienso que debemos sentarnos todos los partidos políticos y los involucrados en este tema para hacer una política de Estado, porque después de varios años de bonanza económica, los asentamientos alcanzaron números históricos.
-¿A qué lo adjudica?
-Evidentemente, las políticas que se tomaron en vivienda no dieron el resultado esperado, porque si no, no se podrían haber creado tantos asentamientos, inclusive hay algunos que están dentro del propio vertedero municipal. Hemos visto niños en esos lugares, eso rompe los ojos; como mujer, como madre, no podés entender que vivan en esas condiciones.
Lo que se hizo habrá tenido todas las buenas intenciones, pero algo está fallando. Por eso es que propongo esa reunión, a fin de ver qué país queremos para dentro de 10 o 15 años. Hasta aquí llegamos, vamos a poner un alto, vamos a estudiar y avanzar, pero con esa proyección.
-¿Es viable pensar en la erradicación de asentamientos, como en algún momento se manejó?
-Hay que hacer el mayor esfuerzo para lograr eso.
-Tres fallos judiciales ordenaron al MVOT que otorgara viviendas a familias del asentamiento Nuevo Comienzo, pero el organismo definió apelar. ¿Cómo se explica esa decisión?
-Hicimos una consulta a la Jurídica del Ministerio y todos coincidían en que había que apelar, y así se hizo. Yo no estoy en contra de haberle entregado la casa a la familia, ojalá yo pudiera dar esa solución para todos, estoy en contra de la forma en la que se hizo, porque tenemos todo un proceso: tenés que presentarte, hacer el seguimiento, muchas veces tenés que participar de un sorteo.
-¿O sea que el mecanismo termina siendo injusto para las personas que pasan por ese proceso?
-Esas familias nunca se presentaron al Ministerio. Y algo muy importante: yo no tengo un stock de viviendas. Esa casa que tuve que darle a esa familia ya la tenía preparada para otra que había cumplido todos estos pasos y ahora le tengo que decir que siga esperando, que tengo que cumplir con el fallo. Por eso quiero dejar en claro que no es contra la familia, sino contra la forma que se utilizó.
Es más, en el caso de ser otorgado nuestro petitorio, no queremos la devolución, es decir, que se queden con la casa, no voy a pretender sacársela a esos niños que ya ingresaron. Ojalá yo pudiera darles una casa a las 200.000 personas que se encuentran viviendo en asentamientos. Va a llegar un momento donde voy a tener que decir que no tengo forma de cumplir con el fallo porque no tengo casas para entregar. Nosotros nos encargamos de las políticas de vivienda, no de la construcción.
-¿En qué está el proceso de obtener viviendas públicas en desuso?
-La LUC establece que los bienes vacíos y sin uso pasarían al MVOT y la Ley de Presupuesto dice que los bienes prescindibles van a pasar al Plan de Mejoramiento de Barrios –el 75% del valor del bien pasaría a este último y el 25% volvería a su cartera de origen-. Ya estamos trabajando en eso, se ha formado una comisión y se están relevando los bienes de los distintos ministerios que estarían en esa condición.
Por otro lado, existe una confusión, muchas veces me dicen: “Hay tantas casas abandonadas…”, pero acá hay que distinguir el derecho público del derecho privado. Esas casas tienen un propietario y, si tienen atrasos en el pago de la contribución inmobiliaria, la intendencia que fuere puede cobrarse eso con el bien, pero yo no puedo hacer nada.
-El año pasado dijo en una entrevista con El País que se habían marcado una meta para construir 50.000 viviendas, pero al poco tiempo aclaró que no se lograría. ¿Qué pasó? ¿Ya quedó descartada esa cifra?
-En algunos lados dicen que eso fue una promesa de campaña política; es totalmente falso, porque en ese entonces yo me candidateaba a diputada por Artigas, no tenía ni idea de que iba a ser ministra de Vivienda, no se me pasaba por la cabeza. Hubo una pregunta sobre cuánto deseaba o estimaba, y la contestación fue que si había un déficit de 60.000-70.000, ojalá pudiera hacer 50.000 viviendas, pero no era una meta del Ministerio.
Lo que sí planificamos es superar lo que se hizo en el quinquenio pasado. De hecho, en el Juntos, de abril a setiembre de 2020 se hizo un 15% más de soluciones habitacionales que en igual período del año anterior. Estimamos que vamos a superar en un 20%-25% lo hecho en la administración pasada en todos los programas del MVOT.
-Luego de la supuesta renuncia de Daniel García Pintos del Plan Juntos, usted aclaró que en realidad fue despedido. ¿Hubo novedades sobre las denuncias que hizo contra el coordinador Rody Macías?
-Se le pidió la renuncia a García Pintos. Cuando tengo que tomar una medida, por más difícil que sea, no me tiembla la mano para firmar la resolución. Él presentó una carta y yo desconocía todos los hechos que manifestó allí. El viernes pasado, el sindicato del Juntos difundió un comunicado muy contundente aclarando que no recibió ninguna denuncia de maltrato ni violencia.
Además, el martes tuve una reunión con los funcionarios de la institución, en la cual expresaron que jamás habían visto ni oído ninguna situación de violencia ni de género ni nada, y estaban muy molestos porque todo esto afectaba la imagen del Juntos.
Las trabajadoras sociales me decían: “Si hubiera habido algo de este tipo, nosotras, que trabajamos justamente en el tema de la violencia contra la mujer, ¿cómo no nos íbamos a dar cuenta de que una funcionaria lo estaba padeciendo?”. Obviamente esto está en estudio, porque corresponde hacer las averiguaciones, pero yo lo descarto.
-¿Él sigue en CA?
-Por el momento sí.
-¿Ya se sabe quién lo va a suplir?
-Por ahora no se ha designado a nadie.
-¿Ese cargo fue creado por este gobierno?
-El subdirector existe en muchas oficinas, en Dinavi, en el Programa de Mejoramiento de Barrios. Fundamentalmente, la separación del cargo fue porque había un mal relacionamiento con el coordinador, que está haciendo un gran trabajo.
-Según dijeron fuentes del MVOT a CRÓNICAS, él pretendía llevar una gestión paralela al coordinador, entregando viviendas a familias en forma arbitraria que no cumplían los requisitos. ¿Es así?
-Estamos en las averiguaciones y es un tema que quiero dar por terminado. Lo que te puedo decir es que yo trabajo para los frágiles y hay muchos, pero no me importa de qué partido sean.
-La arquitecta Florencia Arbeleche, hermana de la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, será la nueva directora de Integración Social y Urbana, área que se creó en la LUC, según informó Búsqueda. Sobre esto, el senador de CA, Raúl Lozano, dijo a Sarandí que la designación “va a mejorar el relacionamiento en el sentido de ir más rápido encontrando las soluciones de vivienda y que los recursos aparezcan”. ¿Qué quiso decir?
-Lo que quiso decir el senador Lozano, preguntáselo a él. Ella va a ser designada a la brevedad. Se manejaron varios nombres y se definió ese –es un cargo de confianza-. Ya estamos trabajando con ella, es una arquitecta conocida, con muchas ganas de trabajar en el área.
–El senador Guido Manini Ríos dijo en octubre a CRÓNICAS que no existía un ámbito donde pudieran dialogar todos los socios. Finalmente se concretó una reunión la semana pasada. ¿Hubo conformidad por parte de CA?
-Sí, por supuesto, nosotros siempre buscamos el diálogo y queremos trabajar en forma conjunta, son buenas estas instancias.
-¿Se espera que puedan seguir manteniendo encuentros con mayor frecuencia?
-Sí, sería positivo. Manini siempre tuvo un buen diálogo con el presidente, pero a veces es bueno que se reúna toda la coalición.
-Sienten que el partido es escuchado?
-Muchas de las medidas económicas las propuso CA. Obviamente, no vamos a pretender que tomen el 100% de nuestras propuestas, porque la decisión última la tiene el presidente, pero CA vino para quedarse y vamos a seguir trabajando para nuestra gente, para los más frágiles, tratando de ayudar a sacar al Uruguay adelante en esta situación.
-¿Qué futuro le ve a CA?
-Mucho. Nuestro líder es incansable, sigue constantemente trabajando, acercándose a la gente, haciendo propuestas.
-¿Es partidaria de que la coalición siga hasta el último día?
-Sí, va a seguir. Todo lo que está firmado en el “Compromiso por el país” lo vamos a respetar porque lo asumimos como tal, pero Cabildo es Cabildo, no es ni Partido Nacional ni Partido Colorado.
Nosotros queremos poner nuestra impronta, por eso hemos presentado leyes, como la ley forestal, que fue malinterpretada. O sea, no es que estemos en contra, lo que queremos es que esas plantaciones se hagan en tierras de prioridad forestal y no como hoy, que se están haciendo en tierras aptas para otros productos.
-El diputado cabildante Eduardo Lust planteó abrir sectores dentro del partido, como sucede en las demás fuerzas políticas, según informó Sarandí. ¿CA tiene planeado a futuro dar esa posibilidad?
-Eso está en estudio, ni lo descarto ni lo afirmo. Es una opción que se va a estudiar.
-¿Por qué no se ha permitido hasta el momento?
-No es que no se haya permitido. CA es un bebé que recién empezó a caminar. Nosotros competimos con partidos de 180 años, hicimos todo al revés: se creó el partido y salimos a la cancha a pelear y a juntar adhesiones, y así logramos 50.000 votos en la interna, 11 diputados y tres senadores en octubre y dos ministros y otros jerarcas en marzo.
Fue todo tan rápido que recién ahora nos estamos formando. Hace muy poco se conformó la Mesa Política de CA. Para las próximas elecciones esperamos estar organizados, por eso te digo, no descarto la posibilidad.
-Lust también dijo que no descartaba dentro de dos años formar un nuevo partido. ¿Cómo le cayó eso a CA?
-Ni lo había oído, pero todo el mundo tiene esa posibilidad. Yo puedo decir mañana: “Quiero ser presidenta”.
-¿Le gustaría?
-Tengo la política en los genes, adoro el acto de servicio que implica. Nunca pensé dejar el partido que me vio nacer, pero cuando Guido decidió iniciar algo nuevo, no dudé un segundo en agarrar esta bandera y acompañarlo. En eso estoy, trabajando para colaborar con una persona que es transparente y que busca esas soluciones que hacen tanta falta.
“Soy feminista en la defensa de los derechos de la mujer”
-Como mujer que hoy ocupa un cargo de gobierno, ¿qué piensa de la igualdad de género y la paridad? ¿Son necesarias políticas que vayan en esa línea?
-Yo trabajé mucho tiempo el tema del género, buscando la igualdad en el sentido de que, a igual trabajo, igual remuneración, y que existan las mismas posibilidades. Si tú me preguntás si soy feminista porque salgo en una manifestación o tiro bombas de alquitrán a una iglesia, no, no lo soy.
Sí soy feminista en la defensa de los derechos de la mujer, materia en la que fuimos ejemplo en el mundo entero –como el divorcio por sola voluntad de la mujer-. Lucho y trabajo para conseguir eso. Justamente, ahora estamos creando el Instituto de la Mujer en CA y quiero darle herramientas a la mujer para que pueda lograr su desarrollo personal y económico, por ahí vamos a buscar esa igualdad.
Pero ir a manifestaciones o desnudarme… esas cosas no van conmigo, por eso nunca participé, porque eso no me representa. Sin embargo, siempre trabajé en comisiones de género y luché para que haya igualdad entre el hombre y la mujer.
-¿Estamos lejos de llegar a eso?
-No, no estamos lejos. Se ha avanzado mucho.