Con la economía mostrando “señales dispares” y con diversas realidades entre rubros de actividad, tamaños de empresas, y en particular considerando la situación crítica por la que atraviesan las empresas ubicadas en el litoral del país por la diferencia cambiaria, la economista de la CCSU evaluó que estas consideraciones deberán estar sobre la mesa durante la próxima negociación colectiva. “Es una ronda clave para el sector comercio y servicios en particular, pero también para la economía en general”, resumió Fernández.
El Departamento de Estudios Económicos de la CCSU organizó un webinar de coyuntura económica donde la economista Ana Laura Fernández trazó un panorama del escenario internacional y regional, para luego valorar la situación en la que se encuentra la economía local.
A nivel externo, ilustró que hay menores perspectivas de crecimiento mundial, debido principalmente a las perspectivas a la baja para EEUU y la Unión Europea, pero para China se espera un mayor dinamismo, lo que “puede amortiguar” la menor demanda internacional.
Con este menor dinamismo, los precios internacionales de los alimentos (los principales productos exportados por Uruguay) mantienen su tendencia de caída, aunque permanecen en niveles altos en términos históricos.
A su vez, si bien se espera una política monetaria internacional más flexible, con reducción de tasas o su mantenimiento en niveles actuales, los mercados aún enfrentarán altos costos de financiamiento.
En cuanto a la región, Fernández evaluó que “no hay grandes cambios”, sino una “profundización de la realidad argentina muy compleja”, a la que ahora se suma un escenario político muy incierto. Detalló que se espera una contracción de 3% de la economía este año y se mantendría el deterioro de la actividad, al menos durante la primera mitad del 2024, según la experta de la CCSU.
Respecto a Brasil, resaltó que registra un aumento del nivel de actividad, pero que no logra ingresar en “una senda de crecimiento fuerte”, debido a que las inversiones y la confianza atraviesan una fase de deterioro.
Al límite
Respecto a Uruguay, señaló que la economía muestra “señales dispares”, pero ya se observa la afectación de la sequía, principalmente en las exportaciones de bienes y en el sector industrial agroexportador.
El consumo privado cerró el 2022 con un crecimiento, pero se estancó a finales del año, lo que se está reflejando también en un descenso de la recaudación de los impuestos al consumo de la DGI.
En este marco, el sector comercio y servicios mostró un crecimiento de las ventas durante el primer trimestre, según la encuesta que realiza la CCSU, pero Fernández advirtió por la “gran disparidad de resultados”, ya sea entre rubros, a nivel de tamaño de las empresas o su ubicación geográfica. En particular, alertó por la situación de las empresas ubicadas en el litoral del país, debido a la diferencia cambiaria.
Para este año, estimó que el consumo privado volverá a “crecer” por el aumento del salario real y el mayor número de ocupados, pero dijo que “hay matices” en ese crecimiento, ya que un tercio de ese consumo de las familias “se desviará a Argentina” ya sea por compras en ese país o por los mercados informales y el contrabando.
En este marco, y con respecto a la negociación salarial que se avecina, señaló que habrá que poner varios elementos arriba de la mesa, como la promesa de recuperación del salario perdido por la pandemia, pero viendo qué sectores pueden concretarla y cuáles no. También instó a considerar la inflación, las expectativas (del BCU y de los agentes), la vigencia de los convenios, los correctivos, así como las modificaciones recientemente aprobadas a la Ley de Negociación Colectiva. Específicamente, instó a tener presente un diferencial para los acuerdos de las empresas del litoral. “Es una ronda clave para el sector comercio y servicios en particular, pero también para la economía en general”, resumió Fernández.