“No es importante” el valor de la deuda, sino su nivel, tendencia y destino

Buena nota > Gestión del gobierno en los últimos años “ha sido buena”

Al momento de analizar el endeudamiento público de un país, lo importante no es su monto en sí mismo, sino su evolución en relación al PIB en términos netos, según analizaron en diálogo con CRÓNICAS Alfonso Capurro, de CPA Ferrere, Matilde Morales, de PwC, y Pablo Moya de Oikos. Agregaron que las tendencias de déficit y de la economía, así como el destino de la deuda, son aspectos relevantes para evaluar el endeudamiento de un país, y ahí se observa una señal de alerta.

A pocos días de comenzar el 2019 y en momentos de incertidumbre económica a escala global, el gobierno realizó una emisión de deuda por US$ 1.250 millones, que tuvo una buena recepción por parte de los inversores. El gobierno destacó los buenos resultados de la emisión y “la confianza” demostrada por los mercados. En la misma línea, varios expertos locales elogiaron el manejo realizado por la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el éxito de la colocación.

Sin embargo, no todas fueron loas. En las redes sociales se abrió el debate y muchos criticaron la política de endeudamiento llevada adelante por el Frente Amplio, criticando el aumento de la deuda por parte del gobierno y reprochando el elevado déficit fiscal.

En la discusión, se comenzaron a manejar números de deuda medida a valores corrientes en dólares, como porcentaje del PIB, medida en términos brutos (sin incluir los activos de reserva del gobierno) y en términos netos, buscando en cada caso tirar agua para su molino de argumentos.

Ante este contexto, CRÓNICAS consultó a varios expertos para que analicen cuál es la mejor forma de ver los datos de endeudamiento de un país, lo que ha sido la gestión de la deuda por parte de la administración y que opinen respecto a cómo se encuentra el país en este delicado tema.

De esta manera, se coincidió en que medir la deuda en relación al PIB es la opción más conveniente y no hacerlo en valores corrientes. Matilde Morales, de PwC, explicó que “siempre es mejor” observar el nivel de endeudamiento de un país en relación a la capacidad de pago: “como cuando una persona o familia pide un préstamo”.

Pablo Moya, de la consultora Oikos, y Alfonso Capurro, de CPA Ferrere, concordaron, aunque fueron un paso más allá. El primero afirmó que los indicadores que presenta el Banco Central (BCU) “son los correctos” respecto a la deuda neta, “pero que se podrían profundizar o hacer otro tipo de análisis”.

Capurro, por otro lado, añadió que el endeudamiento también debe ser medido en términos netos del activo (es decir, incluyendo en el análisis las reservas). “Porque puede pasar que un año vos aumentes la deuda porque emitiste títulos, pero en realidad si te quedaste con toda la plata en caja también aumentaste tu reserva. Entonces no es lo mismo deber 100 puntos del producto y tener 0 reservas que deber 100 puntos del producto y tener 50 puntos del producto en reservas, obviamente tu capacidad de pago es totalmente distinta”, explicó.

Añadió además, que desde la firma se le quita el valor de activos correspondientes a encajes bancarios.

Diagnóstico

Según los últimos datos publicados por el MEF, al 30 de setiembre de 2018, la deuda del Sector Público se sitúa en US$ 38.320 millones -un 63,7% del PIB-. Este valor ha venido al alza en los últimos cinco años (ver recuadro), y en cuanto a perspectiva “no se visualiza” que el déficit fiscal que la acompaña “vaya a bajar rápidamente”.

Es esta la proyección realizada por Capurro, quien consideró que “no es relevante” el número de deuda en sí. En cambio, el economista señaló que lo relevante es “el nivel de deuda, la tendencia -que está determinada por el déficit fiscal-, y también la tendencia esperada que está determinada por la expectativa de déficit y la expectativa de crecimiento de la economía”.

De esta manera, la situación respecto al número en sí no es lo preocupante; “el problema que nosotros tenemos hoy (…) es que ya llevamos cinco años seguidos donde la deuda neta viene creciendo como porcentaje del producto, o sea que el endeudamiento crece más rápido de lo que crece nuestra capacidad de pago”, sostuvo Capurro.

Moya, por su parte,  dijo que no es tan importante el número de la deuda, sino “el destino” que se hace con el dinero destinado a pagarla. “Se está utilizando esa deuda para gestionar los gastos corrientes del Estado, y ahí está el problema (…) Creo que es incorrecta la utilización de esos fondos”, comentó.


“Gestión profesional de la deuda”

Desde 2014, la deuda del sector público no es superavitaria. El valor, incluso, ha ido al alza en ese tiempo.

Sin embargo, pese a este incremento, el perfil en la actualidad es de menor riesgo: “se ha reducido la exposición a las variaciones del tipo de cambio y de tasas de interés”, indicó Morales.

En este sentido, la economista afirmó que la gestión por parte del gobierno ha sido “muy buena” y con colocaciones exitosas “que lo avalan”. Capurro, en tanto, agregó a este halago, opinando que si Uruguay no hubiera tenido “esa gestión profesional de la deuda”, quizás “hoy no tendríamos las condiciones de acceso al mercado que estamos teniendo”.