Con una coyuntura internacional compleja, la industria uruguaya tiene como principal desafío adecuarse a las recomendaciones que el gobierno ha anunciado en los últimos días, sin que esto se traduzca en una pérdida de los niveles de competitividad. En diálogo con CRÓNICAS, el ejecutivo se refirió a la postura de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) y manifestó que no es de su agrado que se los convoque cuando las decisiones ya están fijadas de antemano.
Hace no mucho tiempo la perspectiva de una guerra en Europa parecía lejana e improbable en pleno siglo XXI. Así aconteció también con la repentina aparición de un virus, que, de un momento para otro paralizó al mundo y a la economía, poniendo en jaque el orden mundial. Estas situaciones, incontrolables para la industria uruguaya, han tenido en vilo al sector, generando, principalmente en los últimos meses, importantes alzas inflacionarias. “Salimos de una situación económica muy compleja, como la que hemos vivido en la pandemia, pero no terminamos de vivir a los sobresaltos con los asuntos que se van planteando”, manifestó el titular de la CIU, Alfredo Antía, en este sentido.
En los últimos tiempos, uno de los principales efectos que identifica la población uruguaya, fuertemente asociado al conflicto que se desarrolla en Europa, es la suba de precios. Ante este escenario, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, anunció el pasado lunes un paquete de medidas que buscan paliar la pérdida de poder adquisitivo.
“La sugerencia que se hizo es que el MTSS va a convocar al Consejo Superior Tripartito (del sector privado) a más de 80 mesas de negociación (…) para que se evalúe adelantar el ajuste por inflación”, expresó el jerarca en esa oportunidad.
Sin embargo, esta medida fue calificada como disruptiva por algunos sectores de actividad, entre ellos, la CIU.
En esta línea, el presidente de dicha cámara declaró a CRÓNICAS que lo que esperaban que el gobierno realizara era una “lucha por controlar algunos precios que estaban en una fase de efervescencia creciente, teniendo en cuenta que, quizás, si las situación internacional se normaliza, podrían volver a bajar”.
Frente a esta perspectiva, reconoció que se trata de una sugerencia, no una obligación, pero que “el margen de flexibilidad de las empresas de poder decir que no a eso queda acotado”.
Por otra parte, indicó que dentro de cada rama hay empresas que tendrán más facilidades para hacerlo, y empresas que tendrán menos.
En este sentido, sostuvo que hay muchos empresarios que quieren decir que sí a esto, y aseguró que todos desean que sus funcionarios estén conformes y que no se vean afectados por la pérdida de salario. No obstante, explicó que la preocupación radica en la pérdida de competitividad en los productos finales, en un contexto signado por un dólar “muy planchado”, lo que favorece al producto importado.
“Nosotros estamos convocados, a través del consejo superior tripartito, para el día viernes (hace alusión a hoy 22 de abril), donde se nos va a plantear en forma oficial y con detalle cuál es el pedido del gobierno para revisar los acuerdos laborales que se firmaron”, adelantó el ejecutivo.
Consultado sobre la postura de la gremial en esta futura instancia, señaló que el criterio de la CIU siempre busca ser constructivo y cooperar con los intereses del país. Sin perjuicio de lo anterior, agregó que no es de su agrado que se los convoque a “acuerdos que ya han sido establecidos”.
En otros temas, el presidente de la CIU valoró “el esfuerzo del gobierno por no trasladar todos los aumentos del crudo a los precios locales”.
Amenazas emergentes
Cuando en Uruguay todo parece estar volviendo a la calma en lo que refiere a temas sanitarios, las noticias que llegan desde China generan vigilia y mantienen atentos a los distintos actores del país que, por una razón u otra, se relacionan directamente con el gigante asiático.
En los últimos días, las políticas de caso cero que se manejan en este país y el cierre de puertos que se deriva de esto, ha causado importantes afectaciones en la cadena logística.
Si bien, según indicó Antía, a nivel nacional no se han observado complicaciones asociadas a esta situación, el sector industrial se mantiene en un estado de alerta.
“Uruguay es importador desde ese origen de los más variados productos, no quiero ni pensarlo, pero sería muy importante el efecto que podría tener. Confiemos en que sea un tema transitorio y que no se consolide”, reconoció, al ser consultado sobre las perspectivas a futuro que se manejan en esta temática.