Leonardo de León, senador de Compromiso Frenteamplista (711) – FA
El Directorio de Ancap está analizando la posibilidad de cerrar algunas de sus subsidiarias. Consultado al respecto, el senador frenteamplista y expresidente de ALUR (Alcoholes del Uruguay), Leonardo de León, opinó que se debe estudiar la unidad que produce bebidas alcohólicas, ya que “no tiene sentido” su continuidad, cuando el gobierno pretende llevar adelante una política contra el consumo abusivo del alcohol. Por otro lado, destacó la importancia que le dio el Frente Amplio (FA) al ente, y se refirió al futuro de Sendic y a la partida de algunos dirigentes de la 711.
El menú En la cava de Panini’s, Leonardo de León degustó vol-au-vent de hongos de entrada. Como plato principal eligió lenguado en crema de hierbas y limón, acompañado de verduras salteadas, y para beber prefirió agua mineral con gas. Para extender la sobremesa, optó por un café.
Por Oscar Cestau | @OCestau y Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-“ALUR hace cinco años que tiene resultados positivos en sus balances”, dijo usted en entrevista con En Perspectiva. Sin embargo, el director de Ancap, Diego Labat, dijo a CRÓNICAS que “no va a dar nunca buen resultado” dado que “siempre va a haber un subsidio”. ¿Qué opina al respecto?
-Tengo una posición diferente. ALUR comenzó a desarrollar los proyectos de la producción de biocombustibles en el país en el año 2006 y empezaron a producirse los primeros volúmenes de biocombustible a fines del 2009. Esto surge a partir de un Plan Nacional de Energía que plantea la diversificación de la matriz energética, y entre todo ese desarrollo están los biocombustibles.
A su vez, en el 2007 se aprobó la Ley de Agrocombustibles –que la votaron todos los partidos políticos-, que planteaba que en Uruguay se debían empezar a producir biocombustibles a partir de materia prima nacional. En el caso del etanol que se mezcla con nafta, se utiliza caña de azúcar que se hace en Bella Unión, o grano de sorgo o de maíz, que se hacen en Paysandú, y en el caso del biodiesel se usan otras materias primas como soja y canola.
Esa ley plantea también que se deben reconocer los costos de producción, es decir, ALUR les compra a los productores la soja a precio internacional, y con esa soja se produce biodiesel, por lo tanto, el 75% del costo de un litro de biodiesel es la soja.
¿Cuál es el tema? Cuando se dice subsidio, yo creo que lo que se está haciendo es comparando que el biodiesel que se mezcla con el gasoil es más caro que el gasoil, y el etanol que se mezcla con la nafta es más caro que la nafta, pero eso ocurre en todos los países del mundo, o sea, los biocombustibles son más caros que los combustibles líquidos de origen fósil.
-Pero Ancap le compra a ALUR más caro de lo que compraría internacionalmente. ¿Eso no se podría considerar un subsidio?
-Se compra más caro de lo que se produce en Bella Unión. El etanol de Bella Unión, que es un 15-17% de todo el biocombustible que ALUR le vende a Ancap, es más caro que en el mercado internacional.
-¿Por qué razón?
-Es más caro porque la producción de caña de azúcar en Uruguay está casi en el borde marginal de donde se puede producir caña de azúcar en Sudamérica.
“Si Ancap no termina de hacer las inversiones necesarias, no va a mejorar”
-¿Por un tema climático?
-Claro, no es lo mismo producir caña de azúcar en Trujillo (Perú) o en San Pablo (Brasil) o en Cali (Colombia) que en Bella Unión. Es verdad que la producción de biocombustible en Bella Unión es más cara que si se importara etanol, pero lo que hay que analizar también es la importancia que tiene el desarrollo de esta actividad en esa zona, donde hoy es la única actividad productiva y genera trabajo a 2.700 familias.
Ahora, también es más barato producir carne bovina de excelente calidad en el Chaco paraguayo. Paraguay hoy es un exportador de carne superior a Uruguay, pero no hemos escuchado a nadie decir que no hagamos más producción de carne en Uruguay, sería un disparate.
Yo no comparto el razonamiento de que solo podemos producir lo que producimos más barato que el resto del mundo, porque si no, no seríamos productores de carne. El análisis habría que hacerlo de manera integral. En Bella Unión es más caro producir etanol que en Perú o en Brasil, pero también hay que analizar la importancia que tiene esa actividad desde el punto de vista social, productivo, ambiental.
-¿Se podría considerar cambiar la Ley de Agrocombustibles para reducir los costos?
-Yo creo que hay que analizarla y ver si se está dando cumplimiento a todo lo que plantea. Por ejemplo, uno de los artículos dice que deben tener el mismo tratamiento tributario los biocombustibles que los combustibles de origen fósil, y eso no está ocurriendo. En el caso del etanol, está tributando más que la nafta, y eso habría que equilibrarlo porque son muchos millones de dólares.
Por otro lado, el mito de que ALUR no da ganancia es falso, lo hace desde hace cinco años. Y hay que darle el mismo tratamiento a todo, es decir, si ALUR es un problema porque es más cara su producción, también tendríamos que decir que la carne, la leche y otros productos son más caros que en otros países, y entraríamos en una dinámica bastante complicada.
-Hoy mencionaba el impacto social, pero ¿cree que es estratégico para el país tener una empresa como ALUR?
-No solo el impacto social, eso es un dato de la realidad que no hay forma de cuestionar. Desde el punto de vista estratégico, creo que es bueno también. Uruguay tiene una refinería de petróleo para combustibles líquidos de origen fósil, y cuatro bio-refinerías, es decir, cuatro plantas que tienen en total una capacidad de producción de 200 mil metros cúbicos al año; eso es algo que te da seguridad.
Mañana el petróleo vale 140-150 dólares, como ocurrió hace pocos años, y ya tenemos una infraestructura en el país con producción nacional, o sea, no tenemos que estar importando materias primas, sino que tenemos la capacidad de producir 200 mil metros cúbicos de combustible líquido acá en el país. Esa es una fortaleza que no teníamos hace 10-12 años.
-El Directorio de Ancap está analizando el cierre de algunas de sus subsidiarias. ¿Lo cree necesario?
-Yo creo que es bueno siempre analizar el funcionamiento de distintas áreas. Ancap es un grupo empresarial muy grande, donde hay unas 20 empresas, desde una petroquímica en Argentina, cementeras, plantas de cal, ALUR, bebidas alcohólicas.
Tal vez algunas áreas se podrían analizar, pero hay otras que yo creo que son fundamentales para el país. Lo de ALUR ya lo hablé, pero está el caso de las plantas de cemento portland. Cuando el FA ingresó al gobierno en el año 2005, las plantas estaban casi sin actividad, y entendió que era importante para un país que estaba en crecimiento, que tenía tantos desafíos a nivel de mejora en infraestructura vial, ferroviaria, portuaria, edilicia, que hubiera mucha cantidad de portland.
Se inició un plan de inversiones que no está terminado, pero hay que terminarlo. Muchas veces se dice que a la empresa privada le va bien y a Ancap no en el área cemento, pero la privada hizo todas las inversiones que tenía que hacer en tiempo y forma. Y si Ancap no termina de hacerlas, no va a mejorar.
Después que estén hechas las inversiones, esa área tiene que ser gestionada mejor que en el sector privado. Pero si no terminamos esas inversiones para que estas dos plantas –la de Minas y la de Paysandú- estén en condiciones, los que se van a beneficiar van a ser los privados y los oligopolios de portland de la región. Yo creo que hay que poner en condiciones a las cementeras de Ancap para que puedan competir con el sector privado porque es estratégico.
“Producir biocombustible en Bella Unión es más caro que importar, pero hoy es la única actividad productiva de la zona”
-¿Y cuáles son las subsidiarias de Ancap que no son tan importantes para el país?
-Me parece que no tiene sentido que por un lado el gobierno lleve adelante la política antitabaco y [contra el consumo abusivo] del alcohol, y que haya una unidad de Ancap produciendo bebidas alcohólicas. Me parece que es de las áreas que se podría analizar. No estoy diciendo con eso que esté mal gestionada.
-¿Por qué le pareció “lamentable” la reciente destitución del gerente de ALUR, Manuel González?
-Me consta, y lo sabe la gente de Ancap y la gente vinculada con ALUR, el nivel técnico y la capacidad e idoneidad que tiene. Entró en el 2008 a través de un llamado de KPMG, y se destaca por su enorme capacidad en gestión.
En segundo lugar, creo que fue lamentable porque trascendió en un medio de prensa un salario que era más del doble de lo que era el salario realmente. Rápidamente las autoridades de Ancap y ALUR tendrían que haber salido a rectificar esa información, cosa que no se hizo.
Por eso entendí que era lamentable, por la forma en que se fue. No estoy cuestionando la decisión porque las autoridades tienen toda la autonomía como para tomar decisiones de sacar o poner a quien entiendan necesario.
-Según el propio Labat, la decisión de remover al gerente ya se estaba manejando desde hacía tiempo y no fue porque trascendió ese salario, sino por “cuestiones de estilo de liderazgo y de gestionar la empresa”.
-Eso está bien, pero lo que es lamentable es lo anterior, el proceso, cómo se dio.
-Uno de los planteos de Labat fue que Ancap con el tiempo dejó de centrarse en su negocio, que es el de los combustibles, y que el haberse empezado a dedicar a otros fue lo que llevó al ente a la “mala” situación actual.
-Discrepo con esa visión. Yo creo que la visión que tuvo el FA desde el primer gobierno fue la de potenciar a Ancap. Hoy el Grupo Ancap es el principal productor de alimento animal del país.
Pregunten a los productores de leche si están satisfechos con el hecho de tener un proveedor nacional (ALUR) que les permite ser más competitivos, porque no tienen que importar y tienen producción de alimento y de proteína acá. Lo mismo con los productores de carne, de pollo, de cerdo. Esa diversificación que ha tenido Ancap es muy importante.
El tema de los biocombustibles viene desde la creación de Ancap. El artículo primero de Ancap dice “para el desarrollo de carburante nacional” –el etanol y el biodiesel-. José Batlle y Ordóñez a principios del siglo pasado ya planteaba la necesidad de que se desarrollaran combustibles a partir de materia prima nacional, o sea que esto no es un invento del FA.
Esa visión viene de larga data, lo que hizo el FA fue empezar a consolidarla. Sería bueno que no nos olvidáramos de lo que hicieron los gobiernos anteriores al FA, cuando concretaron aquellos negocios ruinosos en Argentina, como las estaciones de servicio, Sol Petróleo (hoy Carboclor), que le generó gran endeudamiento a Ancap. Eso creo que es parte de una estrategia equivocada que tuvieron en su momento.
Yo creo que todo lo que se ha hecho es clave. No creo que el modelo de Ancap sea dedicarse 100% a una refinería de petróleo, sino que hay que ampliar, con algunas premisas que son claves: inversión, tecnología de punta y gestión de primer nivel, porque hay que ser eficiente y competir con el sector privado.
Por otra parte, yo creo que va a haber un cambio estructural grande cuando Uruguay diversifique definitivamente su matriz productiva. Es decir, no solo dedicarnos a la producción de lo que sabemos hacer vinculado al sector agropecuario, donde debemos seguir mejorando, sino también sumar actividades de mayor valor agregado como la industria del software, la industria farmacéutica y otras actividades que permitan agregar más valor, no depender tanto de los commodities y mejorar las condiciones de vida de los uruguayos. Ese yo creo que es el gran desafío que debe tener un proyecto de izquierda en el país.
“Es triste que se vayan compañeros que son valiosos”
-Días atrás se supo que varios dirigentes, entre ellos Gustavo Leal, Leonel Briozzo, Julio Calzada, Sebastián Torres, Diego Olivera y Ruben Barboza, abandonaron la lista 711. ¿A qué se debió esta partida?
-Briozzo y Torres se fueron de la organización hace tiempo, pero no trascendió a nivel de prensa. Ahora se fueron cuatro que firmaron una carta, más Leal que se fue aparte, y decidieron irse porque tienen discrepancias.
Yo sigo manteniendo la misma opinión que tenía de ellos. Son muy buenos compañeros, muy comprometidos con el proyecto de izquierda en Uruguay, y nosotros planteamos que no era necesario que pusieran sus cargos a disposición y entendimos que es parte de lo que sucede en todas las organizaciones políticas. Me parece triste la situación cuando se van compañeros que son valiosos.
“Todos los días le pegan un tiro a Sendic para ver si está muerto o para rematarlo por las dudas”
-Según informó Subrayado, “entre los motivos está la situación vivida por Sendic con su título universitario”. ¿Es así?
-En la carta que enviaron no dice eso, señalan que estaba agotada su participación en la organización y nada más, después cada uno puede hacer las evaluaciones que entienda necesario.
-Sendic era una de las figuras emergentes del FA y un posible candidato para las elecciones del 2019. ¿Hoy lo sigue siendo?
-Que Sendic es una figura importante en la política uruguaya, nosotros lo entendimos en su momento y lo seguimos creyendo. La única candidatura que tiene clara Sendic para el 2019 es que va a encabezar la lista 711 al Senado.
Ahora él está abocado a sus responsabilidades junto a Tabaré Vázquez en la conducción del país. Ambos fueron elegidos por la ciudadanía para llevar adelante un programa de gobierno y su rol importante es ese, además de su rol como presidente de la Asamblea General y del Senado.
Creo que sería un error que quienes tenemos responsabilidades de gobierno, y también en la oposición, no nos focalizáramos en eso. Hay tiempo, estamos en el 2016, faltan tres años para las elecciones y tenemos desafíos enormes.
“Algunas cosas se podrían haber hecho mejor en Ancap”
-Pasado más de un año del inicio de la Comisión Investigadora sobre Ancap, que terminó en la Justicia, ¿qué balance hace del trabajo llevado adelante en ese ámbito?
-En la Justicia [los partidos de oposición] denunciaron hechos y no personas, es decir, tomaron algunos temas que se analizaron en la Comisión, y los pasaron directamente a la Justicia sin explicitar en ningún caso algún ilícito.
Nosotros estamos muy tranquilos por todo lo que se hizo en Ancap en todos estos años. Yo creo que hubiera sido un error y un horror no haber hecho el plan estratégico que se planteó en su momento. Yo creo que todo lo que se ha hecho en Ancap ha sido muy importante.
La refinería de La Teja funciona porque se hicieron las inversiones que había que hacer. Si no se hacía esa gran inversión ambiental que fue la planta desulfurizadora, que después del saneamiento de Montevideo es la principal inversión ambiental que se ha hecho en Uruguay en los últimos 60 años, no tendríamos refinería. El planteo de Labat no se podría llevar adelante porque no existiría ni refinería.
Esa inversión que permite que tengamos combustibles de calidad, que se puedan importar vehículos que utilizan combustibles de calidad y que pagan Imesi y otros impuestos, además del retorno ambiental muy importante, tiene un retorno económico, y por eso digo que estamos muy tranquilos con lo que se hizo.
Obviamente algunas cosas se podrían haber hecho mejor, y al ser un plan estratégico muy grande y muy complejo, errores de gestión se pueden haber cometido.
“La única candidatura que tiene clara Sendic para el 2019 es la de senador”
-¿Por qué cree que la mayor parte de la responsabilidad en la gestión de Ancap recayó en Sendic y no en Daniel Martínez, su predecesor?
-En la Investigadora se analizaron las gestiones desde el 2000 al 2015. Hubo distintos presidentes, ministros, directorios, incluso gente de la oposición, o sea, mucha gente participó en este proceso. A mí me cuesta mucho decir que fue responsabilidad de uno o de otro.
Se analizó un proceso donde se tomaron decisiones no aisladas. El plan estratégico de Ancap fue aprobado por un Consejo de Ministros del primer gobierno de Tabaré Vázquez. Después está a quién decidieron apuntar, que ese es otro tema.
-¿Quiénes?
-La oposición, que decidió apuntar sobre Sendic claramente.
-¿El motivo?
-Porque Sendic en 2013-2014 era una figura relativamente joven en Uruguay, en la política, con mucho respaldo, y fueron directo a él, ese fue el objetivo y todos los días le pegan un tiro para ver si está muerto o para rematarlo por las dudas.
-Uno de los cuestionamientos de la oposición en el marco de la Investigadora, fue su relación con el director de La Diez, Pablo Álvarez, y el hecho de que la inversión en publicidad de Ancap pasara de ser US$ 1,5 millones a US$ 10,7 millones en campaña electoral. ¿Qué puede decir al respecto?
-Lo primero que tengo que decir es que hubo un proceso licitatorio muy transparente donde participaron muchas empresas, que fue en la interna de Ancap. Se formó una Comisión integrada por 15 personas que participaron de todo ese proceso, que fue legítimo. Ahora el tema está en la Justicia y ahí se definirá. Nosotros estamos muy tranquilos.
Sobre los montos que se señalan, no son US$ 10,7 millones en un año de campaña electoral, es menos, lo que pasa es que se mezclan cifras, pero eso lo explicará Ancap en el ámbito de la Justicia.
-¿Está a disposición de la Justicia por este caso?
-Sí. Nosotros nos pusimos a disposición hace un par de meses porque por más que se denunciaron hechos, ha habido una campaña de prensa y de algunos actores políticos, ha habido un proceso de politización del tema, o sea, se judicializó la política. Nosotros estamos a la orden y así lo expresamos en un escrito que presentaron nuestros abogados.