La globalización trajo al mundo un cambio de paradigma en cuanto al crecimiento económico, que ha llevado a que muchos sientan un malestar frente al desempeño de la economía. El economista Gabriel Oddone explicó este fenómeno y lo relacionó con los resultados electorales del año pasado. “Nada más alejado de la realidad, decir que la globalización ha traído pobreza”, aseguró.
“Creo que las visiones de que el país está muy mal, y de que empezó a estar muy bien en el 2005 son equivocadas”, dijo el economista socio de CPA Ferrere, Gabriel Oddone en en el desayuno de trabajo “Uruguay: luces y sombras. Perspectivas económicas para el 2017”. De esta manera, el economista decidió dar las razones de por qué intentaba rebatir ambas afirmaciones, “voy a intentar poner en números lo que ha ocurrido en los últimos 30 años en el Uruguay y verán que hay muchas cosas positivas”, agregó.
Desde la restauración democrática en 1985 la evolución del PIB, en los últimos 30 años, es sustancialmente mejor que el comportamiento que tuvo durante las tres décadas anteriores. “Sobre esto no hay ningún punto de discusión, lo que ha crecido Uruguay del 85 a la fecha no tiene punto de comparación”, sostuvo.
Según las cifras que presentó Oddone, el mismo fenómeno sucede con la disciplina fiscal en los mismos períodos: “Si miramos los niveles del déficit fiscal en los 60, es incontrastable con los últimos 30 años. Entre otras cosas porque tenemos acceso al financiamiento externo que no lo teníamos tan fácil en aquel momento”, agregó. Al mismo tiempo, con la inflación sucede lo mismo. “La inflación hoy está elevada, a mi criterio, pero en comparación con tiempos anteriores está en un nivel razonable, gracias a la acción de una generación de gobierno, y no a uno solo”, resaltó.
A criterio de Oddone, si se observan los números en el mundo, y en particular en la región no se puede asegurar que esta es una sociedad que “fracasó en su macrogestión de los últimos treinta años” y repitió que este fenómeno no es patrimonio de nadie, y no empezó en 2005. “Si no tenemos este tipo de visiones vamos a tender a discusiones del estilo Nacional-Peñarol, que empobrece el debate y no contribuye a enfrentar los desafíos nuevos”, reflexionó.
Aún así, Oddone se refirió al sentimiento de malestar instalado en mucha gente que asegura que hoy se está peor que en otros tiempos. “Los uruguayos tienen la sensación de que Uruguay hace 30 años no era un país mejor que este, cuando los números dicen que no es verdad. Es posible que para algunos sectores de la sociedad ese país fuera perceptiblemente mejor, pero los números agregados dicen que eso no es cierto”, explicó.
Hace 30 años, las economías más cerradas, fruto de una globalización que aún no había llegado, crecían más aceleradas. En los años 60 el efecto de la posguerra llevó a niveles de crecimiento importante. “Hoy en día, con la economía globalizada aunque los crecimientos son menores, esto ha permitido que la pobreza en el mundo se haya disminuido sensiblemente. Nada más alejado de la realidad decir que la globalización ha traído pobreza. Ha traído mejores condiciones de vida para la mayoría de las personas en el mundo, especialmente para los más pobres”, aseguró.
Sin embargo, la globalización ha traído una mayor concentración de ingresos. “Entonces ¿por qué motivo si tenemos una economía que parece haber reducido la pobreza y la desigualdad existe este malestar que se manifiesta en votaciones como la del Brexit o la Presidencia de Trump?” La explicación se centra en que los más pobres y los más ricos crecen en su nivel de ingreso desde finales de los 80, mientras que los ingresos medios han declinado, entonces allí está el corazón del problema. “Hay un conjunto de personas de clase media que el proceso de globalización las ha marginado y las ha hecho perder ingresos. Esas personas en países en que el voto no es obligatorio han sido muy determinantes en los resultados de las elecciones”, sostuvo.
Vivimos a cuenta
Con una visión más contemporánea, el economista Luis Mosca señaló que actualmente se está viviendo todo el tiempo por encima de las posibilidades. Esto quiere decir que por cada dólar en el mundo, se está gastando US$ 2,5 “y esto que ocurre en países desarrollados y emergentes”. En el caso de China, por ejemplo, “esto provoca mucha preocupación”. Si bien es una de las economías de mayor crecimiento, y una de las más grandes del mundo y a pesar de haber llevado su economía a un crecimiento de 6,7% en 2016, en el mismo tiempo la deuda creció 23 puntos porcentuales. Es decir que por cada punto que China genera, tiene tres de deuda, adicionales. De esta manera “el margen va hacia una situación explosiva, y allí se sospecha que sea el epicentro de la próxima crisis económica”, sostuvo.
En relación a Estados Unidos, “cuando uno mira tasas de interés tan por debajo como las del país norteamericano se puede observar que se está en una situación complicada, sobre todo cuando es una economía que no está creciendo bien”, sostuvo. Aumentos significativos en las tasas de interés norteamericanas generarían un gasto importante y complicaría cierto escenario macroeconómico. “Un incremento de un punto porcentual en la tasa a dos años, representan 200 mil millones de dólares más en intereses, acá hay otro problema”, señaló Mosca. A su vez, el ex ministro de Economía sostuvo que si el consumo privado, que representa las dos terceras partes del crecimiento, comienza a resentirse por el aumento de las tasas, entonces la tasa de crecimiento de la economía se verá afectada.
Tranquilos, no pasa nada
“Con un dólar que se va a seguir manteniendo estable, las oportunidades de inversión van a seguir existiendo”, expresó el economista, al mismo tiempo que agregó que “no hay en el horizonte nada dramático en el acontecer, para nuestros intereses. Si tenemos un dólar más estable, los precios de los commodities también van a tener el mismo comportamiento”. En este sentido, Mosca aseguró que el tipo de problemáticas que Uruguay tiene que afrontar está relacionado al valor agregado nacional.
A su vez, Mosca se mostró preocupado por el nivel de competitividad: “Estamos entre un 20% y 22% por fuera del tipo de cambio real, hay que ver si esto se sostiene hacia adelante”. En este momento, la competitividad muestra una situación sostenible porque el escudo es la región en la que los vecinos se han encarecido en dólares: Brasil lo hizo en un 35%, Argentina en un 23% y Uruguay en un 11%. Al mismo tiempo Estados Unidos lo hizo a un 4,5%.