Olga Otegui, secretaria general de la Intendencia de Montevideo
El principal desafío que debió enfrentar la Intendencia de Montevideo (IM) tras el cambio de administración fue instrumentar rápidamente el Plan ABC, que es un proyecto diseñado para atender la emergencia socioeconómica del departamento en el marco de la pandemia. Además, en materia presupuestal, se definió poner el foco en el desarrollo social y la limpieza, según dijo a CRÓNICAS la jerarca. Por otro lado, destacó la importancia de la generación de inversiones y empleo, algo a lo que apuntarán las autoridades departamentales en el período.
El menú En la cava de Panini’s, la ejecutiva degustó risotto del bosque: hongos secos chilenos, champignones, arándanos y jamón crudo, menú que acompañó con agua mineral.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
Trabajó por más de 20 años en el Ministerio de Industria, donde empezó en un área de investigación con tecnología nuclear y luego pasó a desempeñarse en temas de energía vinculados a las definiciones de políticas, diseñando el plan de energía y el cambio de la matriz energética a través del análisis y el diagnóstico.
Más tarde fue directora de Energía y en 2019-2020, subsecretaria de Industria, Energía y Minería. En ambos cargos cumplió un “doble rol”: además de la resolución de políticas, se dedicó a la gestión e instrumentación de las medidas.
“La experiencia de ir creciendo en las responsabilidades y con las distintas miradas es lo que me permite hoy poder aplicar todo eso en la Secretaría General de la IM, que abarca todos los temas de la Intendencia, desde la administración más pura hasta los compromisos políticos en la definición de nuevas líneas”, comentó.
-El Frente Amplio gobierna Montevideo desde hace más de 30 años. ¿Qué políticas deben continuarse y en qué áreas considera que habría que aplicar una reforma?
-Es cierto, venimos con 30 años de gobiernos frenteamplistas en Montevideo, lo que nos da una responsabilidad. Hemos llevado adelante una política con una perspectiva de izquierda democrática, con una mirada social, pero ese contexto de tres décadas, hoy lo tenemos que contemplar en el medio de una pandemia.
Hemos tenido impactos tremendamente importantes, no solo económicos y de salud, sino también en nuestra trama social. Nosotros asumimos en noviembre; el PIB estaba en caída, el salario real también, y las personas en situación de calle han crecido más de un 25%.
Tenemos un programa que es el que eligió la ciudadanía y es ahí donde nos tenemos que enfocar, contemplando esta coyuntura.
-¿Qué implicó para la IM ese contexto, en lo relativo a la necesidad de poner el foco en las políticas sociales?
-Las políticas sociales son una característica de un gobierno de izquierda, lo que tenemos ahora es un reforzamiento de las mismas. Los efectos negativos que comentaba hacen que el Plan ABC, que es el plan de emergencia que nos hemos propuesto, tenga cada vez más relevancia, exigencias y celeridad en su implementación.
La baja del salario real y la reducción de los ingresos en los hogares, tienen como consecuencia la aparición de las ollas populares, producto de la solidaridad de los uruguayos. Hoy tenemos más de 280. Eso es algo que la IM no puede dejar de lado, lo tiene contemplado en el ABC y hacia ahí debemos caminar.
Carolina (Cosse) nos reafirma cada día que el centro son los montevideanos y que nuestro desvelo tiene que ser centrarnos en sus demandas. Yo no vengo del área municipal y puedo decir que me encontré con un sinfín de funcionarios con la camiseta puesta, con ganas de trabajar, de mejorar, lo cual es muy valorable.
-¿A qué problemas se ha enfrentado desde que comenzó esta gestión?
-Tuvimos que enfrentar muchos desafíos. Lo principal para nosotros era instrumentar rápidamente el Plan ABC, que es un proyecto transversal que involucra a todos los actores de la IM.
Esta es una institución enorme que participa en la vida de los ciudadanos desde que nacen hasta que mueren. Venimos con un liderazgo de Carolina muy fuerte, con un gabinete trabajando en equipo, con una mirada integral.
Hay una cantidad de servicios que los ciudadanos demandan, que deben ser eficientes y aggiornarse continuamente. Por otro lado, un montón de proyectos se van decidiendo en la medida que diagnosticás un problema y ves cuál puede ser la solución.
Cada iniciativa “dialoga” con todos los servicios y la parte administrativa de la Intendencia, y eso debe hacerse de manera fluida. Yo soy un poquito ansiosa y necesito que los tiempos caminen más rápido. La institución tiene su cultura, su modalidad de trabajo, pero eso no significa que no se pueda cambiar o mejorar.
-Meses atrás, el director de Recursos Financieros de la IM, Mauricio Zunino, dijo a CRÓNICAS que la pandemia había provocado una caída en la recaudación de la institución. ¿Cómo es la situación actualmente?
-Nosotros acabamos de presentar un proyecto de presupuesto que tuvimos que planificar para los primeros dos años, haciendo un recorte, pero no general, sino tratando de identificar aquellos lugares donde podíamos ajustar, siendo más eficientes en el uso de los recursos, postergando alguna actividad.
Es un presupuesto con algunos ajustes, pero con un foco muy importante en desarrollo social y limpieza, que son los dos ejes que priorizamos. Esperamos que a partir del año que viene esto empiece a cambiar, que mejoren los ingresos de la Intendencia, y eso va a permitir que podamos ir pensando en otros proyectos.
-En cuanto al eje de desarrollo social, recién comentaba el trabajo de la IM para contrarrestar los efectos de la pandemia. ¿Qué se ha hecho hasta el momento en la periferia de Montevideo, que ya venía complicada desde antes? ¿Hacia dónde se debe apuntar en esas zonas?
-La situación que tenemos en algunos municipios es bien particular en lo que respecta a limpieza, vivienda, empleo, y eso hace que haya que tomar medidas especializadas en cada caso. Hace una semana Carolina mencionó que en siete meses de gobierno hemos logrado unas 120 medidas en el marco del ABC.
En el eje de territorio definimos un fondo de materiales para ayudar a unas 1.100 viviendas por diversos problemas de mantenimiento, inundaciones, incendios. Eso se decide de la mano de los alcaldes, que son quienes están en el territorio día a día identificando cuáles son los lugares más vulnerables que requieren una asistencia más rápida.
En relación a la salud, hubo policlínicas que requerían más tiempo de atención y se tomaron acciones, se pusieron a disposición camionetas que recorrieron barrios que demandan ese tipo de asistencia, con más horario de trabajo y más personal. Además, como consecuencia de esta situación socioeconómica, estamos viendo problemas de desnutrición a nivel de primera infancia y estamos desarrollando un programa para eso. Hicimos un convenio con Cambadu y las policlínicas van a identificar esas familias, y va a haber un apoyo de alimentos con alto valor nutritivo y un seguimiento.
A su vez, también dentro del ABC, definimos hacer diversas mejoras en unos 45 barrios de Montevideo en cunetas, veredas, alumbrado, espacios públicos, líneas de ómnibus que no llegaban a esos lugares, entre otras.
-En materia de limpieza, que lo mencionaba como uno de los ejes presupuestales, ¿cuáles pueden ser las posibles soluciones?
-Esa es una preocupación de todos los montevideanos. No podemos hablar solo de limpieza, sino de una gestión ambiental integrada y con una mirada a largo plazo, que debe estar sustentada en tres grandes ejes. El primero es la equidad, porque los montevideanos tienen que tener, sin importar en qué territorio estén, la posibilidad de acceder a su ciudad por igual, ya sea en cuanto a limpieza, movilidad o espacios públicos.
El segundo es la evidencia objetiva, es decir, los datos que nos van a permitir que una vez que tomemos una decisión, sepamos si hay que reforzarla, corregirla, ajustarla o cambiarla. Estamos tratando de armar un observatorio de datos ambientales, a fin de que toda la población tenga información, que cualquier ciudadano pueda ver cuál es la realidad ambiental del departamento.
Por último, la diversificación. No hay un único problema de limpieza, hay varios, por lo tanto, las soluciones deben ser diversas. Cada lugar tiene sus propios inconvenientes y tenemos que tener respuestas diferenciadas. No son iguales las definiciones que tenemos que tomar para la limpieza de una plaza que para los residuos domiciliarios o los comerciales.
-¿Qué peso tiene la contribución del ciudadano en la limpieza de la ciudad?
-No hay ninguna duda de que la responsabilidad de la limpieza urbana es de la IM, pero sentimos que falta ese compromiso en el sentido de quién es el dueño del residuo. Yo lo genero y es mío, pero después lo saco y ya no es mi responsabilidad, es del contenedor, es de la IM. Ese concepto es el que tenemos que tratar de mejorar, y en la medida que la gente se sienta responsable de lo que produce, vamos a tener menos generación de residuos.
Eso tiene que ver con la educación, es cultural, es saber de quién es, o sea, no es mío hasta que me molesta y después lo tiro y me olvido del tema. Hay que apuntar a generar la menor cantidad posible de residuos. También es fundamental la posibilidad de valorizarlo y clasificarlo, para lo cual nosotros debemos recogerlo y disponerlo en forma correcta.
-¿Cómo ha sido el vínculo con el Ministerio de Ambiente en ese aspecto?
-Estamos trabajando muy fuertemente con el Ministerio, sobre todo, en lo relativo a los residuos plásticos, que es un debe que tenemos como país. Hoy solo valorizamos un 3% de este tipo de desechos. El Departamento de Desarrollo Ambiental se marcó la meta de reducir los residuos plásticos en un 30%. Es un gran desafío, pero hay que hacer el esfuerzo y creo que vamos a llegar.
“En cualquier definición que tomemos, el foco va a estar puesto en el empleo”
-¿Dónde estará puesto el foco en el plan de obras diseñado para el quinquenio?
-En cualquier definición que tomemos, ya sea una gran obra o una pequeña, o una resolución de un permiso de construcción o de un inicio anticipado de obra, el foco va a estar puesto en el empleo. A eso tenemos que apuntar en cualquiera de las inversiones, ya sean de la IM, conjuntas o del sector privado.
Hace muy poquito tomamos algunas definiciones en cuanto a los permisos de construcción, más allá de que teníamos cierto atraso –producto de la pandemia, del teletrabajo-, con el objetivo de acelerar (esas obras), porque queremos darle prioridad a todo lo que genere empleo.
-¿Cuántos puestos de trabajo aspiran a generar?
-Todo lo posible con las competencias que tenemos. Reflotamos y fortalecimos la Comisión de Inversiones, que está integrada por distintos departamentos. Allí vamos a acompañar aquellas inversiones que muchas veces llegan a la Intendencia y capaz que se pierden en ese gran palacio de tantos pisos, para que podamos hacer un seguimiento y buscar la forma de que eso se pueda concretar. En paralelo, queremos salir a buscar inversiones, para lo cual estamos definiendo algunos distritos de posibles lugares en los que se puedan realizar.
-¿Por ejemplo?
-Me refiero, por ejemplo, al Mercado Modelo, que cuando logramos romper ese lío con la UAM (Unidad Agroalimentaria Metropolitana) y vimos la solución, las dos cosas nos parecieron impresionantes. En lo personal, considero que el proyecto de la UAM es uno de los mejores que hemos tenido en los últimos años y tiene un potencial enorme. Y el Mercado Modelo, que quedó libre, tiene grandes perspectivas.
Hay distritos que tienen un potencial muy importante por las características de Uruguay y por un montón de definiciones que se tomaron en gobiernos anteriores con respecto a la promoción de lo audiovisual. De hecho, hoy en Montevideo se están filmando series de relevancia, algunas de Amazon. Todo eso redunda en inversión, generación de trabajo, mejora edilicia, habitacional, de la infraestructura; implica embellecer la ciudad con inversiones diferentes.