Mónica Xavier, senadora y secretaria general del Partido Socialista – Frente Amplio
Tras sesionar, el pasado sábado, el Comité Central del Partido Socialista (PS) realizó una declaración final que deja varios temas para el análisis. Ética, transparencia y lucha contra la corrupción fueron temas centrales en el encuentro, lo que deja entrever la preocupación del sector por marcar posición sobre los mismos. En diálogo con CRÓNICAS, Mónica Xavier dijo que la izquierda paga mucho más caro los hechos de corrupción que la derecha, por lo que hacia la interna hay que ser “más exigentes y no permitir desviaciones”. A su vez, se mostró partidaria de que Raúl Sendic comparezca en el Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio (FA), y traslade mayores explicaciones al conjunto de la ciudadanía.
Por Oscar Cestau | @OCestau
¿Cuál fue el real objetivo del documento dado a conocer tras la sesión del sábado, donde se hace hincapié en temas como la ética, la transparencia y la lucha contra la corrupción?
Es la declaración final de una reunión que siempre culmina con una comunicación hacia la sociedad acerca de lo que define la dirección nacional del PS.
Esta no es la primera vez que el tema de la ética está en debate porque es una cuestión que para nuestro partido es muy cara. Declaraciones anteriores del Comité Central también hacen referencia al tema.
Da la sensación que varios de los puntos pretenden dejar bien claro cuál es la postura del PS frente a algunos hechos que golpean a la coalición de gobierno hoy, como por ejemplo los gastos efectuados con la tarjeta de Ancap por parte del vicepresidente Raúl Sendic cuando estuvo al frente de la empresa.
Hay un contexto regional en donde se están dando situaciones complicadas que la justicia debe aclarar. A su vez, se nota una ofensiva mediática, y en el caso de algunos países también una ofensiva judicial para torcer determinados procesos en función de esa caracterización que, a priori, ya queda fijada en la ciudadanía de corrupción. Entonces, ¿qué puede hacerse en este caso? Por un lado, reconocer la realidad. En Brasil se argumentan hechos de corrupción supuestamente llevados a cabo por la expresidenta Dilma Rousseff. Pero la propia Rousseff dijo “yo avisé”. Ese “yo avisé” indicaba que se venía dando un proceso de judicialización de la política con consecuencias difíciles de imaginar, y que terminaron concretándose con la salida de la presidenta y la usurpación del poder por parte de quien fue su compañero de fórmula, en asociación con otros legisladores.
“La izquierda paga mucho más caro los hechos de corrupción que la derecha, por eso tenemos que ser más exigentes y no permitir desviaciones”
Son diferentes formas de acceder al poder… Ya no es la vía armada la que está en discusión, ni la vía electoral como contraposición, sino otras formas en cómo llegar y en cómo perder las presidencias. En el mundo se habla de golpes suaves y de golpes blandos, de caracterizaciones que pueden suponer que no se llegue al poder a través de una contienda electoral limpia, con un debate de ideas y el respaldo ciudadano. Pero después está en cómo nos desempeñamos en los gobiernos. Y ahí hay que analizar si en algunas situaciones no estaremos dándole excusas a la derecha para que haga esto que no es nuevo, y que pretende decir que somos todos iguales.
Usted dice que hay una ofensiva por desprestigiar las fuerzas progresistas de la región, coincidiendo con apreciaciones de otros integrantes del FA. Ahora, no podemos obviar los grandes hechos de corrupción que se han dado en algunos países, y ahí no tiene la culpa ni el capitalismo ni el sistema, sino la propia conducta de políticos y empresarios.
Hay una ofensiva, sin lugar a dudas, y lo reafirmo. Ahora, yo no quiero que se dejen de investigar algunos casos, como cuando se tiran bolsas de dinero a través de un muro de un convento, o cuando hay sobreprecios en obras públicas. Menos lo quiero para mi país, aunque en Uruguay estamos muy lejos de situaciones que se vienen dando en otros procesos cercanos. Entonces, hay ofensivas, pero también situaciones que yo no voy a encubrir como parte de esa ofensiva. Pero quiero que los procesos progresistas que han contribuido a que millones de latinoamericanos obtengan derechos se sigan dando. Como dije antes, la izquierda paga mucho más caro los hechos de corrupción que la derecha, por eso tenemos que ser más exigentes y no permitir desviaciones, desnaturalizaciones o actos que no son acordes con los conceptos que defendemos.
“Hay que analizar si en algunas situaciones no estaremos dándole excusas a la derecha para decir que somos todos iguales”
Volviendo a la declaración final del Comité Central vuelvo a preguntarle: ¿el texto apunta a separarse de determinados hechos que en apariencia dejan mal parado al FA?
La derecha tuvo múltiples situaciones de irregularidades y de delitos. En su momento hubo veinte ediles del Partido Nacional procesados en Rivera, y un presidente del Banco Hipotecario, en el desempeño de su función, fue acusado de favorecer el enriquecimiento de su entorno familiar y de amistad. Y la lista es muy larga… Pero la ciudadanía no puede confundirse y pensar que porque uno diga “hay que tener memoria”, se quiera estar minimizando eventuales situaciones que se pueden estar dando dentro de nuestra fuerza política. Creemos que no hay una situación en la que exista comparación alguna con hechos del pasado, pero eso lo tiene que determinar la justicia. Obviamente, hay en los ámbitos partidarios espacios de análisis que tienen que ver con nuestra conducta ética -en particular en la función de gobierno porque te acerca mucho más a los resortes de poder-, entonces por eso nosotros concluimos con algunas reflexiones. Primero reivindicar el comportamiento ético como la única conducta posible para una persona de izquierda. Segundo, revisar nuestra propia carta, porque la hicimos cuando no éramos gobierno nacional. Y tercero, tomar en cuenta la realidad que vivimos y el impacto; y ser conscientes que cualquier hecho negativo en este sentido la izquierda lo va a pagar cinco veces más caro que la derecha. Porque de nosotros se espera lo que siempre dijimos que éramos: diferentes, y que vinimos a servir a la gente y no a servirnos de la gente.
¿Piensa realmente que hay una campaña contra Raúl Sendic -o un linchamiento como dijo Javier Miranda-, o por el contrario, el vicepresidente se ha equivocado más de la cuenta?
Equivocarse no significa necesariamente haber cometido dolo. Yo puedo tener visiones críticas acerca de cómo enfrentó determinadas realidades, y eso no me lleva a decir que cometió ilícitos o situaciones reñidas con la ley. Me parece oportuno que frente a este último episodio, Raúl Sendic comparezca en el Tribunal de Conducta Política del FA, y traslade mayores explicaciones al conjunto de la ciudadanía. Yo creo que hay una obsesión por parte de la oposición, y que eso puede vehiculizarse a través de diferentes mecanismos en la sociedad, por demostrar situaciones reñidas con la ley en las personas que llevan adelante tareas de gobierno en los períodos del FA. No me cabe la menor duda de eso, y por eso hay que ser muy nítidos en la explicación a la ciudadanía. No podemos permitir que por una publicación ya haya un juicio sumario, porque todos sabemos que si luego la justicia o los ámbitos que tienen que investigar las conductas no encontrasen hechos que configuren dolo, es muy difícil salirse de ese juicio inicial.
¿No sería una buena señal por parte de los legisladores del FA, también, votar comisiones investigadoras en temas que se negó a hacerlo, y así que no quede sobrevolando la duda?
Una de las cosas que no podemos hacer es desnaturalizar todas las tareas que tenemos los legisladores, que son las de legislar, controlar al Poder Ejecutivo en la ejecución de las políticas públicas, y también -mediante comisiones investigadoras-, tener ciertas competencias en materia de investigación. Y remarco ciertas porque en el momento en que dicha ley se votó, sufrió recortes en el período 1990-1995 por parte del veto que ejerció la presidencia de la República en ese momento. Hoy tenemos varias comisiones investigadoras en marcha. También es una cuestión de responsabilidad saber que si hay otro poder del Estado con competencias en primer término en materia de aplicación de la ley -como es el sistema judicial-, y hay hechos con apariencia delictiva según quien los denuncia, lo primero es ir derecho al Poder Judicial.
“Me parece oportuno que Raúl Sendic comparezca en el Tribunal de Conducta Política del FA, y traslade mayores explicaciones al conjunto de la ciudadanía”
Tengo la sensación de que muchas veces hay una utilización de las comisiones investigadoras de manera de tener en forma permanente un machaque mediático. Considero que hay una clara diferencia en lo que respecta a la conducta de integrantes de los gobiernos previos a los del FA con relación a la realidad que hemos vivido nosotros. Por supuesto, no hay vacunas para evitar los desvíos, y por eso es importante la reflexión permanente acerca del comportamiento ético en la política.
¿En el FA en algún momento se va a dar un debate a propósito de cómo se condujo Ancap en las administraciones anteriores?
Está prevista una discusión sobre empresas públicas en el FA. Me parece viable observar un comportamiento a lo largo del tiempo, que debe de incluir las visiones que desde nuestras fuerzas políticas tuvimos con relación a defender las empresas públicas cuando una oleada neoliberal decía que era mucho más conveniente venderlas, y que sigue teniendo pujos actuales. Porque aunque se demuestre que la refinería tiene que seguir existiendo, ya que tiene ventajas también en materia económica, hay quienes insisten en que debemos importar los combustibles ya refinados. Para un país productivo, como el que desde 2005 venimos construyendo -porque a veces nos olvidamos que el Uruguay estaba paralizado-, es esencial que tengamos nuestras empresas públicas no solo en poder del Estado, sino también siendo puntas del desarrollo del país.
Me da miedo imaginar qué sería de este país si en las condiciones en las que estaba no hubiese tenido las empresas públicas para lograr esa dinamización del crecimiento y determinadas rutas de desarrollo. El país iba hacia una absoluta desindustrialización y a una apuesta a la plaza financiera, con los jóvenes teniendo siempre que mirar el pasaporte porque en cualquier parte del mundo tendrían mayores oportunidades; y hoy de eso nadie se hace cargo.
Hace unas semanas, escribió una columna en CRÓNICAS donde destaca el crecimiento de la economía, pero a la vez, expresa que lo conseguido por el FA no es suficiente para los requerimientos de la sociedad. ¿Qué lectura hace de la situación que la llevó a realizar esa reflexión?
La Constitución dice que el Estado debe garantizar la salud de aquellos que no tienen accesibilidad a la misma. Desde que empezamos con el Sistema Nacional Integrado de Salud venimos haciendo una reforma en la cual todos los ciudadanos tenemos derecho a tener salud. Y en la medida en que es un derecho, es también obligación del Estado garantizar la equidad en la accesibilidad a la misma. Pongo este ejemplo para poder profundizar en la pregunta. Por tanto, cuando la gente que no tenía accesibilidad, por diversas circunstancias, después sí accede, naturalmente a la accesibilidad le viene el reclamo de la calidad; y posteriormente la extensión sin límite de que lo que salga lo tiene que tener. Porque si la salud es un derecho, no puede estar retaceada ninguna medicación ni tecnología, ni nada de lo que una persona pueda necesitar. Y todo tiene límites. Pero mostrar esos límites es una tarea que la tiene que hacer el gobierno desde la institucionalidad, pero también los colectivos de usuarios que saben que hay equilibrios a mantener. Y a su vez, en esa pedagogía política, también la propia fuerza política que implementa las propuestas debe estar involucrada. A la vez, hay que lidiar con la esquizofrenia de la oposición que tiene muy escasa memoria, y que cuando gobernó no pudo encontrar soluciones a problemas y hoy las exigen.
Por otro lado, plantea que el FA debe ser capaz de no dejarse quitar el gobierno. ¿Usted piensa que el FA no puede estar a la altura de las circunstancias llegado el momento de la elección y de que esté en riesgo otro período de gobierno del FA?
Ninguna elección está ganada hasta que se cuenta el último voto. No creo que las elecciones se ganen en los meses de campaña… Creo que se trabaja los cinco años para volver a renovar el compromiso con la ciudadanía. Sí soy muy crítica dentro del FA de que se dedica mucho más tiempo a los debates internos que al trabajo con la sociedad, lo que representa un riesgo para la fuerza política.
Después de casi tres administraciones, ¿en qué cree que la izquierda aún está en el debe?
En algo ha avanzado pero falta mucho: la pobreza infantil. La herencia de la infantilización de la pobreza que tiene ya mucho tiempo en nuestro país no se ha podido romper, y si bien se redujo sustantivamente sea cual sea el tramo de edad, sigue siendo una carrera contra el tiempo porque las consecuencias luego se ven.
Todos reconocen que dentro del FA hace falta una renovación, incluso el presidente Vázquez lo ha manifestado. Pero ni Mujica ni Astori descartan del todo una posible candidatura. ¿Por dónde pasa la renovación, entonces?
Nosotros reclamamos que el documento de estrategia que se está discutiendo incorporara la renovación dentro de los cuadros del FA. Hemos tenido como capital político a los tres líderes más populares durante los últimos 15 o 20 años: Tabaré, Mujica y Astori. Entonces, no pensamos que renovación sea borrón y cuenta nueva ni desplazamiento, sino que abra las condiciones para que otras generaciones puedan tener igual protagonismo. Hay dificultades para procesar la renovación generacional, y las hay para incorporar de manera mucho más decidida a las mujeres en la política.
“Hay una obsesión por parte de la oposición por demostrar situaciones reñidas con la ley en las personas que llevan adelante tareas de gobierno en los períodos del FA”
Creo que es fundamental la estrategia de no discutir en función de quién va a ser el candidato en las próximas elecciones, sino la viabilidad de la fuerza política tanto en su desarrollo como coalición como en las responsabilidades de gobierno. De lo contrario, se termina agotando el proyecto por no tener relevos viables.
¿Le gustaría una mujer en la fórmula del FA?
Siempre dije que sí. También ese retraso que tenemos en la incorporación de las mujeres a la política hace que siempre se vea en el número dos de una fórmula. ¿Cuándo Uruguay va a discutir que puede tener una presidenta?
¿Tiene aspiraciones a ser parte de esa fórmula?
Creo que la pregunta viene en que decididamente digo que las mujeres tienen que estar, pero no está referido a mi persona, ni hago ese tipo de especulaciones. No es mi forma de vivir la política. Nunca hago alusión a una autocandidatura.
“Debatir en la interna y no a través de los medios”
En entrevista con Búsqueda, el ministro Danilo Astori, en cierta forma, culpó a José Mujica por el déficit fiscal que tiene hoy el país. ¿Cómo toma usted ese fuego cruzado entre dos líderes fuertes del FA?
Tengo siempre la añoranza de que los compañeros procesen estos debates en la interna y no a través de los medios de comunicación.
No le gustó ese hecho…
No, en lo absoluto. Porque además creo que no termina concluyendo en nada, sino en una cinchada de cuerda de un lado y del otro. En ese contexto, se pierde la riqueza de discutir estos temas y analizar aspectos que pueden haber determinado algunas políticas implementadas, y sus variantes, que pueden ser importantes a considerar. Volviendo al tema Ancap, si el argumento -y no digo que lo sustente ningún compañero, sí lo hace la oposición-, era que no podíamos hacer todas las inversiones y desarrollar el plan estratégico, yo no lo comparto en absoluto. Ahora, si a la luz del análisis que podemos hacer hoy, después de que muchas cosas pasaron, llegábamos a la conclusión que los tiempos en que las inversiones se dieron podrían haber sido otros e igualmente íbamos a conseguir avances como se requería que tuviéramos, puede terminar siendo indiscutible que hubiera sido mejor cumplir el plan en otros plazos.
Pero eso amerita una discusión serena, en la que no cabe duda de que para nosotros las empresas públicas tienen la trascendencia que en los hechos hemos venido defendiendo. Entonces, verlo exclusivamente por el resultado fiscal hace perder la riqueza de la importancia que las mismas tienen para el proceso de desarrollo del país.
“Se desgasta más el que pelea y no llega”
¿El FA está sufriendo el desgaste de tres administraciones consecutivas, con todo lo que ello conlleva?
Siempre digo que se desgasta más el que pelea y no llega. Bienvenidos los desgaste cuando se pueden implementar las políticas a través del instrumento de ser gobierno. Muchas veces no es que falte diálogo, porque el diálogo existe, sino que falta la voluntad de hacer síntesis; y el FA es síntesis. Por tanto, nadie se puede arrogar el ciento por ciento de la resolución de un tema. Siempre hay que buscar la síntesis, que a la larga va a ser mucho más rica y más sustentable que la imposición por el mecanismo de tantos votos tengo tanto valgo y por tanto hay que ir por acá.
La construcción del FA es de búsqueda de consensos, y ese es un instrumento que traté de impulsar mientras estuve en la presidencia de la coalición porque sigue siendo un procedimiento fundamental. ¿Por qué? Porque somos diferentes, porque expresamos nuestras diferencias, no las ocultamos, y por eso el FA avanza cuando logra reflejar en sus decisiones esa síntesis. Supone renunciamientos, y muchas veces no avanzar todos los pasos que uno querría dar, pero si los da el conjunto de la fuerza política, terminan siendo pasos más seguros.
“Nos preocupa que el choque de trenes pueda ser todavía mayor”
¿Cómo observa la situación de Venezuela?
Nosotros hemos advertido la necesidad de establecer el diálogo y de encausar los procesos que internamente se vienen reclamando para que un gobierno que fue electo, pero que hoy tiene las dificultades que a todas luces se ven en la sustentabilidad, pueda seguir procesando determinadas instancias. Somos respetuosos de la no injerencia, pero sí tenemos la enorme preocupación de que el choque de trenes sea todavía mayor. Me duele la violencia cotidiana, me lastiman las situaciones de confrontación en la institucionalidad –me refiero a las diferencias que existen entre el gobierno y la Fiscal-. A la vez, me preocupa que no se instalen de manera permanente los oficios externos en la mesa de negociación -ya sea de los cuatro expresidentes, el Papa Francisco, o los países entre los cuales nos contábamos- los que estén buscando canales de diálogo, que están cerrados muchas veces por parte del gobierno, y otro tanto por parte de la oposición.