Pérdida de campo natural de los últimos 24 años generó un aumento de 70% del PIB agropecuario

Patricio Cortabarría, presidente de la Asociación Rural del Uruguay

A comienzos del año pasado, el diputado frenteamplista Ubaldo Aita presentó al Parlamento un proyecto de ley para la “Preservación y conservación del campo natural”. El mismo busca conservar este ecosistema mediante, entre otras cosas, la implementación de un registro de campos naturales, la creación de un Fondo de los Pastizales y la aplicación de incentivos fiscales. Sin embargo, la Asociación Rural del Uruguay (ARU) se ha manifestado en contra de la iniciativa. CRÓNICAS se comunicó con su presidente, el ingeniero agrónomo Patricio Cortabarría, para ahondar en estos motivos.

Acerca de las reservas que la asociación tiene con el proyecto de ley, el directivo comenzó por la intención de categorizar el campo natural como “de interés general”. Al declararlo de esta manera, la ARU entiende que esto “va en contra del artículo séptimo de la Constitución”, que garantiza la libertad de trabajar. Según Cortabarría, aprobar esta definición supondría “coartar las libertades de decisión sobre tus propios activos”.

“Lo que conviene más agroecológicamente”

En segundo lugar, argumentó que es importante hacer un estudio fino del potencial de los suelos en Uruguay para entender el desacuerdo de la ARU con la propuesta. Informó que, de los aproximadamente 18 millones de hectáreas que tiene el territorio uruguayo, hay unos 16 millones en producción, y 10 de ellos son en campo natural. El ingeniero agrónomo explicó que la mayor parte de esos campos, esto es, una estimación de 9 millones de hectáreas, “nunca van a dejar de ser campo natural”, porque “lo que conviene más agroecológicamente” es que continúen siéndolo.

“Entendemos que el campo natural no va a bajar de 9 millones, porque los productores rurales conocen sus capacidades y saben que no hay nada mejor para esas áreas que tener campo natural”, declaró. A modo de ejemplo de los beneficios de esta tipología, mencionó la resiliencia que tienen frente a las sequías, o la fortaleza que tienen las pasturas para producir.

El crecimiento del PIB agropecuario

Según Cortabarría, la pérdida de campo natural que se dio en los últimos 24 años está en el entorno de los dos millones de hectáreas. Estos campos, que pasaron al área de la forestación y la agricultura, “aumentaron en un 70% el Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario”. En ese sentido, indicó que este cambio “aumentó la capacidad de generar ingresos, de generar riqueza y de dar trabajo”, y añadió que “con esta ley lo que resulta es cercenar la posibilidad de seguir creciendo”.

De acuerdo con cálculos de la ARU, de pasar un millón de hectáreas más a la producción agrícola, lechera o forestal, se podrían generar “por lo menos US$ 2.000 millones más del PIB” que, además, “considerando el factor multiplicador que tiene el agro, son más de US$ 6.000 millones”. Esta transición, comentó, es un camino que “Uruguay no puede darse el lujo de no transitar”.

Por último, el presidente de la ARU planteó su desacuerdo con “proponer reducciones impositivas en un país que tiene un déficit fiscal de 4,5%” del PIB. A su vez, consideró que la propuesta puede ser valiosa como modo de certificación para los productos, pero no comulga con la iniciativa de buscar incentivos por el lado fiscal.

La situación actual del agro

En términos generales, el entrevistado ponderó que “hay áreas que están mejores que otras”. En el sector agrícola, señaló que se está observando una baja en los valores de los granos, que “va a repercutir de manera importante” en el país, ya que “va a estar comprometida la próxima zafra de verano”. En ese aspecto, reflexionó que “hay que ver cómo reaccionan los empresarios y cuál es el nuevo equilibrio de la agricultura uruguaya, porque seguramente los precios de los insumos también cambien”.

En lo que respecta al arroz en particular, si bien aclaró que la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) es la más idónea para hablar sobre esto, expresó que el cultivo “está con buenos valores” y “parece tener buenos resultados”.

Por su parte, en lo que concierne al sector ganadero, Cortabarría informó que hoy se están logrando “precios mejores” que en los últimos semestres, debido en parte a “la poca oferta” que hay. “Ojalá cuando aparezca la oferta se mantengan los buenos valores que tiene hoy la ganadería”, reflexionó. Por otro lado, la lechería se mantiene “como siempre” con un alto nivel de intensidad, con “mucho trabajo, mucho nivel de inversión y con resultados regulares”.

Tipo de cambio

A esta altura no es noticia que el tipo de cambio no es favorable para los exportadores uruguayos, con un valor del dólar que muchos en el sector han calificado como demasiado bajo. Respecto a esta situación, Cortabarría afirmó que evidentemente el agro se ve “muy afectado” por esto, que “le quita mucha competitividad” al sector. En lo que atañe a medidas gubernamentales que podrían influir de manera positiva, se refirió a la reducción del déficit fiscal como el mayor objetivo que debería plantearse el sector público. “Entendemos que, para fortalecer el dólar, hay que buscar la forma de reducir el déficit fiscal, principalmente, bajo la reducción del gasto, y poder generar condiciones de mayor competitividad para todo el sector”, concluyó.


Endeudamiento en el sector

Recientemente, el Colegio de Contadores, Economistas y Administradores del Uruguay (Cceau) anunció que organizará un encuentro binacional con Argentina por una preocupación que nace del crecimiento en el endeudamiento en el sector agropecuario. Consultado sobre esto, Cortabarría definió que, si bien la ARU no tiene cifras exactas, es evidente que el endeudamiento aumentó, y que “cuando tenés un año con unas condiciones climáticas tan extremas, eso siempre termina afectando el nivel de endeudamiento” de las empresas. A esto se le suman las razones macroeconómicas, como el valor del dólar, y los precios globales de los commodities, que “tampoco ayudaron”.