Pintado: “Uruguay está enfermo de 2019, y la gente está enojada con los políticos, está harta”

EN PANINI’S

Enrique Pintado, senador de Asamblea Uruguay – Frente Amplio


Luego de un largo período alejado de los medios, el senador del Frente Amplio (FA) y presidente de la nueva Comisión de Deporte del Senado, Enrique Pintado, conversó con CRÓNICAS acerca del trabajo realizado en dicho ámbito y los problemas que generan violencia en el fútbol de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Consultado acerca de la situación actual del FA, opinó que “Uruguay está enfermo de 2019”, en referencia a las próximas elecciones, y agregó que esa enfermedad “también afecta a los frenteamplistas”. Finalmente, más allá de que el partido de gobierno pretenda reformar la Constitución, sostuvo que lo cree inoportuno.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo y Anahí Acevedo | @PapovAnahi


 El menú  El senador Pintado degustó T-Bone en emulsión de pimientos asados, acompañado de puré de papas. Para beber eligió agua sin gas y vino Catena Zapata-Malbec Alamos 2015. Finalmente prefirió saltearse el postre y, para extender la sobremesa, optó por un café.


-¿Qué se ha hecho hasta el momento en la Comisión recientemente aprobada cuyo objetivo es trabajar la violencia en el deporte?

-En primer lugar, una aclaración, no es una Comisión de violencia en el deporte, es una Comisión de Deporte que trata una de las patologías del deporte. Yo tuve esa iniciativa al principio de la legislatura, el FA se demoró en tomar la decisión, y después, a partir de los episodios de violencia, el senador Bordaberry planteó una Comisión de violencia en el deporte, y nosotros respondimos con la idea original.

Desde mi punto de vista hay una primera cosa que hay que hacer. Yo fui partícipe de la legislación existente en materia de prevención de violencia en el deporte, donde hay mucha cosa resuelta de antemano.

-¿Por ejemplo?

-Se prevé el derecho de admisión, los videos y las fotografías como medios de prueba, o sea, todos los instrumentos están a disposición, tal vez haya que perfeccionarlos, por eso yo comparto lo que planteó el presidente de la República de generar instrumentos que reglamenten leyes que existen.

Por otro lado, el problema de la violencia no es un fenómeno nuevo. La violencia estuvo presente desde 1924.

-Pero ¿se podría decir que se acentuó en los últimos tiempos?

-Tenemos una visión del pasado muy edulcorada. [El senador Rafael] Michelini en el homenaje a [Líber] Seregni el otro día, decía que en los años 60 la sociedad era muy violenta, los legisladores iban armados a la Cámara de Diputados y a la Cámara de Senadores. Si uno va armado a algún lado no es porque espera ondas de paz y amor.

Era una sociedad que se relacionaba violentamente, era otro tipo de violencia. Muchos van al fútbol desde que eran niños, cuando no había problemas en las tribunas y Nacional y Peñarol compartían la tribuna Ámsterdam. Yo estoy cansado de ver problemas entre personas y grupos de personas que se agarran a las trompadas en el medio de un partido.

-Si la violencia estaba presente, ¿qué fue lo que cambió?

-Cambió la calidad de la violencia, y cambió, en algunos casos, pero particularmente en el fútbol y en algunas hinchadas, la operación de ciertos grupos delictivos que actúan a partir del escenario deportivo para delinquir.

pintado2

-¿De qué forma?

-Antes había ciertos códigos de respeto, donde la pelea era a mano limpia, los demás miraban, separaban. Las batallas eran campales, pero había ciertos límites que no se cruzaban, cuando la persona caía al piso se la dejaba. Eso fue cambiando por muchas razones.

Esta es una sociedad violenta. Hay violencia en el tránsito, en las redes, cuando se insiste con mentiras que se escriben bien y que dan sensaciones de verdades que no son, y se va incrementando cierto odio. El consumismo también es generador de violencia porque genera insatisfacción permanente, y hay grupos organizados que quieren traficar drogas. Todo esto no ocurre en el deporte en general, porque si vas a los demás deportes…

-Está concentrado en el fútbol.

-En el fútbol de la AUF, porque miles de partidos se juegan por mes en Uruguay, hay fútbol en el Interior –a veces hay algún problema, pero es una excepción-, fútbol infantil, fútbol universitario. Y ahí se ven dos actitudes: las instituciones que reaccionan muy duramente frente a aquellos que generan violencia con castigos muy fuertes sobre los clubes, y otros que no tienen tanta virulencia a la hora de resolver sus problemas.

-¿Lo que falla son las penas de la AUF entonces?

-La AUF tiene las normas más laxas, las más débiles en materia sancionatoria por episodios de violencia. Ahora, el fútbol profesional tiene dos caras distintas, porque en la selección uruguaya estos fenómenos no pasan. No pasa con la selección y no pasa con todas las instituciones deportivas.

Por otra parte, creo que tenemos que dejar de sacar partido deportivo y político partidario de cada episodio que ocurre, porque si no, no resolvemos más estas cosas.

“La violencia no ocurre en el deporte en general, está concentrada en el fútbol de la AUF”

-¿Quién saca rédito político de esto?

-Todos tenemos una tendencia a hacerlo. Mi primera reacción fue sacar declaraciones de [Julio María] Sanguinetti de los años 90, que en materia de seguridad decía que así no podíamos seguir. Entonces, creo que tenemos que tener un poco más de humildad, saber que estamos frente a un gran problema.

-¿Está politizado el tema?

-Se partidiza, porque algunos aprovechan esto para ver si pueden hacer renunciar a Bonomi, y si vamos por ese lado estamos por muy mal camino, y la inflación legislativa tampoco sirve para mucho.

-¿Cree que las medidas anunciadas por Vázquez para combatir la violencia en el deporte van a ser útiles? Analistas dijeron la semana pasada a CRÓNICAS que no serán suficientes.

-Creo que es relativo, pero lo peor es no hacer nada. Tampoco hay una solución mágica, si fuera tan fácil, ya se habría solucionado. Yo no puedo creer que no se entienda que el gobierno tiene especial interés en resolver esto. Todos los gobiernos quieren resolver las cosas negativas que hay en la sociedad.

Además, hay que procesar un cambio cultural. La gente tendrá que acostumbrarse a ver el partido en el asiento que le toca, sin moverse, y en lo posible sentado, esas cosas cambian la actitud de la gente.

pintado3

-Teniendo en cuenta que para la aplicación de algunas de estas medidas se necesita una ley, ¿eso podría demorar su puesta en práctica?

-Yo creo que no se demora. Uruguay es un país laico, pero respecto a las leyes tiene una actitud religiosa. Todo el mundo demanda una ley, como si la ley por el solo hecho de que se dictara, tuviera un efecto mágico, y no lo tiene.

-¿Qué piensa de que el presidente Tabaré Vázquez esté de alguna forma liderando esta iniciativa? Según dijo el senador Pablo Mieres (Partido Independiente) a CRÓNICAS, eso habla de la pérdida de credibilidad del Ministerio del Interior.

-El juicio sobre cualquier cartera del Estado nunca es objetivo. Yo como legislador del gobierno te voy a decir que no hay ninguna pérdida de credibilidad, y que el presidente como conductor de la nación se pone al hombro este problema. ¿Qué hubiera ocurrido si Vázquez no decía nada? Habrían dicho que Vázquez esconde la responsabilidad, que se oculta detrás de los ministros.

-Pero ¿no tendría que haber sido Bonomi quien liderara este asunto?

-Sí y no. El presidente tiene toda la autoridad para hacerlo. Es un hombre que viene del fútbol, fue presidente del Club Atlético Progreso, estuvo a punto de ser presidente de la AUF –que no lo fue por una canallada política-. Si la preocupación del sistema político es esa, estamos muy mal. Después nos quejamos de que aparecen los outsiders que hablan de gestión o dicen que Uruguay necesita un gerente, no un presidente, y se quejan, pero es por eso que surgen, porque esto desanima a la gente.

¿A qué va el razonamiento de Mieres? A que hay que sacar a Bonomi, pero sacás a Bonomi y ¿qué solucionas? ¿Van a dejar de actuar las bandas de narcotraficantes? ¿Se corta el negocio por cambiar al ministro? ¿En qué cabeza cabe?

-La oposición argumenta que sacar a Bonomi sería el comienzo de un cambio.

-¿Y a quién van a poner? Va a venir otro y van a decir que no resuelve porque la izquierda es blanda con los delincuentes. Eso es lo que está mal. Yo sé que Mieres cree en Dios, Jesucristo y esas cosas, pero no hay un salvador, esto es un proceso y creo que el presidente hace bien en tomar la responsabilidad principal y no eludirla.

Se hizo todo un espectáculo cuando iban a interpelar a Bonomi por el tema del deporte. Resulta que como la Policía actuó bien y había una investigación en proceso, y en realidad el operativo del clásico lo que evitó fueron males mayores, entonces cambiaron, tenían que concurrir a no sé qué cosa, suspendieron la interpelación, y al otro día la hicieron porque robaron en el Géant.

¿Quién puede prever que una banda organizada va a robar? ¿Qué pretenden, que esté todo el mundo bajo vigilancia? Yo pongo a todo el mundo bajo vigilancia, hago el gran hermano de todos los hogares vigilados por una máquina, y después se quejan porque no tienen libertad.

Entonces, ese tipo de reacciones no colaboran absolutamente en nada. Está bien, es el juego de la oposición, pero no me parece que conduzca a nada. ¿Cuáles son las propuestas concretas que plantean? Bordaberry planteó algunas que ya están instrumentadas. Lo de las entradas identificadas por cédula ya está, está para votarse una ley que demoran en votar en Diputados. Esas son las cosas en las que tenemos que avanzar.

“Ser gobierno nos cambió, algunos están preocupados solamente por ganar las elecciones”

-¿Cree que el objetivo sincero de la oposición es la seguridad?

-Hay un poco de todo. Tampoco voy a ser tan necio de decir que la oposición no quiere que se resuelva el problema, pero tenemos herramientas distintas, tampoco es tan grave lo que nos separa.

Y por otro lado lo que pasa es que Uruguay está enfermo de 2019, cada día se empieza antes, el que pierde adelanta la campaña electoral de los cinco años siguientes al día siguiente al que perdió la elección, y así no va a perder el FA, va a perder la política. Estamos haciendo como el avestruz, poniendo la cabeza dentro del agujero, y no nos estamos dando cuenta de que la gente está harta de esto, la gente está enojada con el FA, con el Partido Nacional, con el Partido Colorado, con el Partido Independiente.

-¿Hay un descontento con los políticos?

-Lógico. ¿De qué es resultado [Donald] Trump? Todos los fenómenos mundiales, todas estas reacciones que no estaban previstas en las encuestas… cuidado, no estamos ajenos a lo que le pasa al mundo. Y hay gente que hace un cultivo de esa insatisfacción, porque los que mandan realmente, los que tienen el poder, que no se hacen elegir por nadie, que son los que deciden tu vida, la mía, esos son los que se benefician de este hartazgo, porque ellos siguen vendiendo, siguen generando la insatisfacción para consumir, para comprar la felicidad en algún lado.

-¿Un fenómeno de ese tipo puede suceder en Uruguay?

-Les voy a contar una anécdota. En 1984 salí clandestino para Cuba, y como era clandestino había que pasar por una cantidad de países para llegar a La Habana. Pasé por México, donde había gente en las esquinas que hacía malabares, que pedía cosas, y yo dije: “Qué suerte, esto nunca va a llegar a Uruguay”. Y 10 años después estaba eso en Uruguay. Entonces, yo ya no digo que algo no va a ocurrir, pero digo que debemos hacer lo posible para que no llegue.

“En el FA estamos con dificultades para asumir la realidad actual”

-¿Edgardo Novick representa ese descontento al que hacía mención?

-Yo tengo una relación muy buena con Edgardo desde hace muchos años, que es otra de las cosas que se ha perdido en Uruguay, vos no podés ser amigo del que piensa distinto. Yo creo que él trata de recoger esa insatisfacción, por supuesto más que de los partidos tradicionales, creo que aspira a ser el desafiante de la derecha contra el FA.

Por más que él diga “yo no quiero cambiar tu ideología”, en realidad todos los que dicen no tener ideología son de derecha, y en Uruguay no está bien visto ser de derecha, en otros países sí. Estoy hablando desde el respeto y el aprecio que tengo por su persona, pero si habrá violencia hoy, que tenés que andar con cuidado para decir que sos conocido de alguien que no piensa como vos, eso es un espanto.

El retraso que tenemos en los niveles educativos hace que la gente empiece a ser más primitiva en el relacionamiento, y que empiece a funcionar el amigo-enemigo. Yo creo que Novick hace su juego, no le ha ido mal, nadie daba dos vintenes por Novick en la Intendencia, pero después la vida dirá, ni lo subestimo ni lo sobrestimo.


“No me gusta que estemos más pendientes del 2019 que del 2017”

-¿Cómo evalúa la situación interna del FA hoy?

-La enfermedad del 2019 también nos afecta a nosotros. No estamos ajenos a los problemas de la sociedad, no somos una burbuja, ni tampoco digo que acá estamos los buenos y los demás son los malos, no funciona así, porque eso es maniqueísmo puro. A mí no me gusta que estemos más pendientes del 2019 que del 2017, pero es una realidad.

-¿A qué lo atribuye?

-Lo atribuyo a que estamos en un proceso de transición, donde nos encontramos con los tres líderes que acaparan la opinión de casi toda la masa frenteamplista y con emergentes que empiezan a aparecer, y eso genera ciertas distorsiones, hay distintas generaciones, distintos apuros.

También creo que desde el punto de vista de las ideas del FA, en 1971 decíamos que había nacido una esperanza, pero esa esperanza ya se realizó, yo creo que hay que pensar una nueva esperanza, una nueva utopía, que no la hemos escrito, no la hemos elaborado, y estamos con dificultades para asumir el relato de la realidad actual.

Con las claves de la guerra fría no podemos resolver lo que está pasando hoy, eso no quiere decir que mis ideales de una sociedad igualitaria, justa, democrática, en libertad, no estén presentes. El problema es que plantearlo hoy es distinto que hace unos pocos años.

Por otro lado, hay ciertos apuros que se dan por esa necesidad de tener la primicia, de anticipar qué es lo que va a pasar. Lo que va a pasar es que todos nos vamos a morir algún día, y de eso no ponemos titulares, pero de todo el resto tratamos de anticipar.

Y como es un problema de la realidad que el 2019 está presente, yo creo que sabiamente debemos tomar la decisión de que todos aquellos que se han propuesto para conducir los destinos de la nación, estarán habilitados en las elecciones internas para competir, y punto, y ahora vamos a trabajar.

pintado4

-O sea que está afectando el trabajo parlamentario, el trabajo del gobierno.

-Sí, claro. En la medida que se sospecha que alguien puede tener aspiraciones, naturalmente la competencia también interfiere, no es lo único, pero interfiere. Ahora, yo creo que el FA tendría que discutir si nos cambió o no como personas ser gobierno, yo creo que en algo nos cambió.

-¿En qué, por ejemplo?

-Hay gente que está preocupada solamente por ganar las elecciones, y a mí me parece que ganar una elección es el medio, la misión es transformar la sociedad, generar una sociedad más desarrollada, igualitaria, educada, con acuerdos de productividad, empleo, competitividad, donde discutir con el que piensa distinto no sea una traición y se puedan generar nuevos valores.

Obviamente para poder hacer algo de eso –en muchos terrenos avanzamos, en otros vamos más lentos, en otros estamos bastante atrasados-, hay que ganar la elección, pero no al revés, porque si tu objetivo es ganar la elección, empezás a dejar de lado las ideas que te sustentaron.

Estamos teniendo una mutación que para mí es un problema, de pensar que la relación con la sociedad es solamente a través de los medios, cuando nosotros ganamos la elección a pesar de los medios que estaban en contra, es decir, los grandes medios, que están en contra y estarán en contra siempre porque no piensan como nosotros. Y el problema es que nos hemos aislado un poco de la gente.


“Creo que es inoportuno reformar la Constitución”

-En junio dijo a El Espectador que no era oportuna una reforma de la Constitución.

-Sigo pensando lo mismo.

-Sin embargo, el FA viene haciendo hincapié en llevarla a cabo. ¿Qué opina al respecto?

-Sin ninguna duda la Constitución debe ser reformada, pero para hacer el programa de gobierno del FA no es necesaria la reforma.

-¿Por qué es inoportuna?

-Porque si el 2019 está metiendo la cola en todo lo que hacemos en 2016, se imaginarán en una reforma constitucional. Segundo, porque algunos creen que el camino es elegir una Asamblea Nacional Constituyente, eso supone una elección anticipada, con el riesgo que tiene para el gobierno de que en vez de elegir constituyentes, se esté haciendo una evaluación del gobierno.

-¿El plebiscito sería una mejor vía?

-Para mí la mejor vía es el acuerdo con los demás partidos. Yo creo que debemos obtener las mayorías necesarias en los puntos en los que estemos de acuerdo, para poder reformar la Constitución. ¿Por qué es inoportuna? Porque yo no creo que los demás partidos tengan un talante de poder reformar la Constitución, no lo quieren porque la elección cada vez está más cerca.

-¿Y cuál es el momento oportuno para hablar de cambios constitucionales?

-Enseguida de una elección. ¿Eso quiere decir que el trabajo del FA de ir afinando los puntos que a nosotros nos interesa discutir e incluir en la Constitución no se pueda hacer? No. Hay que hacerlo, porque para después que termina la elección ya tenés tus ideas para ir a confrontarlas con los demás.

“Sacás a Bonomi y ¿qué solucionas? ¿Van a dejar de actuar las bandas de narcotraficantes? ¿Se corta el negocio por cambiar al ministro? ¿En qué cabeza cabe?”