El flamante presidente de la Confederación Empresarial del Uruguay, Carlos Delfino, comentó en diálogo con CRÓNICAS las dificultades que atentan contra las pequeñas y medianas empresas del Interior del país y señaló que las mismas fueron presentadas a los presidenciables a fin de que el próximo gobierno asuma una solución a esta problemática.
Carlos Delfino asumió recientemente la Presidencia de la Confederación de Cámaras Empresariales del Uruguay (CEDU), gremial que agrupa y representa a las empresas del Interior del país. En diálogo con CRÓNICAS, sostuvo que durante su gestión continuará con el lineamiento comenzado durante la etapa anterior respecto a la recuperación de la representación nacional. Si bien el nacimiento de la institución se remonta a 1942, el ejecutivo señaló que con el correr del tiempo fueron perdiendo terreno. “La idea es volver a estar presentes en todos los lugares y colaborar para que las empresas resurjan”, apuntó. “El comercio en el Interior del país se hace más pesado. Si está difícil en Uruguay en general, en el Interior lo está aún más”, concluyó.
En nuestro país, las pequeñas y medianas empresas (PYMEs), es el arquetipo de compañías que más abundan. De hecho, según los últimos datos extraídos de la Encuesta Nacional de Mipymes, elaborada por el Ministerio de Industria, Energía y Minería, este tipo de emprendimientos se incrementó un 11% en los últimos cinco años y actualmente son generadores de 802.578 fuentes de empleo. Si se toma en cuenta el número total de empresas del país, se encuentra que el 85 % son microemprendimientos, los que equivalen a 129.188 firmas. Según apuntó Delfino, este tipo de empresas cuentan con el desafío de enfrentar costos altos que atentan contra su subsistencia. “En estos momentos estamos pasando por una crisis económica”, describió.
Dentro de las dificultades por las que pasa el sector, englobó, asimismo, la bancarización obligatoria –la que, indicó, no están en desacuerdo con la misma sino con su obligatoriedad- y aseguró que junto con los costos indirectos que demandan, ha impulsado a que más empresas se pasen a la informalidad. “Tendríamos que tratar de que tanto este gobierno como el que asuma vea la realidad de esta trama social que se está perdiendo, que es la empresa chica”, remarcó. Igualmente, comentó que han mantenido reuniones con los presidenciables a los que les han presentado un plan donde plantearon todas sus dificultades.
Explicó, de esta forma, que el intento es ayudar a subsistir en ese momento a los emprendimientos para que puedan salir adelante. “El comercio, con todos los requisitos que tiene, no puede llevarse adelante como era antes”, observó. Dentro de ello, la profesionalización de los comerciantes es una de las claves para poder continuar con su emprendimiento.
A la vez, agregó que cada zona del país cuenta con sus propias particularidades y dificultades. Por ejemplo, en la frontera el tipo de cambio dificulta a los comerciantes uruguayos la mantención de los precios. Al respecto, el presidente de CEDU señaló que un estudio de la Universidad Católica arrojó que Uruguay cuenta con una diferencia cercana al 35 por ciento en sus precios con Argentina –antes de las PASO-, mientras que con Brasil este porcentaje varía entre un 20 y un 30%. “No tenemos la fuerza suficiente para evitar que las personas no vayan a comprar a la frontera”, mencionó.
Por último, propuso la realización de un control de precios entre Argentina, Brasil y Uruguay con base en tecnología, de forma tal que cuando se llegue a un punto de diferencia tal, se active una rebaja en los mismos respecto al IMESI o el IVA. “Evitaríamos que mucha gente que compra en otro lado se quedara y mantendríamos el comercio activo del lado uruguayo, lo que implica también que no haya desempleo y se evite el contrabando”, dijo Delfino.