Residuos industriales: “El incumplimiento es patente tanto en empresas públicas como privadas”

Fernando Puntigliano, director de Desarrollo Ambiental de la Intendencia de Montevideo


A mediados de 2017 motivos personales lo acercaron a la gestión del gobierno departamental de Montevideo, así fue como tras una vasta experiencia en la actividad privada, el ex director de la ANP y ex gerente de Aratirí, Fernando Puntigliano se puso al hombro la dirección de Desarrollo Ambiental de la IM. El director conversó con CRÓNICAS acerca de los entretelones de los problemas detrás de los contenedores y aseguró que se debe tratar el problema de los residuos como una problemática urbana y social. Asimismo, indicó que se comenzará a fiscalizar el tratamiento de residuos a nivel empresarial tanto en la órbita pública como en la privada.


 El Menú  En la cálida cava de Paninis, Fernando Puntigliano degustó como entrada ensalada de frutilla, palta, rúcula y ricota de cabra casera. Para el plato principal eligió sorrentinos de bondiola braseada y damascos con salteado de ananá, jamón crudo y tomate cherry. Finalmente para el postre optó por tatin de manzana y un café expreso.


Por Oscar Cestau | @OCestau y María Noel Durán | @MNoelDuran

-¿Cuáles son las soluciones de fondo para resolver el problema de la limpieza en Montevideo?

-La gente asocia desarrollo ambiental con limpieza, pero no es solo limpieza, tiene además el saneamiento de Montevideo, el cuidado de las playas, el monitoreo del agua, el aire y el suelo, tiene la educación ambiental y otras cosas como los humedales del Santa Lucía. Cuando hablamos de limpieza no tenemos que perder el contexto. El problema de la gestión de residuos en Montevideo trasciende la limpieza, incluso va más allá de la gestión ambiental porque es un problema de desarrollo urbano y social.

En ese sentido, uno de los problemas más grandes que tenemos en la gestión de los residuos es la gestión informal de los residuos; esto genera disposiciones ilegales de residuos por muchas partes de Montevideo. Estas disposiciones tienen como objetivo la clasificación ilegal que conlleva el problema del descarte. De estos residuos que se clasifican, hay un montón de ellos que queda ahí tirado y contamina, habitualmente además está cerca de los cursos de agua, lo que genera aún más problemas. Esto lo vemos reflejado en el arroyo Miguelete o en las playas de la bahía.

Hay que tener una responsabilidad operacional sobre los cursos de agua, no es que no haya proyectos pero los proyectos comienzan y terminan, sino lo que hay que hacer es tener una responsabilidad continua; resolver esto también es solucionar el problema de los residuos.

Quienes piensen que el problema de la basura es meramente logístico están equivocados, es un problema social y urbano; si no se resuelve de forma integral no se va a solucionar nunca.

El vecino ve basura alrededor del contenedor y en el 80% de los casos el contenedor no está lleno, lo que pasa es que tenemos dos actores que inciden en el contenedor: el hurgador y el clasificador. El hurgador es una persona que vive en la calle y precisa algo para comer, busca y deja todo tirado. El clasificador, en cambio, tiene otro cuidado; lleva lo que precisa y el resto lo devuelve. Si bien lo segundo es mejor que lo primero, el principal objetivo es que no haya una interacción entre las personas y la basura que está en el contenedor. Para este segundo caso es que hay que implementar el programa de reconversión de clasificadores, pero además el mercado de residuos para clasificar es mucho más chico que la cantidad de clasificadores, por lo tanto, reconvertir no es solución suficiente; hay que hacer políticas de inclusión.

Otro problema es la cadena logística de los residuos, que tiene cuatro eslabones: la casa, el contenedor, el transporte y la disposición final. Esta cadena logística es muy vulnerable y estamos trabajando en que si un eslabón cae, no caiga todo. Los clasificadores bloquearon la disposición final por un conflicto social en el que la Intendencia no cumplió a tiempo con lo que les prometió, legítima o no, esa medida provocó que los desechos se dispusieran en la Cámara de Industrias. No es que haya menos conflictos que antes, la diferencia que tenemos hoy es que cuando tenemos un conflicto, el impacto es menor.

“No hay menos conflictos que antes, pero hoy el impacto es menor”

-La Intendencia utiliza las cámaras de seguridad  para controlar el vandalismo de los contenedores y de disposición final. ¿Funciona el sistema? ¿Cuáles son los planes al respecto?

-Tenemos dos cosas distintas. Las cámaras las utilizamos para los basurales endémicos. Con este proyecto instalamos cámaras y hemos detectado miles de infractores; todos los que van con vehículos fueron sancionados y las sanciones van desde 2 a 350 unidades reajustables. Hay otro tipo de infractores que son carritos o personas, y ahí el nivel de imputabilidad es variable. Pero el proyecto fue exitoso, se redujeron mucho los basurales y esto es gracias a las cámaras.

Ha tenido éxito, pero tenemos cerca de 150 basurales endémicos y no podemos poner cámaras en todos. Por eso estamos generando un proyecto que comenzaría en marzo del año que viene, donde vamos a atacar los basurales endémicos y a trabajar junto con los ciudadanos en la corresponsabilidad.

En el proyecto tendremos información compartida con el Ministerio del Interior, y con los ciudadanos que tendrán sus propias cámaras. Igualmente, el abordaje de este tema es principalmente social, porque es muy fácil limpiar pero si no atacamos las causas no podemos resolverlo. Repito, es ingenuo pensar que el problema de los residuos se resuelve con logística.

-En relación con la tecnología, también implementaron sensores en los contenedores para optimizar los recorridos de los camiones. ¿Cómo transcurre esta experiencia?

-Tenemos entre 10 y 20 contenedores con módulos que tienen sensores de distinto tipo, de volumen, de calor, que se comunican y dicen cómo es la situación; es un proyecto piloto. Lo que sí funciona es que hoy el vecino puede mirar en la web y saber cuándo fue operado su contenedor. Nuestro objetivo es llegar a un nivel de confiabilidad superior al 95% en que en el espacio de tres días el contenedor haya sido vaciado; lo alcanzamos pero queremos que sea constante.

El tema del  vandalismo está atado a la corresponsabilidad porque de los 4.000 contenedores nuevos que fueron colocados, ya hay 400 que fueron objeto de vandalismo.

La capacidad de recuperar el contenedor es mejor si se detiene el daño lo antes posible, por eso es muy importante que los vecinos comuniquen inmediatamente cuando vean que se daña al contenedor. Hay que verlo como una extensión de nuestra casa porque es lo que nos permite mantener nuestra casa limpia.

“Es ingenuo pensar que el problema de los residuos se resuelve con logística”

-En entrevista con El Observador, aseguró que el índice de conformidad de la población con la limpieza está mejorando. ¿En cuánto se ubica y cuál es la meta?

-Está subiendo, hay distintas encuestas. Aunque la Intendencia no es el factor que más incide en la limpieza, sino que los estudios dicen que es el vecino mismo. Igualmente, la Intendencia debe tomar un rol protagónico y ponerse el problema al hombro. En la última encuesta que vi la percepción es significativamente mejor a la de antes pero seguía teniendo un saldo negativo, tampoco es suficiente que haya un saldo positivo; debemos tener un saldo superior al 90%, no podemos estar por debajo de esto. No se va a conseguir en dos ni en cinco años; en la medida en que la mejora de la limpieza es un tema que va más allá de la logística, su solución también es más compleja. Tenemos que trabajar en el terreno ilegal de la recolección de basura, porque no hacerlo es desconocer el problema.

-En entrevista con CRÓNICAS, el director de Gestión Humana y Recursos Materiales de la Intendencia, Eduardo Brenta, aseguró que los problemas de limpieza debían solucionarse en este período, por lo que usted dice esto no podría cumplirse…

-Considero que Brenta se debe haber referido a la logística, lo que efectivamente con el fortalecimiento de los eslabones se logra, en parte. La incorporación de los nuevos contenedores genera un 33% más de volumen, lo que ha hecho que teniendo la misma cantidad de conflictos -sindicales o climáticos- se note menos el impacto. Respecto al siguiente eslabón, que es el transporte, hay más camiones y en enero llegará otro tanto, también hay redundancia en la disposición final. La cadena logística se resuelve, pero el problema de fondo va a llevar años y va muy de la mano de los programas sociales.

-¿Cuáles son las zonas más complicadas?

-El noreste, y las zonas cercanas a los cursos de agua; casi todas las cuencas están comprometidas… la cuenca de Casavalle, Matilde Pacheco, la parte alta del Miguelete, en los humedales de Santa Lucía hay algunos basurales endémicos. En la recolección, Montevideo está complicado en el oeste, norte y noreste.

-¿Qué lugar se le va a dar a los clasificadores y hurgadores? Por más que no se busque que tengan contacto con la basura, al día de hoy es su medio de vida…

-Definitivamente tenemos que ser respetuosos con quienes viven de la clasificación, por eso estamos trabajando con la agrupación social que nuclea a los clasificadores. En Felipe Cardoso, por ejemplo, llevamos camiones de valor para que hagan su trabajo allí a cambio de que no estén en los contenedores. Estamos haciendo la capacitación de los motocarros, que es un mecanismo de formalización. Además, tenemos que abrir otra puerta porque el mercado no da para todos.

-Usted vivió en zonas del mundo donde se produce energía a través de los residuos. ¿Es utópico pensar que se pueda dar esto en Uruguay?

-La política energética del país tiene a Uruguay en una posición muy interesante a la que Europa aspira a llegar dentro de 20 años. Por otro lado, está la valorización energética de los residuos. En este aspecto, hay muchas empresas que ofrecen valorización energética de los residuos pero la empresa cobra por la recepción del residuo y por la venta de energía. La recepción de residuos es con la Intendencia, la venta de energía es con UTE. Nosotros, como uruguayos, tenemos que mirar como contribuyentes, el ciudadano tiene que pagar por el residuo y por la energía. El precio de la energía está arriba de US$180 cuando en realidad UTE está pagando US$ 58. No se condice la valorización energética con el precio que está pagando UTE. Si se subvenciona sería muy costoso para el contribuyente, por lo que no es una ecuación que cierre hoy. Cuando yo era estudiante pensaba que la energía eólica no iba a funcionar en Uruguay, y ahora estamos llenos de parques. Quizás sea una posibilidad en 10 ó 15 años.

-¿Y si se hiciera una iniciativa a través del Estado sin participación de privados?

-De una manera u otra le termina costando al contribuyente, y nuestra obligación es cuidar el dinero del contribuyente.

“Para mi gusto, los ministros, los presidentes de entes y los directores tienen demasiado poder”

-En 2016, la Cámara de Industrias indicó que en su centro de residuos sólidos industriales solo el 20% de las empresas que deben hacerlo desechó allí sus residuos y además ninguna empresa era pública. ¿Se controla?

-El ejemplo empieza en casa. Todo lo que es residuo no domiciliario conlleva una declaración jurada. Nuestra intención es ir apretando las clavijas porque el incumplimiento es patente tanto en empresas públicas como privadas.

Se va a fiscalizar. Hemos notado que muchas entidades estatales esperan que les gestionemos los residuos de forma gratuita, estamos tomando medidas sobre distintas áreas del Estado para que se pague el servicio o se paguen multas. Este tema lo he discutido intensamente con el intendente y estamos yendo caso por caso.

-La historia marca que siempre ha habido una lucha de poder entre el gobierno departamental y la gremial. ¿Cómo evalúa la relación actual?

-Adeom tiene la reputación de ser un sindicato muy duro. Yo siempre apuesto al diálogo, obviamente tenemos miles de diferencias, hay omisiones de la Administración y también Adeom tiene miniactitudes corporativas, dependiendo de los distintos sectores, y aparecen reacciones espontáneas que muchas veces no son informadas a la dirección del sindicato. Creo que ahora que tiene una dirección constituida y están claros los roles, entonces se ha facilitado la comunicación. Tenemos un diálogo continuo.

-“Puntigliano tiene una idea de trabajo y de relacionamiento con el sindicato que para nosotros no es la mejor. Porque se reúne poco, delega en asesores, que en realidad no son los que resuelven, dijo la secretaria general de Adeom, Valeria Ripoll a CRÓNICAS. ¿Qué opina?

-Quiero hablar de Valeria Ripoll. Me parece que es una excelente dirigente sindical, con mucha energía e ímpetu. Una cosa es la declaración y otra es a la hora de negociar.

Ella tiene la obligación de hablar para la tribuna cuando dice eso. En un sindicato tan dividido hay que hacer declaraciones guerreras, pero es una persona con la que se dialoga muy bien y lo valoro. El sindicato está acostumbrado a que se hablaba directamente con la autoridad porque los asesores no tienen mando de línea. Nosotros establecimos en un protocolo que ella firmó que yo le delego a (Ricardo) Prato que siempre ha trabajado muy bien en este tema y tiene poder de decisión. Lo que pide Valeria es un mimo, que les preste atención un director, y nosotros lo hacemos bimensualmente y de forma estructurada, no nos gusta trabajar al grito.

-Independientemente de su pasaje por la ANP, durante muchos años se dedicó a la gestión de empresas privadas. ¿Cómo se siente de vuelta en la atmósfera pública?

-Yo vengo del sector privado y veía como una excepción mi pasaje por la ANP. Motivos personales me hicieron aceptar este cargo y debo decir que tanto aquella gestión como esta me gustan, pero no es algo que haría toda la vida. Hay un buen equipo que tiene la camiseta puesta y les quiero agradecer.

Para mi gusto, los ministros, los presidentes de entes y los directores tienen demasiado poder. Yo lo critico pero a la vez eso da la posibilidad de hacer muchas cosas que son muy difíciles de llevar a cabo en el sector privado, porque los privados están más atados a las políticas públicas.

Justamente allí, en las políticas públicas, faltan orientaciones de largo plazo, falta un ejercicio prospectivo que delinee el país que queremos. Soy consciente de que la OPP está trabajando en eso.

-¿No es algo que ya se debería haber hecho?

-Es algo que hay que hacer permanentemente porque es un proceso interactivo.


Montevideanos conscientes

Según Puntigliano, es posible que el ciudadano de Montevideo recicle activamente como sucede en Europa. “Información sobra pero no permea por la forma en la que vivimos”, indicó el director.

En su opinión, los lugares de trabajo son un buen punto para promover la conciencia ambiental, ya que es donde pasan gran parte del día.

“Los niños y los jóvenes son grandes actores de esta conciencia ambiental”, resaltó y aseguró además que las empresas públicas también deben ocuparse de ser ejemplo en este sentido.