El presidente de Anafap, Sebastián Peaguda, conversó con CRÓNICAS acerca de las consecuencias que desata para el sistema previsional la modificación de la Ley N° 16.713. Uno de los pedidos del presidente Tabaré Vázquez es que se establezca un tope que inhabilite a las instituciones privadas a cobrar más que el 50% del valor de la comisión más baja del mercado, que al día de hoy está fijada por la estatal República AFAP. Peaguda señaló que como consecuencia directa, las AFAP “deberán bajar entre un 34% y un 44% su único ingreso, la comisión”. Este drástico revés amenaza, según el ejecutivo, la viabilidad del sistema y, particularmente, la de las instituciones privadas, que al día de hoy son elegidas por el 60% de los afiliados.
– Recientemente se estableció que el tope de las comisiones no podrá exceder el 50% de la más baja del mercado. Es lógico que esto redunde en un perjuicio para la rentabilidad de las instituciones privadas. ¿Cómo estima que será el impacto en el negocio de las AFAP?
-El cambio de las reglas de juego que el texto plantea preocupa por las afectaciones que generará en las empresas y en el sistema previsional, al fijar un tope en las comisiones de administración en un mercado donde la AFAP estatal tiene una comisión menor y un 40% de los afiliados. Haberlo hecho a través de una ley, cuando tenemos al Banco Central del Uruguay como regulador, y sin controlar el tamaño de quien ya tiene la comisión más baja, implica un problema de diseño que requiere implementar otros cambios.
Hay un riesgo de eliminar la competencia de este mercado al desplazar a los privados usando la escala de la institución estatal. Además, ver solo el atributo de costo y no el producto que el cliente recibe a cambio en materia de rentabilidad y servicios, es como si se quisiera que todos tengan el mismo auto sin permitir la elección de características diferentes que ofrecen las diferentes marcas, como desempeño o seguridad. No se puede desconocer que el 60% de los afiliados optó por una AFAP no estatal en base a atributos como la rentabilidad y el servicio.
Para cumplir con la nueva disposición, Unión Capital debería rebajar su comisión 34,9%, SURA un 41,8% e Integración un 44,7%.
– ¿Cómo será la cadencia de las caídas de las comisiones? ¿Cómo se llevará a cabo este proceso?
-Aún no está definido pero será un plazo máximo de dos años. El Banco Central del Uruguay debe fijar trimestralmente el porcentaje máximo a cobrar por encima de la comisión mínima del mercado, de modo de converger gradualmente en un plazo de 24 meses al máximo de 50% previsto por la ley. El BCU tendrá un plazo de 90 días desde el 26 de marzo, fecha de promulgación de la ley, para reglamentarla y publicar el cronograma estableciendo los porcentajes a aplicar durante el período de transición y su gradualidad.
-¿En cuánto analizan que afectará los ingresos de las empresas?
-Con la actual estructura de comisiones, las AFAP privadas verán caer sus ingresos en más de un tercio. Deberán bajar entre un 34% y un 44% su único ingreso, que es la comisión. Si las AFAP no se adaptan de alguna manera al nuevo escenario, se verán condicionadas exclusivamente a los comportamientos de la empresa estatal para definir su resultado financiero, que podría llegar a ser negativo. Cuanto más diferenciada esté la actividad de una empresa respecto a la estatal, mayor capacidad de competencia tendrá, por lo que adaptarse es crucial.
– ¿Se piensa en algún canal alternativo que pueda suplir este negocio?
-El rol y las funciones de las AFAP están claramente establecidas en la normativa vigente y el único ingreso que la ley permite son las comisiones. Esto implica que al fijar un tope en el precio del servicio deberá apuntarse a tener más afiliados, lo cual no será una tarea sencilla porque es un mercado bastante estable. Si el objetivo era reducir los costos, se podría haber pensado en cómo mejorar la competencia sin poner en riesgo al sistema. Un sistema mixto, sin actores privados, lleva a una falta de competencia por mayores rentabilidades y mejor servicio para los afiliados.
Tener el dinero de todos los trabajadores bajo la administración de un solo Directorio y un solo equipo de inversiones, bajo una sola visión, no es lo mejor para el conjunto de trabajadores.
No es sano que el sistema quede concentrado en una sola AFAP de capital estatal. Es muy importante que existan las AFAP privadas. Pero más importante que lo que Anafap opina, es lo que piensa el 60% de los afiliados, que por algo ha elegido a las AFAP de capital privado. Mantener esa competencia y esa libertad para el afiliado es crucial para la salud del sistema.